—Entendido, su alteza. 

—Ahora vamos a establecer cuál será su castigo por atreverse a colocarme sus asquerosos dedos encima—su alteza se paseó con parsimonia por la habitación—pensé en que lo castraran—Taehyung sintió un vacío que casi hace que vomitara, no contempló ese tipo de mutilación y si le preguntaran, preferiría que lo decapitaran—pero considerando que ha sido un soldado que ha servido con lealtad a mi padre, en su lugar le pediré una cosa, estará a mi disposición cuando así lo requiera.

Esta última resolución surgió de la acalorada discusión que tuvo Jungkook con su madre, a quién hizo notar un punto que al príncipe no dejó de preocuparle cuando su celo se descontrolo de tal forma. Necesitaban un aliado, alguien que pudiera ayudarlos cuando ella no estuviera o por alguna razón hubiera un impedimento para su ayuda, porque debido a las múltiples ocupaciones de la reina podía descuidar el secreto de su hijo, eso sin contar que cuando ella hiciera falta Jungkook debía recibir ayuda de alguien más para mantener intacta su fachada, podría entrenar a ese ayudante desde ahora y ese alfa era un buen candidato.

Eunmin le solicitó a sus siervos que indagaran sobre cualquier rumor que involucrara a su hijo en el palacio con el fin de asegurar que Kim Taehyung no hubiera soltado su lengua, también fue ella la que se encargó de sonsacar toda la información que rodeaba al joven soldado, y decidió confiar en el plan de su hijo para buscar un "aliado".

—Haré cualquier cosa que me solicite su alteza, la nobleza de su gesto la compensaré cada día de mi vida, se lo juro—declaró el alfa con solemnidad y determinación, casi incrédulo de qué se le hubiera perdonado la vida, pero en el fondo sabía que Jeon Jungkook no tenía el corazón de un tirano. Es más, dentro de la servidumbre, los soldados, ministros y miembros de la nobleza siempre se hablaba de las virtudes en el carácter de su alteza, y por tanto, de la idoneidad qué revestía para ser el siguiente regente.

—Hoy comienzan sus asignaciones, en la noche necesito que vaya al poblado de Bunsanjin, allí hay un mercader con el que debe encontrarse, le va a entregar la carta qué le voy a dar a usted en un momento y va traer de vuelta el paquete que esta persona va a entregarle. Está de más decir que debe hacerlo con la mayor discreción posible, además de que debe retornar al palacio antes de que aclare el día. Nadie debe enterarse de que salió y el día de mañana debe cumplir con todas sus asignaciones sin ningún problema.

Taehyung no levantó el rostro del suelo ni refutó la orden de su alteza, una noche sin dormir era un castigo bastante menos drástico de lo que esperaba si conservaba además de su cabeza y sus bolas intactas—Cómo ordene.

—El paquete me lo debe entregar a mí a primera hora de la mañana cerca del cuarto de armas, ¿Está claro?

—Estaré aquí a primera hora de la mañana con su encargo—afirmó el alfa que empezó a escuchar como su alteza manipulaba el pergamino que estaba por entregarle.

—Kim, ¿Usted es capaz de…detectar mi aroma en este momento?—Jungkook se había bañado por lo menos unas tres veces apenas notó que el calor de su lobo había mermado pero dados los acontecimientos alrededor de su celo su paranoia aumentó.

Taehyung se sintió nervioso, no sabía si su respuesta iba a satisfacer a su alteza, pero debía ser honesto, su completa lealtad era lo mínimo que le debía después de que le perdonara la vida cuando fue tan irreverente con él—lo percibo su alteza, puede deberse a que ya lo detecté una vez—se apresuró a aclarar— pues no es como si fuera muy perceptible en medio del olor a naftalina, es solo que yo ya puedo discriminar las notas de su aroma…mi lobo tiene buena memoria.

Jungkook bufó, odiaba sentirse tan vulnerable enfrente de un alfa—¡Lárguese! Y no se presente ante mí sin la encomienda—con una actitud displicente su alteza arrojó el pequeño rollo que escribió en el suelo y se retiró a su recámara.

Limerencia. [Vkook] Omegaverse.Where stories live. Discover now