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"Ah..."

Mathias gimió y abrió los ojos. Todavía estaba oscuro fuera de la ventana, un paisaje completamente negro y sin la menor pizca de nieve.

Entrecerró los párpados y respiró tan hondo como se lo permitieron sus pulmones. Podía sentir el calor junto con el sonido de la leña ardiendo en la chimenea e incluso sin levantar un solo dedo de su mano, fue consciente de que los músculos en cada rincón de su cuerpo estaban gritando de dolor. Es decir, aunque acababa de despertar, se sentía rígido y oxidado como si hubiera estado haciendo ejercicio toda la semana. Su cabeza no estaba funcionando correctamente, y apenas y podía hacer algo más que parpadear.

"¿Estás despierto?"

Mathias abrió los ojos ante la voz familiar que se instaló en sus oídos. La mano envuelta alrededor de su cintura lo acercó más en su dirección y su espalda se pegó demasiado al pecho de un hombre. Timothy no se había ido.

"Ah, Dios mío..."

Y Mathias temblaba involuntariamente ante la sensación de algo entrado muy profundo dentro de él. Una cosa caliente.

Mathias miró hacia atrás: "¿Qué pasó?"

"Te desmayaste después del orgasmo. Fue hace apenas unos minutos".

Timothy rió suavemente y hundió los labios en su nuca para seguir besándolo. Mathias bajó la cabeza para mirar entre sus piernas: Efectivamente, esa horrible cosa gruesa todavía estaba dentro de él ¿Y cómo es que había logrado entrar hasta el tope sin partirle el trasero? Además, el líquido blanquecino en su entrepierna seguía escurriendo tanto que llegó a parecer un poco asqueroso al regarse en la cama.

"Imbécil..."

Entonces Timothy apretó sus brazos alrededor de su cintura y empujó su cuerpo en su dirección. Repitió:

"¡Dios!"

Y tuvo que hacer un esfuerzo enorme por no ponerse a babear en su lugar.

A diferencia de antes del desmayo, ahora se sentía como si su agujero se estuviera tragando su pene sin hacer tanto escándalo. Sin embargo, no podía decir lo mismo de su boca:

"Ah, ¡Ah!"

"Dijiste que querías llegar hasta el final, pero te desmayaste. ¿Qué clase de comportamiento tan maleducado es ese?"

Mathias supuso que este hombre lo había seguido follando incluso cuando se desmayó. De lo contrario, no habría existido ninguna forma de que su cuerpo hubiera podido tragarse su verga de este modo tan fácil. ¡No pudo reclamar en absoluto porque sentía que todos los órganos de su cuerpo se le habían ido hacia arriba!

"Shh..."

Timothy se movió lentamente por consideración a Mathias por acabar de despertarse. Tiró de su cintura hacia atrás, con cuidado, y luego comenzó a bombear constantemente hasta llegar al fondo. Por supuesto que cada vez que eso pasaba, el duque gemía y gemía y estiraba los dedos de los pies:

"Ah, ah, ah, pervertido ¿Quién te dijo que le hicieras eso a alguien inconsciente...?"

"¿Quién me motivó en primer lugar?"

Cuando su pene se hundió de nuevo y presionó con fuerza su interior, Mathias no pudo soportar las ganas de eyacular por tercera vez.

Obviamente estaba lleno de incomodidad antes de desmayarse, pero ahora su cuerpo lo estaba aceptando como si se hubiera vuelto uno solo con Timothy. Incluso aunque no quería, había comenzado a sentir la manera horrible en que su cabeza se volvía agua y para ser honesto, aunque nunca pensó que el sexo podría sentirse así de bien, ahora estaba más que fascinado por el cuerpo de otro hombre encima suyo.

El movimiento a través de su culo se volvió un poco más rápido. Mathias inclinó la cabeza en su dirección:

"Ah, ah, ah, ah..."

"Un poco más. Aún no llego..."

Timothy, que había estado hablando en su oído, frunció el ceño, mordió la oreja de Mathias, envolvió sus brazos alrededor de su cintura para evitar que escapara y siguió con sus movimientos tan constantemente como lo había estado haciendo desde el inicio. Mathias miró hacia atrás, con sudor y lágrimas en las esquinas de sus ojos, y aunque su rostro estaba dolorosamente contorsionado por el sexo, también era visible que lo deseaba de una manera más que escandalosa.

"Ah..."

Y mientras observaba la cara de Timothy, una sensación de placer bastante fuerte se apoderó de su cuerpo hasta que volvió a gritar sin importarle ser escandaloso. La sustancia que había estado llenando su estómago se alojó en lo más profundo de su carne, había calor, estaba temblando y no podía dejar la boca cerrada un segundo. Solo entonces, el hombre miró a Mathias con una expresión satisfecha y unos ojos marrones brillando con una fuerte luz de posesividad. Era la sombra de un animal salvaje que se había saciado.

Limpió la barbilla de Mathias con las yemas de los dedos y preguntó:

"¿Estás bien?"

Antes de besarlo suavemente en la boca. 

Pero Mathias se desmayó de nuevo.

El gran duque del norte, es lindo (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora