CAPITULO XV: Disculpas

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No se el por qué pero me arreglé más que de costumbre.

Iba a tener dos invitados.

No es que me gustara dar buenas impresiones-como ya lo han notado- pero es que algo de mi quería estar bien, sentirme bonita.

Me puse una bluma mangas largas color azúl y unos Jeans simples, até mi cabello en una cola alta, y me hice el maquillaje, un poco simple, porque sé que estoy en casa no es que me vaya a ver todo el mundo, solo ellos, Rafe y Steven.

En realidad esperaba no cagarla.

Aunque vamos, siempre lo hago, no son tan buena sobrellevando situaciones incómodas, y no se si está ocasión sería incomoda, pero yo me puse ahí y tenía que resolverlo de la mejor manera.

Esperé que dieran las 7:00 p.m. en el sofa del salón. No los haría pasar a mi habitación una vez más, los dos ya habían estado ahí y no para algo interesante.

Por desgracia.

Que cosas pensaba, solo... no quería que volvieran a mi habitación, mucho menos los dos juntos, los conozco tan bien que fácilmente sé que podían poner de cabeza mi habitación porque su curiosidad se los dicta, más a Steven. Él es alguien muy curioso y preguntón, lo contrario de Rafe, él es curioso pero observador, trata de... Mhm... ¿analizarme?. Bueno eso creo no se si sea la definición correcta.

Te da pánico que te analice.

Claro, me da pánico que alguien me analice, que me lean tan fácilmente, siempre he sabido como hacer para que alguien ni siquiera trate de prestarme más atención de la necesaria y luego hacer que se olviden totalmente de mi con mis actitudes. Pero no con Rafe. Es muy raro.

Tu eres rara.

Vaya, talvez lo soy, pero poco.

Alejé mis pensamientos cuando oí el timbre, me asomé por la ventana, vi a Steven de pie, me acerqué hasta la entrada y abrí la puerta, le otorgué una pequeña sonrisa, él hizo lo mismo, parecía tranquilo, demasiado tranquilo.

—Espero no haber llegado tarde —pronunció sonriente.

—Llegas demasiado temprano de hecho —hice un gesto con las manos para que pasara —Rafe aún no ha venido.

—Talvez no tarde en venir —dijo mientras tomaba asiento en el sofá en el que antes yo estaba sentada.

Me dediqué a mirar la hora en mi móvil mientras él trataba de elegir alguna película interesante. Esta vez le tocaba a él, ya que Rafe ni se digno en llegar.

Al ver que Berry ya había elegido la película, me sitúe en el otro sofá.

En la pantalla de la televisión comenzó a reproducirse la película de El Hobbit: Un viaje inesperado. Sonreí ante la elección.

—Interesante —moví las cejas en dirección a la pantalla.

—Si que lo es —su sonrisa se ensanchó, le dedica una última mirada a su teléfono para luego apagarlo y dejarlo frente a la pequeña mesa frente a nosotros.

Me puse comoda, estiré completamente las piernas en el sofá y quedé recostada en un costado. Steven parecía un poco menos cómodo, decidió solo sentarse con las manos a los costados del sofá.

Nos dedicamos a mirar la película sin decir nada. Y por un momento quise que rompiera el silencio, porque los silencios con Steven si son incomodos, muy incómodos. No como con Rafe.

Revisé mi teléfono y ya había pasado una hora, era evidente que no vendría. Berry pareció notar la expresión en mi cara cuando miré la hora.

—Quizás le surgió alguna emergencia —su expresión lucía tranquila, no creo que le importara mucho que Turner no haya llegado.

Demasiado Cerca De Las EstrellasWhere stories live. Discover now