Capítulo diez

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Jimin realmente tarda siete minutos en llegar, ni siquiera se molesta en cambiarse de ropa

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Jimin realmente tarda siete minutos en llegar, ni siquiera se molesta en cambiarse de ropa. Sale de la casa con sus pantalones deportivos, una sudadera oscura y su chaqueta vaquera.

Y cuando finalmente llega, el fuerte olor a alcohol  y la música retumbando con fuerza le hacen fruncir el ceño. Camina rápidamente hasta la barra, dónde Jin se encuentra preparando una bebida.

- Hey, Jin -Saluda apretando los labios-

- Hola Jim, gracias por venir -Le sonríe, pero parece algo preocupado-

- ¿Dónde está?

Jin va a responder eso pero es interrumpido justamente por la persona a la que buscan.

- ¡Jimin! -Exclama con una sonrisa- ¿Qué haces aquí? ¿Tú también quieres una bebida?

Jimin niega.

- Hola ¿Estás bien?

- Sí -Dice con una sonrisa mirando a Jimin con ojos brillantes- Ahora estoy muy bien.

- El castaño aprieta los labios mientras asiente.

- Te llevaré a casa ¿Vale? -Dice quitándose su chaqueta y colocándola sobre sus hombros-

- Hueles tan bien -El pelinegro dice, aferrándose a la chaqueta del castaño- ¿Por qué no vamos a bailar?

Un cosquilleo recorre su cuerpo, pero rápidamente lo ignora.

- Otro día, ahora te llevaré a casa para que puedas descansar ¿Vale? -Dice con cariño, asegurándose que la chaqueta lo cubriera bien-

Jungkook y su jodida manía de ir poco abrigado cuando salía de fiesta.

- Eso suena muy bien -Jungkook murmura-

Jimin sonríe y asiente echando la vista a la pista de baile, para encontrar al idiota rubio bailar junto a una chica castaña, olvidándose por completo de Jungkook.

Menudo jodido imbécil.

Cuando salen del bar después de despedirse de Jin, el frío les cala lo huesos y encontrar el coche de Jungkook con las pésimas indicaciones del pelinegro se vuelve un tanto complicado, pero lo consigue. Logra subirlo y atarle el cinturón mientras Jungkook susurra pequeños "lo siento" repetidas veces.

Cuando comienzan a conducir por el edificio, la voz de Ed Sheeran es todo lo que se escucha dentro del coche. Jungkook se encuentra cabizbajo, y no dice absolutamente nada hasta que llegan.

- ¿Me odias? -Jungkook pregunta en un susurro, con la mirada en sus manos cuando Jimin apaga el coche-

El castaño frunce el ceño mientras lo mira sorprendido por la pregunta.

-No, no te odio, Jungkook.

El pelinegro parece un tanto aliviado por las palabras, un poco más tranquilo.

Sweet and sour, Heart Devoured ♡ jikooWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu