El primer día

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El despertador sonó a las 6:30 de la mañana, entraba a las 8, pero quería ducharme y desayunar fuerte para afrontar el día. La verdad es que había dormido muy poco esta noche pensando en lo que ocurrió en el ascensor con Luz. Me sentí a gusto contándoselo y sentí que podía apoyarme en ella para superarlo. La conexión que tenía con ella no la había tenido con nadie nunca y vete tú a saber lo que hubiera pasado si el ascensor no hubiera empezado a funcionar, por primera vez desearía que así fuera.
Afrontaba el día con ganas y con ilusión, ya que esto para mí no solo significaba un cambio de trabajo, significaba también un cambio de vida. Tenía muchas ganas y muchos nervios a la vez por conocer a mis nuevos compañeros, solo había oído hablar de Paolo, pero sé que eran muchos más en cocina.

Desayuné un unas tostadas con tomate y un café con leche, que era lo que desayunaba siempre, la verdad es que era bastante básica en ese tema y me puse el uniforme del trabajo. Era blanco y hasta habían bordado mi nombre en él , un detalle muy guay.
Al salir de casa pasé por el parque y vi de lejos a Luz. No sabía si acercarme a ella o simplemente seguir andando detrás de ella. Al final, un impulso me hizo acercarme.

- Hola, Luz- dije mientras le tocaba el hombro.

- Ay, que susto, hola Ainhoa - dijo mientras se llevaba la mano al pecho.

- Perdón, no quería asustarte.
Ambas nos reímos nerviosas.

- Oye, iba a ir a por un café al Chelsea antes de ir a trabajar, como cada día,puedes venir conmigo si quieres y te presento a Julio, el dueño del bar y un gran amigo de mi familia.

- Sii, claro - dije tímida.

Entramos en el bar y no pude evitar fijarme en la decoración, me esperaba un bar más antiguo, un bar cómo más de pueblo y me encontré con un sitio lleno de guitarras, camisetas de rock y vinilos colgados en las paredes. Sin querer, me quedé embobada.

- Que, ¿te gusta ? - dijo Luz dándome en el brazo.

- Ay, si, perdón que me he quedado embobada. No me esperaba así el bar.

- ¿Te gusta el rock?

- Si bueno, me gusta la música en general.

- ¿Cuál es tu grupo favorito? - Me preguntó.

- Pues...me gustan mucho Estopa, Abba, Rosalía, C tangana....variadito. A bueno y uno de mis grupos favoritos sin duda es Pignoise.

Luz pone cara de sorpresa y me coge las manos con emoción.

- ¿Qué dices tía? Pignoise es mi grupo favorito también.

Me quedé loquísima la verdad.

- En serio, que fuerte - dije emocionada. Me encantaría ir al concierto de Madrid, pero las entradas están agotadas desde hace ya tiempo.... - dije triste.

- Ya, yo también estuve mirando, pero nadie quería venir conmigo, ojalá hubiera ahora- dijo con pena.

- Bueno, va vamos a que te tomes el café que vamos a llegar tarde y no quiero dar mala impresión en el primer día.

- Hola, Julio.

- Hola, Luz, ¿lo de siempre?.

- Sii y bueno, tú Ainhoa que quieres ?.

- Yo nada gracias- dije vergonzosa.

- Va, que te invito.

Refunfuñé. - Siempre te sales con la tuya e - dije en modo vacilón.

- No lo sabes tú bien.

Me quedé tonta pensando en lo que me había soltado, a que se refería?

- Eeeee bueno, un café con leche.

- Aquí los dos cafés , tú debes de ser Ainhoa no? - dijo Julio.

- Sii, encantada - dándole la mano.

Nos tomamos el café y nos fuimos rápidamente, ya llegábamos casi tarde.

- Nos vamos, adiós - dijimos ambas a la vez.

Entramos a la cocina y allí estaban todos esperándonos.

- Vamos a cambiarnos Ainhoa.

- Vale. Nos cambiamos cada una en un baño y me esperó fuera a que estuviera lista para que no fuera sola, que mona.

- ¿Estas? Vamos entonces - me cogió de la mano. Estaba acostumbrándome a ir de la mano con ella ya.

- Chicos, escucharme un momento. Esta es Ainhoa, la nueva chef del hotel.

Me daban mucha vergüenza estas cosas y no sabía ni dónde meterme. Luz ya me había soltado la mano, supongo que para aparentar profesionalidad, pero en este momento deseaba apretársela muy fuerte.

- Hola chicos, soy Ainhoa Arminza, vuestra nueva chef.

- Ostras, eres Ainhoa Arminza? La chef internacional?

- Si soy yo- dije agachando la cabeza con vergüenza.

- Tío Paolo, que oportuno eres - le dijo Luz.

- Bueno no pasa nada, aquí soy Ainhoa y soy vuestra chef y voy a hacer todo lo posible para que esta cocina funcione bien y que podáis aprender de mí, pero yo también aprender de vosotros que seguro que tenéis mucho que ofrecerme.

Todos aplaudieron y sonreían, pero yo solo podía fijarme en Luz que me miraba como con orgullo.

- Bueno, vamos a empezar a trabajar. Hoy hay que preparar una migas de bacalao confitado y mousse de berenjena y de segundo un timbal de langostino.
Tu Luz, ponte con el primero y tú Paolo con el segundo. El resto cortar todos los ingredientes y separaros de manera que haya el mismo número de personas preparando cada plato. ¿Si?

- Si, chef - todos al unísono.

La jornada transcurrió con tranquilidad hasta la hora de acabar.

- Bueno, chicos, el servicio ha finalizado por hoy, muy buen trabajo- dije mientras les aplaudía. Todos me siguieron.

Vi a Paolo ir dónde Luz y hablarle cariñosamente, sin embargo, notaba a Luz algo incómoda, cómo dándole largas. ¿Es que a Paolo le gustaba Luz? O ¿tenían algo?. Decidí irme a cambiarme.

- Espera Ainhoa- dijo Luz mientras corría hacia mí. ¿Me esperas y vamos a casa juntas? . Ósea tú a tu casa y yo a la mía claro jajaja - dijo muy nerviosa.

- Sisis, claro si total vivimos cerca no?

Le esperé y salimos fuera, me encendí un cigarro.

- Uy, no sabía que fumabas.

- Bueno, tú también fumas no? El primer día que hablé contigo estabas fuera fumando por lo que una cosa más que tenemos en común.

- Eso es verdad - dijo encendiéndose un cigarro.
La verdad es que cuándo la veía fumar me entraba un calor horrible por el cuerpo.

Fuimos por el parque hasta llegar a la puerta de casa de Luz.

- Oye Luz, igual la pregunta te sorprende pero, Paolo y tú, tenéis algo? Le he visto muy cariñoso contigo. Que si no quieres contármelo no tienes porque eee....

- Nonono - se puso muy nerviosa. Bueno....tuvimos algo, pero nada, fue solo un rollo. Yo nunca quise nada serio con él. El otro día le dije que ya no quería quedar más con él y cómo el chaval es un poco pegajoso pues sigue insistiendo a veces. Pero nada más, de verdad- dijo cómo si me tuviera que dar explicaciones, cómo si yo fuera algo para ella.

- Te creo, te creo, solo curisiodad - dije feliz y con cara de tonta al saber que no estaban juntos.

- Bueno, me voy a ir que mañana madrugamos otra vez y quiero revisar el menú para mañana. Nos vemos mañana.

- Sii, nos vemos mañana, que descanses Ainhoa.

Cómo siempre no sabíamos cómo despedirnos y finalmente nos dimos un abrazo. Un abrazo en el que me quedaría a vivir por una eternidad.

Planta 2 Where stories live. Discover now