Capítulo 16 - La tercera no es siempre la vencida

111 4 0
                                    

Parte l

Considero justo escribir sobre mi última relación y con ello terminar de contarte acerca de mis tristes, pero muy agradables experiencias amorosas, también creo que podrás entender un poco una de las razones por las que me he prohibido volver a sentir bonito, pues llevo soltera muchos años, un dato innecesario, pero que tenías que saber. Por otro lado, tampoco recuerdo mucho la cronología de mi historia con mi último enamorado y la verdad hay cosas que voy a evitar mencionar pues tampoco es mi intención hacer quedar mal a esa persona; sin embargo, prometo ser lo más sincera posible.

Después de culminar mi última relación, no pensaba en estar con alguien en ese momento, solo quería enfocarme en estudiar, en la beca, en mi familia y en mí; sin embargo, es cierto que cuando menos quieres más llega alguien a tu vida, pues recuerdo que cuando entré a mi segundo ciclo de universidad, él fue uno de los primeros que me habló, rápidamente conectamos, porque era muy simpático y yo quiero creer que también. Te voy a ser completamente sincera, cuando empecé mi relación pasada, yo ya había entrado a esa sede, por lo tanto, ya lo conocía; a pesar de esto, en ese primer momento no sentí atracción, era más como una amistad, amistad la cual fue formándose en un grupo muy bonito de personas, es por ello, que después de que se terminara mi relación "tóxica", comenzamos a conversar más, descubrimos que no éramos tan diferentes, que compartimos cosas.

En esos momentos de mi vida, empecé a parar más con mis amigas y con él, por los trabajos en grupo y un sin fin de cosas, comenzamos a crear un vínculo, de todas formas, yo seguía siendo la nueva y ellos muy amigos. Tengo que admitir que luego entendí que cedía demasiado, creo que mis amigas tuvieron mucho que ver en que me fije en él, debido a que recuerdo que a menudo hacían comentarios o propiciaban momentos para que ambos podamos compartir, algo que no me desagradaba tengo que admitir.

Pasó el tiempo y no recuerdo cómo ni cuándo, pero de pronto empecé a sentir bonito, sentir cosas de nuevo, comencé a confiar, luego empecé a notar que me trataba diferente, él se portaba más atento conmigo. Un día una de mis amigas me dijo que él le había contado que yo le gustaba, pero que no sabía cómo decirme, es entonces cuando me puse a pensar en muchos "supuestos", y haciendo oídos sordos a lo que me habían recomendado de nunca salir con alguien de tu salón, me aventure a hacerlo.

Es entonces que empezamos a salir, siendo sincera, él era atento, caballeroso, buena persona, cariñoso, se preocupaba por mí, hablamos mucho de diferentes cosas, cursi, y por ello decidí darme la oportunidad de serlo también, porque me nacía. Quiero que entiendas que para mí abrirme sentimentalmente me era complicado, porque cuando terminé mi primera relación me dolió, y estaba "cuidando mi corazón", no quería llorar por otra persona, no quería pasar por todo lo que todos pasamos naturalmente, ahora sé que está mal no atravesé por miedo, y eso aplica en todos los ámbitos de la vida.

Por otro lado, un día en clase de tutoría, la profesora empezó a llamar al frente a tres alumnos para que puedan hablar sobre sus "personas especiales". Él salió voluntariamente, habló sobre su familia y sobre mí, dijo cosas bonitas que en realidad sí me avergonzaron, pero fue lindo escucharlo hablar así. Cuando terminó la hora, recuerdo que esperó a que todos se fueran, y como íbamos a salir empecé a agarrar mis cosas, es entonces cuando me detuvo y me dijo que lo sentía, que no podía más y me preguntó si quería ser su enamorada, a lo cual dije que sí, así de sencilla soy.

La relación inició bien, éramos amigos, compañeros de universidad y enamorados, comenzamos poco a poco, la verdad era bueno para mí, me sentía tranquila con él, confiaba, estaba poniendo mucho de mi parte para que funcione y parecía que él hacía lo mismo. Empezamos a compartir cosas, recuerdo que pasó un tiempo y conocí a su familia, de hecho ya la conocía porque cuando éramos amigos fuimos a hacer unos trabajos a su casa, luego él conoció a la mía, y pues la verdad a mi mamá no le terminaba de caer del todo bien, aunque tengo que admitir que solo hubo una persona de mis dos relaciones que le agradó, (porque nunca le presenté ni supo de mi segunda relación), y él no lo era, a pesar de ello; tampoco le parecía mal tipo, solo sentía que algo andaba mal.

Recuerdo también que conocí a su sobrino, que salíamos mucho, que nos tomamos muchas fotos, y que de hecho planificamos una sesión en pareja, algo de lo cual me arrepiento un poco, sin embargo, la pasamos bien ese día, también me acuerdo haberle escrito una carta, lo cual también dudé, porque para mí redactarle a alguien es muy importante; no obstante, lo hice, conocí a sus amigos y él conoció a los míos. Empecé a sentir bonito de nuevo, claro, no tan bonito como antes, pero me di la oportunidad de ser lo que no fui, deposite en él la idea de algo duradero, confíe de nuevo.

Todo iba bien, hasta que llegaron las vacaciones de verano; a pesar de esto, al comienzo salíamos cuando podíamos e inclusive puso en la mesa la idea de que nuestros padres se conozcan, lo que me dio algo de temor, pues me parecía un poco rápida la idea.

Pero de pronto empezó a cambiar, ya no me hablaba, no nos veíamos, él empezó a comportarse de una manera distinta conmigo, entonces decidí darle su espacio, pues pensé que estaba pasando por cosas difíciles, intente comprenderlo, tenía problemas con su papá así que supuse que podría ser esa la razón de su aptitud.

Hasta que un día me dijo que necesitábamos hablar, a lo cual accedí porque era obvio que algo pasaba, cabe aclarar que yo también ya había tomado mi distancia pues, entendía que posiblemente me iban a terminar.

Continuará...

25 años, 25 emocionesWhere stories live. Discover now