202

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Hoy me he levantado sobre las 9, más tarde de lo normal para mí, ya que la noche anterior llegué de madrugada a casa por estar en el hospital con mi padre. Caí rendida en la cama y enseguida me dormí, estaba tan cansada...

Paolo, que siempre está encima  de mí, me dijo que él se encargaba de la cocina durante dos días y así yo podría descansar y pasar el mayor tiempo posible con mi familia. A veces le odio porque es muy pesado, pero tengo que reconocer que esta vez se ha portado muy bien conmigo, al fin y al cabo me quiere y lo demuestra a su manera, aunque a veces me agobie un poco lo empalagoso que es conmigo. Él quiere algo serio y yo simplemente quiero pasar un buen rato con él de vez en cuando, me atrae físicamente, pero no tendría una relación con él.

Sin embargo, esta mañana no eran ni Paolo ni mi padre los que desviaban todos mis pensamientos, era Ainhoa. No podía parar de pensar cómo estará y si ha conseguido descansar esta noche.

Desayuné, me vestí y para las 10 estaba en el hospital, tenía que quedarme con mi padre de 10 a 12 porque mi madre tenía que irse a trabajar. Al salir, fui a por algo de comer a las máquinas de fuera, había desayunado hace bastante y ya empezaba a tener hambre. Mientras mi barrita de Kit Kat bajaba por la máquina, pensé en que a lo mejor podría comprar algo más y llevárselo a Ainhoa. Sé que ahora mismo a lo mejor no podía comer nada de azúcar, pero el detalle es lo que cuenta.

Me dirigí a recepción de la planta de mi padre, la planta 2 y pregunté a una de las chicas que estaba ahí si podía decirme cuál era la habitación de Ainhoa.

- La habitación de Ainhoa Arminza es la 202- dijo la chica.

- Perfecto, muchas gracias.

Me quedé impactada al descubrir que la habitación de Ainhoa no solo estaba en la misma planta que la de mi padre sino que era la habitación que se encontraba en frente!

Me dirigí hacia allí, me sudaban las manos y el pulso se me aceleraba a medida que iba llegando a la puerta cuando de repente.

- Hola, Luz! ¿A dónde vas? Ahora me toca a mí estar con papá - dijo Jon bastante extrañado sin saber que hacía su hermana allí.

- Voy a ver a una amiga que está ingresada justo en frente de la habitación de papá.
Me puse extremadamente nerviosa y fue muy incómodo ósea que opté por cerrar la conversación.

- Venga Jon, ve dónde papá que ya lleva un rato solo- dije mientras le daba un beso en la frente a modo de despedida.

Cuándo Jon entró en la habitación, me quedé de frente en la puerta de la habitación 202, respiré hondo y decidí entrar.

- Hola, ¿Ainhoa?

Para mi sorpresa, Ainhoa no estaba allí. La que se encontraba en la cama era una señora de unos 80 años a la que le acompañaba uno de sus nietos.
De la vergüenza cerré la puerta y me quedé en blanco mirando a la puerta, avergonzada.
Si no está aquí, dónde está ? Pensé.

Preocupada y sin entender nada me dirigía a recepción de nuevo para comentar el malentendido cuando de repente la vi aparecer al final del pasillo. Llevaba la vía puesta y un carrito donde estaban las medicinas que le estaban dando. Tenía mejor cara que ayer, aunque parecía algo cansada aún, pero no lograba entender cómo el pijama del hospital podía sentarle tan bien a alguien, estaba preciosa.
Poco a poco nos íbamos acercando hasta que ella tomó la primera palabra.

- Hola, Luz, ¿qué te trae por aquí?  - dijo con una sonrisa

- Holaa, bueno es que ayer no te lo dije, pero mi padre está ingresado y he venido a verle. Me puse algo nerviosa y no sabía si decirle que ahora iba a verla a ella porque me interesaba saber cómo estaba.

Planta 2 On viuen les histories. Descobreix ara