Rᴇɴᴜɴᴄɪᴀ ᴀ Rᴇᴄᴏɴᴏᴄᴇʀᴍᴇ ♡ ℤ𝕒𝔻𝕣/ℤ𝕒𝔻𝕗 ♡

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— bueno... gracias por tu ayuda, yo puedo sola desde aquí, nos vemos — se despidió la profesora un poco extrañada por el repentino cambio de actitud del chico, esto devolvió a Dib de inmediato a la realidad haciéndolo darse la vuelta y ver como la docente se marchaba

— ¡Espere! — gritó y sin dudar se echó a correr tras de ella.

Un par de horas antes

El ambiente era ligeramente tenso, hacia no más de unos cuantos minutos el profesor que los vigilaba se había ido a su descanso dejando la puerta con llave, Louie miraba incesantemente el reloj con la esperanza de que las horas avanzarán más rápido.

Para Zim estar castigado así no era nada nuevo, ya se había acostumbrado tras las incontables veces que había terminado en detención en su otra eskuela, inconscientemente esbozó una sonrisa al recordar las interminables peleas con Dib siendo así como siempre terminaba castigado junto al de anteojos. Louie por otro lado jamás había estado en detención esta era una experiencia totalmente nueva para él, alternaba su vista entre Zim y el reloj sin saber que hacer o decir, noto como una vez se fue el docente que los cuidaba Zim se relajo y subió los pies a la mesa mientras posaba sus manos detrás de su cabeza balanceándose lijeramente en la silla como todo un anti sistema.

— ¿Esto es divertido para ti? — preguntó Louie frunciendo el ceño al ver como el contrario sonreía con la mirada perdida, ganado inmediatamente su atención

— ¿disculpa? — respondió cortando su balanceo

— me refiero a que si terminar ASÍ castigados te divierte de alguna forma — acusó apoyando un codo en el respaldo de la silla volteandose en dirección al alien

— ¿¡divertirme!? ¡HA! ¡tengo muchas formas de entretención, humano y precisamente estar encerrado 3 horas aquí contigo NO ES una de ellas!... y sí, lo digo con todo el ánimo de ofender — contestó cruzandose de brazos y mirando a otro sitio, acto que Louie imitó dirigiendo su vista a la ventana pensando en todo lo que había pasado el día de hoy. Hubo un rato de silencio hasta que el de chaqueta azul decidió hablar nuevamente

— entonces... ¿de qué planeta eres? — preguntó tomando por sorpresa al alien haciendo que casi perdiera el equilibrio en su silla, llevaba un buen rato luchando contra sus pensamientos y con la duda de sí preguntar o no

— ¿¡COMO SE TE OCURRE PREGUNTAR ALGO COMO ESO ASÍ COMO ASÍ!? — contraatacó Zim indignado

— Oye... ya me dejaste claro que no eres humano, solo quiero saber de donde eres o ¿qué eres? — insistió Louie con una ligera sonrisa

— ¡PUES NO PUEDES SOLO PREGUNTAR Y YA!

— ¿por qué no?

— ¡PORQUE A UN ENEMIGO JAMÁS SE LE DA INFORMACIÓN ASÍ DE FÁCIL!

— no soy tu enemigo

— ¡OBVIO QUE NO, EL DIB LO ES!

— pero Dib no está aquí

— ¡LO SÉ!

— ¿eso te molesta?

— ¿¡qué cosa!?