YO SOY EL MONSTRUO

19

IRIS

Sigo encerrada en mi habitación, desde ayer no salgo de la puerta para afuera.

Adam me había llamado para desayunar y almorzar con el y yo simplemente le dije que no tenía hambre.

Sigo pensando en lo que pasó ayer.

Siempre he leído las típicas historias de el mafioso que se enamora a primera vista y la secuestra a ella y ella se enamora de él y pasan muertes y cosas malas pero terminan en un final feliz.

"por favor Dios, mándame a un tío igual, con dinero y si es mafioso mejor"

maldito día en el que pedí un puto mafioso.

— Dios, no iba en serio, es lo típico que se dice cuando te gusta un persona de un libro – dije mirando al techo

— Iris no puedes quedarte encerrada para toda la vida en ese cuarto, sal de ahí, tenemos que hablar seriamente – dice una voz detrás de la puerta

— si, vamos hablar seriamente de lo mentiroso que eres

abre la puerta y entra como si nada hubiese pasado

— no soy un mentiroso, no quería que me odiases sin conocerme verdaderamente

me agarra de las manos y empieza a dejar suaves caricias en ellas

— Te quiero – me dice muy decidido, mirándome a los ojos – ¿Me perdonas? empezaremos todo de nuevo, seremos súper felices en mis millones de mansiones y si quieres irte a vivir conmigo mejor ¿Si? Perdóname...

— Esto es chantaje emocional eh, y no puedo irme a vivir contigo ¿Estamos locos? además de que mis padres no me dejarían

— A tus padres les importa una mierda en donde estés, no se preocupan por ti...

— mi padre un poco si – dije interrumpiendo

— Bueno... pero no creo que les importen que te vengas a vivir conmigo

— Que no, que no, no me voy a ir contigo a ningún lado, no cambies de tema que todavía no te he perdonado, sigo enfadada, muy enfadada.

— pues no te enfades, no te dije nada al principio por miedo al rechazo y...

— ¿miedo al rechazo? pero, que coño pasa por tu mente cuando planeas que te han atracado o robado, estabas realmente herido y me preocupé de verdad ¿qué coño te pasó exactamente?

— ¿Te acuerdas de mi súper amigo Aarón?

...

— no me jodas que el te ayudó con esto

— si

—¡pero estáis locos! ¡cómo se te pasa por la mente hacer eso Adam! – le grité

— me gustaste muchísimo cuando te vi por primera vez y quise acercarme a ti

— y ¿No podías simplemente pedirme mi número?

— no...

— ya veo...A ver, vamos a calmarnos

— yo estoy calmado – dijo interrumpiendo

— tu ¡Yo no! cuéntame todo, la verdad, desde el principio ¡ya!

— vale pero tranquilizate

—si si, estoy tranquila

— Hace varios meses entré en una librería y te vi, me llamaste mucho la atención y busqué información sobre ti, vi muchas cosas..

— muchas cosas ¿Como qué? – lo interrumpí

— información personal, y vi tu dirección, y quise acercarme a ti, mi plan fue ese, vi que eres bastante empática y mi primer plan fue ese y lo hice, me hice pasar por pobre y huérfano que necesitaba ayuda, sabía que no me ibas a rechazar, por eso lo hice