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El tiempo se paso volando, tras haber hecho todas las fotos que pudo al nuevo vecindario de su enemigo finalmente decidió volver a casa y organizar su archivo. Apenas llegó a su habitación no dudo en quedarse despierto la noche entera ordenando y repasando toda su investigación sobre Zim, así paso el fin de semana cayendo finalmente preso del sueño durante la tarde del domingo.

Ya pasaba de la media noche y la oscuridad era plena dentro de la habitación de Dib, la calle era solo alumbrada por la tenue luz de las farolas pero aún así se lograba distinguir a ratos, una figura que cruzaba velozmente por la acera mientras un sonido metálico resonaba a la distancia acercándose con rapidez hacia la casa del de anteojos, deteniendose a escazos metros de esta.

Dos sonidos hicieron eco en la habitacion, un golpe seco contra el suelo seguido del rechinar de la ventana abriéndose pues el seguro que la mantenia cerrada yacía ahora roto en el piso, entonces lentamente se podia divisar como una garra metálica se adentraba hacia el interior de la habitación, reflejando la luz de la calle alumbrando de ratos aquel oscuro cuarto.

Sintió una presión en su cuello que lo hizo despertar, abriendo pesadamente los ojos y mientras su vista se acostumbraba a la oscuridad y con la poca luz que habia logró distinguir dos orbes moradas que lo miraban fijamente, intentó hablar pero fue callado al instante al sentir el frío filo de una navaja contra su cuello

— ¿Donde está mi nave? — preguntó una voz conocida con clara molestia

— ¿tu- tu nave? — cuestionó Dib sumamente nervioso

— SÍ, mi nave, cuando el idiota de Zim ME LANZÓ AL ESPACIO A MI SUERTE, TU, MOCOSO, TE QUEDASTE CON MI NAVE, EXIJO SABER ¡¿DÓNDE ESTÁ?! — escupia con ira, su tono de voz reflejaba todo el rencor que guardaba

— ¿t-ta-tak? — preguntó Dib con nerviosismo sintiendo un nudo en su garganta que junto a la navaja peligrosamente cerca de cortarlo realmente lo estaba haciendo temer por su vida. La irken ante la pregunta del humano se molesto aún más perdiendo la poca paciencia que tenía, agarró con fuerza el hombro del chico y lo sacudió, desorientandolo aún más

— ¡¿DONDE ESTA MI NAVE HUMANO?! ¡¿DONDE ESTA, DIB?! — cuestiono otra vez soltando entre dientes el nombre del chico quien claramente se veía asustado

— ¡E- EN LA COCHERA! — gritó sintiendo como la irken lo soltaba y viendo como rápidamente se desplazaba a su ventana, sin pensarlo dos veces Dib se puso sus lentes y  como pudo también sus zapatos, agarro su gabardina y aún estando en pijama corrió tras Tak, bajo a paso apresurado las escaleras y a tropezones finalmente cruzó el umbral que daba al patio trasero.

Contempló un rato en silencio como la alien había perforado un enorme hueco en la puerta metalica de la cochera, trató de acercarse pero se detuvo al observar como los objetos y evidencias de sus batallas con Zim eran arrojados, volando por los aires y finalmente impactando contra el suelo rompiéndose en mil pedasos, Tak sin duda quería desesperadamente llegar a su nave y largarse de ese planeta.

Dib estuvo un rato en silencio, observando, hasta que finalmente decidió hablar al ver como la irken no podía sacar su Voot o lo que quedaba de el, de entre los escombros

— emm... ¿Necesitas ayuda? — llamó su atención logrando que dejara de arrojar cosas

— ¡¿por qué mi nave esta en este asqueroso vertedero rodeada de chatarra?! — habló fuerte e imponente, sin mirar al humano ni salir de dentro del garaje

— tal vez... porque es chatarra, mira, tu nave nos ayudó a Gaz y a mi a derrotar a Zim una vez, pero... hace unos meses atrás decidí desmantelarla — respondió dudoso, rascándose la nuca

Rᴇɴᴜɴᴄɪᴀ ᴀ Rᴇᴄᴏɴᴏᴄᴇʀᴍᴇ ♡ ℤ𝕒𝔻𝕣/ℤ𝕒𝔻𝕗 ♡Where stories live. Discover now