La media hora de todos los días

446 30 0
                                    

Había pasado una semana desde la incorporación de Ainhoa en cocinas y desde que estaba ella, todo estaba más organizado, nos metía caña pero eso me gustaba, si no, el orden reinaría en la cocina. Se estaba adaptando bien y ya se hablaba con la mayoría de gente del hotel. Había conocido a mis padres y a todas mis tías, la veía bastante integrada para llevar solo una semana. Sin embargo estos dos días la veía algo más apagada, pero no sabía muy bien el porqué y quería averiguarlo.

A las 8 y media salí de casa y fui al Chelsea a por mi café de todas las mañanas. Al salir, Ainhoa estaba fumando en el banco de en frente del hotel, la veía un poco nerviosa.

- Hola!

- Hola Luz- dijo estresada.

- Estas bien? - mientras me sentaba a su lado.

- Bueno, la verdad es que ayer no tuve muy buen día.

- Y eso, que te pasó?

Resopló y se llevó las manos a la cara.

- Ee - dije tierna mientras le acariciaba la mano- que ya sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.

- Lo sé Luz y te lo agradezco un montón, pero no me apetece hablar mucho de tema ahora.

- Bueno igual te puedo ayudar...

- Que no Luz, que no tiene solución- dijo borde y se fue.

Me quedé tiesa, sabía que estaba estresada y que a lo mejor no quería contármelo pero nunca me había tratado así.

Durante el día, ambas nos evitábamos. Ella seguía estresada y yo no quería molestarla más, además estaba enfadada por cómo me había tratado.

Sobre las 2, en el descanso para comer, cogí como siempre mi tupper de comida y me fui al banco de fuera del hotel a comermelo. Teníamos una media hora para comer todos los días y yo solía hacerlo con Ainhoa, pero hoy no era plan y me fui sola, aunque al rato apareció ella. Yo intenté no mirarla para hacerle ver que no me apetecía que viniera, pero no le importó.

- Hola, me puedo sentar ?- dijo flojito.

- Si claro, no te voy a echar del banco, no es mío- dije borde.

- Bueno este banco ya es un poco nuestro - dijo intentando romper un poco el hielo, aunque vio que no me reía.

- Luz, perdóname por lo de antes de verdad, llevo un par de días muy nerviosa y estresada y sin quererlo voy y lo pago con la única persona en la que puedo confiar, perdóname de verdad.

Al escuchar eso me ablandé un poquito.

- Es que yo solo quería ayudarte y me dejaste un poco descolocada- dije mirando hacia abajo.

Ainhoa me levantó la cara con la mano y puse cara de sorpresa, no me lo esperaba para nada.

- Perdóname por favor, me siento una estúpida - dijo preocupada.

- Vale..... te perdono, aunque no quieras contarme que te pasa - dije encogiéndome de hombros.

- Que ayer me habló mi ex, bueno, y antes de ayer también. No se cómo ha encontrado mi número de teléfono de casa, pero lo ha hecho y cada vez que me llama me dice que me va a venir a buscar y que me va a llevar con él - muy nerviosa.

- Pero que dices Ainhoa, ese hombre está loco- agarrándole de las manos. Tienes que denunciarle o no se hacer algo.

- No es tan fácil Luz... seguro que nadie me cree.

- Yo sii!!

Ainhoa me sonrió.

- Gracias, pero lamentablemente no es suficiente. Vendrá a por mí, me obligará a irme con el y todo lo que he hecho aquí no servirá para nada- dijo llevándose una mano a la cabeza.

- Nonono, mientras yo esté aquí eso no va a pasar. Si viene tendrá que enfrentarse a nosotras.

- Luz amor, si eres enana, te toca un poquito y te tira al suelo- dijo riéndose mientras se quitaba una lagrima de la cara.

- Bueno, pero también están Paolo y mi hermano Jon y el resto del equipo de cocina.

- Bueno vale, te creo - dijo apretándome la mano.

- Gracias por todo Luz, no se que haría sin ti- me dio un abrazo.

Al principio nos daba cosa abrazarnos pero ya se había vuelto como algo normal entre nosotras y la verdad es que me encantaba. Cuándo estaba entre los brazos de Ainhoa me sentía la persona más feliz del mundo. Al separarnos miré el reloj y ya habían pasado 25 minutos.

- Ainhoa, nos quedan 5 minutos y ni hemos comido, corre - dije riéndome.

- Ostia, es verdad - se rio.

Al acabar de comer nos fuimos otra vez a la cocina a terminar el servicio. Hoy me tocaba salir algo antes porque los viernes me dejaban irme una hora antes. Al acabar me despedí de Paolo, Carlos, Ana y el resto de cocineros y al irme, después de cambiarme me despedí de Ainhoa.

- Bueno, me voy, si te vuelve a llamar o te sientes mal y quieres hablar por favor llámame.

- Vale, gracias, adiós - me dio un beso en la mejilla y se fue.

No me dio tiempo ni a reaccionar y me quedé ahí como una tonta parada. Me puse la mano en la mejilla y me empecé a reír nerviosa. De pronto me di cuenta de lo tonta que estaría pareciendo a ojos de los demás y me fui.

Al llegar a casa y ya que hoy tenia algo más de tiempo, pensé en hacerle algo a Ainhoa para animarla un poco. Un regalo, un plan juntas fuera de cocinas, no se algo. De pronto me acordé de la conversación del otro día en el Chelsea y de que ambas nos moríamos por ir al concierto de Pignoise en el Wizink de Madrid que casualmente era en dos días. Sabía que las entradas estaban agotadas pero mi tía Clara me dijo que en ocasiones la gente las vendía por Twitter ósea que me puse a buscar. Justamente una chica vendía dos entradas en pista y las dejaba a 25€ cada una, que no estaba nada mal, por lo que no lo pensé más y las compré.

No me puedo creer que vaya a ver a mi grupo favorito con una de mis personas favoritas. Estaba nerviosa por ver cómo reaccionaría Ainhoa, al fin y al cabo las cogí sin más, sin saber si podía o no pero bueno supongo que si porque es domingo y los domingos la cocina del hotel se cierra en el horario de cena. No sabía como dárselas ni cómo decírselo ósea que decidí que lo mejor era dárselas mañana mientras desayunábamos en el Chelsea.

- Hola Ainhoa, cómo estás ?😊 . He pensado que para compensar el día de mierda de hoy, te invito a desayunar mañana en el Chelsea antes de entrar a trabajar.

- Vale, pero la que invita soy yo, que tú bastante estás haciendo ya por mí🤪

- Buenoo... vale. Nos vemos en el parque a las 8?

- Genial💗

Cené poco, no tenía mucho apetito de los nervios la verdad, al poco fui a la cama que estaba cansada pero no sabía si iba a poder dormir.

Planta 2 Where stories live. Discover now