Capítulo 6 - Otro punto de vista - Rian

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*Una semana antes de la llegada de Aiden al Bhainn Daiocht.*

Llevaba meses practicando. Meses. Y los avances apenas habían sido notables. Era como si me faltase potencia. Sí, estaba seguro. Mi técnica era perfecta y sin embargo... Me miré las palmas de las manos con frustración. Si tan solo consiguiera invocar algo más de mi poder...pero no podía. Cada vez que lo intentaba, cada vez que realizaba aquel hechizo sentía que me quedaba vacío.

Era el mejor del equipo. El resto de los miembros ni siquiera me llegaban a la suela del zapato. Los profesores hablaban de mi talento natural, de mis dotes extraordinarias. Pero nada de eso servía. Me volví a pasar las manos por el pelo, frustrado. Daba igual lo que hiciera o lo mucho que lo intentara. No lo conseguiría nunca. Estaba tan enfadado... apreté los dientes con fuerza y liberé todo mi poder. Volvió a ser insuficiente.

—Rian, quiero que entiendas que lo que sucedió el mes pasado no puede volver a repetirse. Sé que ya lo hemos hablado varias veces, pero me gustaría que te quedara claro— me dijo Loan por decimoquinta vez—. El nuevo material de entrenamiento llegará en las próximas semanas gracias a un nuevo patrocinador del equipo y no quiero ni un solo problema al respecto.

No dije nada. Me mantuve en silencio durante todo el tiempo que duró el discurso. Lo único que perturbaba mi aparente calma eran mis puños cerrados. Estaba enfadado con todo el mundo, pero, sobre todo, conmigo mismo. El mes pasado había cruzado una línea muy fina. No podría volver a repetirse si quería conservar la beca y la plaza en la escuela.

—No volverá a pasar—contesté al final.

Como entrenador Loan era muy bueno, pero como profesor tenía margen de mejora. Si Eire y Thiago no hubieran estado entrenando en una de las máquinas en ese momento, no habría habido tantas consecuencias. Lo tenía claro, pero parecía que siempre tenía que haber alguien para ver todos mis errores.

—Bien. Cambiemos de tema. He visto que has rechazado a todos los candidatos para ser tu compañero en el equipo—aquel era otro de los temas recurrentes en nuestras reuniones.

Al ver que no decía nada, volvió a insistir.

—¿No tienes nada que decir? —me preguntó Loan preocupado.

—Todos mis posibles compañeros son un desastre. No saben concentrar su poder y mucho menos manejarlo como se exige en un duelo. Lo he intentado con todos: Thiago, Eire, Stella y Yuki. Soy demasiado bueno para formar equipo con ellos—respondí conservando la calma mientras le mantenía la mirada al entrenador—. Menos mal que su ineptitud se ha complementado y ahora pueden formar equipos mediocres entre ellos. Yo no puedo hacer eso. Yo puedo combatir solo. Puedo ganar sin ayuda.

Loan suspiró con resignación. Aquella era la misma conversación de siempre. Se llevó los dedos a la sien y se permitió unos segundos de meditación con los ojos cerrados. Parecía cansado, pero esperé sinceramente que le hubiera quedado lo suficientemente claro y no tener que volver a repetir este diálogo nunca más. Para mi desgracia, cuando los abrió, no había ni una pizca de duda en ellos. Eran todo determinación. Antes de que hablase ya sabía que, lo que iba a decir, no me iba a gustar.

—Sabes tan bien como yo que los combates son de dúos. No puedes competir solo. He estado jugando a tu estúpido juego mucho tiempo. Apenas quedan un par de meses para la competición y no pienso permitir que representes al equipo si continúan tus exigencias. Pensé que dejarte elegir a tu compañero podría ser algo bueno para el Kettou, para la escuela. Pero cada día es más difícil encontrar a un alumno al que le apasionen los combates. Y todavía es más difícil encontrar a uno que quiera luchar de tu lado, o intentarlo al menos—me respondió Loan cruzándose de brazos.

Por alguna razón me sentí con la necesidad de justificarme. No es que yo rechazase a mis posibles compañeros por capricho. Yo era el primer interesado en encontrar un buen compañero, pero parecía que me estaban intentando fastidiar.

—Yo no tengo la culpa de que sean unos ineptos. Yo siempre...

Loan me interrumpió antes de que pudiera continuar.

—¿Te estás escuchando? Todo tu vocabulario se reduce a yo, yo y yo. Son duelos, el trabajo en equipo es fundamental para poder ganar. Posiblemente sea lo más importante y hasta que no lo entiendas, no vas a llegar lejos, Rian. Y me da pena porque tienes mucho potencial.

Suspiré enfadado. Me sentía contra la espada y la pared.

—No pienso volver a hacer equipo con Thiago. Me niego. Puedo volver a intentarlo con Eire una vez más, pero estoy convencido de que no funcionará porque...

Loan levantó una mano, interrumpiéndome.

—No. Tienes la oportunidad de luchar en los campeonatos siempre y cuando aprendas a trabajar con Aiden. De lo contrario, estás fuera—me dijo lo suficiente serio para que supiera que no bromeaba.

—¿Fuera? Soy el mejor, no me vas a poder reemplazar—grité enfadado mientras me ponía en pie y golpeaba la mesa con los puños.

—No intento reemplazarte. Quiero que compitas con Aiden, como compañeros. Tampoco ganaremos con un equipo de un solo mago.

Loan no paraba de repetir ese nombre, pero no recordaba haberlo oído antes. ¿Quién se supone que es? ¿Había alguien nuevo en el equipo? ¿Por qué no me lo habían comunicado antes?

—Y, ¿quién es Aiden? ¿Está en el equipo? ¿Por qué tiene que ser él? —pregunté enfadado.

—Aiden es un chico de primero—¿de primero? ¿enserio? Tiene que ser una broma—. Es el hijo de la presidenta de Industrias Ashton, nuestro nuevo patrocinador. No tiene técnica, pero tiene un poder fuera de serie. Con tu ayuda pulirá sus técnicas y juntos...juntos seréis imparables.

Tenía que ser una broma. Tenía que ser una puta broma. No podía ser que me quisieran emparejar con un enchufado. El hijo del nuevo patrocinador, ¿podría haber algo más lamentable? ¿Era así cómo había conseguido la plaza en la escuela, a base de poner dinero sobre la mesa? Intenté relajarme, pero notaba como la ira se me acumulaba en el pecho, impidiéndome respirar con normalidad. ¿Y a qué se refería Loan al decir que tenía un poder fuera de serie?

—Tiene que ser una broma... —repetí, esta vez en voz alta. Loan no podía estar hablando en serio.

—Tenemos la primera práctica la semana que viene. No llegues tarde. Puedes irte—me señaló la puerta como hacía siempre que quería terminar una conversación.

—No lo puedes estar diciendo en serio. Por favor—supliqué. Estaba desesperado. No podían obligarme a competir con un enchufado sin experiencia ni técnica.

—No hay nada más que hablar.

—Loan...

—Rian, lárgate ya—repitió señalando la puerta con el dedo índice.

Esto no podía estar pasándome a mí.

Me levanté de la silla y salí de aquel despacho con una presión en el pecho que hacía años que no experimentaba. No tenía ni idea de quién era ese Aiden, ni siquiera me sonaba su nombre y aun así ya lo odiaba. Lo odiaba con todas mis fuerzas.

Aquella noche me quedé despierto hasta tarde. Mentiría si dijera que las palabras que había dicho el entrenador no me atormentaban: tiene un poder fuera de serie. Pero no dejaría que eso me hundiera. Le demostraría a ese alumno de primero quién era el mejor. Le enseñaría a mantenerse fuera de mi camino.

Victoria ColateralOn viuen les histories. Descobreix ara