2.-Adrenalina

105 12 13
                                    

Pensamos un momento en cómo salir, hasta que finalmente lo hicimos por la parte trasera de la escuela, corrimos como pudimos, ignorando a los compañeros que nos pedían ayuda mientras los mordían o mientras tropezaban entre ellos.

El plan era llegar a la casa de alguno de nosotros, nos acordamos de que Fabián vivía muy cerca de la escuela, por lo que decidimos ir hacia allá, la calle se veía tranquila a comparación de adentro de la preparatoria. Toda la avenida Observatorio estaba normal, con pequeñas cantidades de tráfico y gente subiendo y bajando de los autobuses.

Sin embargo seguimos corriendo a todo pulmón,  Dalia decidió detenerse y observar a un infectado derribar a una mujer y abrirle el estómago con las manos para después jalar los intestinos con sus dientes.

Se desmayó.
No podía dejarla atrás, por más que sintiera que eso nos iba a atrasar era mi amiga y no podíamos permitir que nos pasara algo. Me ayudaron a cargarla, continuamos lo más rápido posible, el caos se esteba extendiendo.

Llegamos a la casa de Fabián, abrió rápidamente la puerta y la cerró de golpe en cuanto todos entramos con Dalia encima, la dejamos en un sillón y nos desplomamos en el suelo.

Una vez que nos recuperamos intentamos llamar a nuestros padres, incluso a los de Dalia que seguía desmayada, pero no contestaban.

Fuera de servicio, el mismo tono de voz todas las veces que lo intentamos.

-¿Y ahora qué? Esto no es como las películas, no tenemos pistolas ni nada por el estilo...- Katia estaba muy alterada.

-¡Serás idiota! Las películas de zombis tienen armas porque son estadounidenses y en estados unidos hay armas, ¡y aquí no porque es México! Me caga la gente que deseaba que hubiera un apocalipsis zombi, pensaban que podrían sobrevivir y todo eso y míralos, ¡míranos! Muriéndonos de miedo y los otros siendo devorados... Lo más probable sea que digan que no salgamos de nuestras casas en estos momentos, deberíamos prender la televisión.- Fabián trató de mantenerse calmado.

-Lo más seguro es que comiencen los saqueos y los asaltos, ¿no creen? Deberíamos cerrar las ventanas y las puertas, tus ventanas tienen protección, pero deberíamos asegurar tu puerta.- Dije pensando en los malditos aprovechados de estas situaciones.

-¿Cómo demonios vamos a defendernos si algún idiota entra? Seguramente tendrán pistolas o algo así? Preguntó Fabián.- Honestamente creo que yo le temería más a esos pendejos que a los enfermos.-

-Intentemos pensar en eso más tarde, por favor. Primero cerremos bien tu puerta y volvamos a tratar de hablarle a nuestros padres.- Katia también trataba de mantener la calma como nosotros.

Fabián nos dio la idea de fingir que la casa seguía vacía, pero asegurada. Así no llamaría mucho la atención ni de enfermos ni de aprovechados. Nos aseguramos de que no se viera nada por las cortinas de cada ventana. 

-Tal vez sea un poco más llamativa una casa vacía, pero tenemos algunos cuchillos, ¿no? Seguramente podremos hacernos cargo de ellos.- Fabián sabía que era más fácil decirlo que hacerlo.

Dalia despertó y lloró, mucho. No encontré palabras para apoyarla, y no podía decir que todo estaba bien, porque en verdad estábamos muy jodidos.

Prendimos finalmente el televisor, viendo qué es lo que recomendaban en la televisión, lo que vimos no fue muy esperanzador.

Nos pedían quedarnos en casa y evitar contacto con cualquier otra persona que no supiéramos si estaba infectada o no, el virus se esparcía mediante la saliva o vía sanguínea. Provocaba un estado de confusión y y una fiebre demasiado alta. Les parecía extraño que no se atacara a animales, se le diagnosticó como rabia humana. Casi todos los países se encontraban en cuarentena.Se nombró a la secta causante de esto, todos se habían infectado y contagiado a varias personas.

-Wey, en youtube hay un vídeo de que el presidente ha sido mordido por uno de sus guardaespaldas.- Mencionó Fabián.

-El pendejo dijo que no pasaba nada, que eran casos de histeria, ¿no? Se lo tiene merecido.- Dije secamente.

No sabíamos lo que haríamos en los siguientes días.

Carne PodridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora