CAPITULO V: Noche buena (parte I)

62 7 3
                                    

—¡Isabella! —chilló Lilian.

Estábamos poniendo las decoraciones para Navidad, y mis primas estaban discutiendo por como había quedado todo.

No entiendo por qué papá espero hasta justo a noche buena para que pusiéramos las decoraciones.

—Estás loca Lilian, esas luces no van ahí, van en el árbol de navidad.

—¡Claro que no!

—¡Que si!

—Loca

—Pesada

—Estúpida

—¿Sabes que?, Haz lo que quieras

—Cállate, demente.

—Ridícula.

—Tonta.

Ellas suelen decirse de cosas, no afecta en su relación, quiero pensar que es su forma de decirse te quiero.

A veces demuestras odio, cuando sientes amor.

Decoramos el salón, la entrada de la casa y el gran árbol de Navidad.

Era la noche de la cena de Navidad.

Ya habían pasado varios días desde aquella noche que conversé con Steven en el lago.

Se suponía que ese era el día en que iría con mis abuelos, los padres de mi madre. Pero, papá tuvo un inconveniente con la organización de unos papeles de la empresa y no pudo llevarme, dijo que iría otro día.

Eso me puso un poco triste, los padres de mamá son geniales, tienen tanto amor, son cariñosos y comprensivos.

—Isabella y yo iremos a vestirnos para la cena —avisó Lilian.

—No hay problema, vayan —hablé.

Subieron por las escaleras, dirigiéndose a las habitaciones de arriba. Estoy segura de que se tardarán mucho tiempo arreglándose. Hasta para elegir sus arillos se tardan demasiado.

Yo, como siempre espero y me pongo lo que encuentro de primeras. Aunque está vez ya tengo lo que me pondré, papá me llevo a la ciudad a elegir un vestidos, no me gustan los vestidos los deje de utilizar a los doce años, pero también cada año me pongo uno en Navidad, es como un tipo de ley que papá me puso, dice que debo de verme presentable por lo menos una vez al año. Creo que quiso decir que no me veo presentable el resto del año.

Fue un insulto indirecto.

Era ya de tarde, la oscuridad de la noche a penas se asomaba. El clima frío aún estaba presente, se quita siempre hasta la primavera. Eso pasa siempre.

—Nessa, ve a cambiarte ya —ordenó papá, saliendo de la cocina.

Él ya traía un traje puesto, uno muy elegante y bonito.

—Los Berry vendrán a la cena —informó.

—¿Los invitaste?

—Si, y no se protesta. Te recomiendo que te comportes y seas más amable —ordenó.

Solo asentí. Me dirigí a mi habitación.

Quedé de pie frente al vestido que me elegí, era de color rosa, era jodida y ridículamente hermoso. No me gusta el rosa, pero ese vestido si que me gustó un poco.

Me puse el vestido y un pequeño saco del mismo tono rosa, y las zapatillas. Me rocié un poco de perfume, solté mi cabello y ya, eso era todo. Estaba lista para la cena.

Alguien llamó a la puerta de mi habitación.

—Ness, ¿Ya estás lista? —era Isabella.

Entró a la habitación y me buscó con la mirada, yo aún me encontraba contemplando mi imagen en el espejo.

Demasiado Cerca De Las EstrellasWhere stories live. Discover now