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La campana había sonado ya hacía un buen rato y como de costumbre el Irken llegaba tarde a clases, entró al aula bajo la molesta mirada del profesor y se sentó en su asiento sin emitir ningún sonido, la hora transcurrió con normalidad. Estar en ese salón podía ser solo un medio para un fin, una forma de recopilar información, pero tenía que admitir que llegaba a disfrutarlo.

A diferencia de su otra eskuela y su otra clase, esta era mucho más silenciosa y "civilizada", los niños parecían realmente interesados en su aprendizaje, la calma que se vivía en esa aula tranquilizaba a Zim y lo ayudaban a pensar con claridad, nadie cotilleando a sus espaldas, nadie susurrando cosas sin sentido y lo único que se oía era la voz del profesor cual hablaba en un tono alto pero moderado, le recordaba a sus días antes de ser invasor "este lugar sí sabe cómo imponer disciplina en estas bestias" pensó.

Su paz no duraría mucho, observo como el docente se sentó detrás de su escritorio y abrió un libro, esto significaba un receso en las lecciones, no era recreo, sólo una pausa que los niños utilizaban para dejar salir todo lo que habían contenido la hora anterior. El bullicio no se hizo esperar, los alumnos se levantaban de sus asientos, sacaban sus celulares o solo empezaban a conversar entre ellos, Zim se encogió en su silla, ese pequeño momento de caos era el precio a pagar por una hora de calma, cerró momentáneamente los ojos hasta que un golpe en la mesa lo sobresaltó

— ¡HOLA ZIIM! ¡CUANTO TIEMPO! — gritó alegre aquel chico pelirrojo, subiendo de salto una rodilla en la mesa haciendo que Zim se fuera de espaldas con su puesto del susto

— ¡KEEF BÁJATE DE LA MESA Y ZIM DEJA DE BALANCÉARTE EN LA SILLA! — regaño el docente recibiendo una disculpa por parte del pelirrojo

— ¿K-Keef? — preguntó el irken intentado recuperar la compostura recogiendo su asiento

— ¡SÍ! ¡HAS CAMBIADO MUCHO! ¡CASI NO TE RECONOZCO!

— se supone que ese es el punto de cambiar de disfraz... — murmuró entre dientes para si mismo sin ser escuchado por el contrario

— ¡ME ALEGRA QUE TE HAYAS MEJORADO DE TU ENFERMEDAD! ¡AHORA QUE YA NO ERES VERDE PUEDO INVITARTE A VENIR A MI CASA!

— ¡¿DISCULPA?!

— ¿CÓMO FUÉ QUE ENTRASTE?

— Rendí el examen, y honestamente me sorprende que tu y tu baja capacidad neuronal lo pasáran también — dijo con una expresión de asco y cruzandose de brazos

— ¿entonces eres becado? Eso es genial, yo no pude pasar la prueba así que mis padres tuvieron que pagar la matrícula

— no entiendo porque tus unidades paternas pagarían para educarte ¿por qué no sólo te quedaste en la eskuela?

— no tenía pensado irme pero... en cuanto me enteré que estabas en esta escuela les rogé a mis padres que me cambiaran y en cuanto les dije que mi mejor amigo estaba aquí y que no podía ser feliz sin él, aceptaron inmediatamente... así ya no tendran que pagar más psicólogos y terapeutas — contestó animado.

— ¿¡CÓMO ES POSIBLES QUE TUS ALTOS CEDAN A TUS CAPRICHOS ASI DE FACIL Y POR RAZONES TAN ESTÚPIDAS COMO ESA!? — increpó Zim indignado

— ¿Por "altos" te refieres a mis padres? Bueno siempre ha sido así, sí quiero algo me lo compran, una vez intentaron comprarme un amigo pero la gente no funciona así, ¡POR ESO ES QUE ESTAN MUY FELICES DE QUE TE TENGO! ¡NO PUEDO ESPERAR A PRESENTARTE A MIS PADRES! ¡IREMOS A MI CASA, TE MOSTRARÉ MI COLECCION DE FIGURAS A DE ACCIÓN Y JUGAREMOS VIDEOJUEGOS! — siguió gritando muy emocionado mientras daba pequeños brincos, finalmente el descanso terminó y el profesor se levantó haciendo callar a los estudiantes para continuar con la siguiente hora de clases antes del recreo, Zim ya no aguantaba más, fueron los 10 minutos más largos de su vida aguantando al pegajoso de Keef.

Rᴇɴᴜɴᴄɪᴀ ᴀ Rᴇᴄᴏɴᴏᴄᴇʀᴍᴇ ♡ ℤ𝕒𝔻𝕣/ℤ𝕒𝔻𝕗 ♡Where stories live. Discover now