Amara Vazques tenia un solo sueño en esta vida: que su crush le hiciera caso.
cosa imposible pensaba ella, pero ¿que pasa cuando el chico del que has estado enamorada desde los ocho años descubre un pequeño secreto tuyo y comienza a tratarte difere...
Samantha Harrison era perfecta y tenia una vida perfecta, padres que la consentian en todo, abuelos cariñosos y un novio lindo.
Todo en su vida era perfecta y ella luchaba por mantenerlo así. Todo a excepción de su hermanastra. Amara a los ojos de Samantha era el ser mas imperfecto que existia, y la odiaba por eso.
La odiaba porque Amara no tenía que esforzarse por ser alguien perfecto a los ojos de todos, a la morena le importaba poco o nada si era linda o no, si sus padres la querían o no, la chica no tenia amigos y eso a simple vista no le molestaba.
Por esa razón, Samantha intentó superar a su hermana en todo, intentó era la palabra clave.
Samantha no sabia porque cada que vio a Amara se sintio insuficiente, sintio que por mas que se esforzara su imperfecta hermana siempre resaltaba.
Cuando el mundo de ambas chicas colisiono a la edad de ocho años Samantha se encontró genuinamente contenta de tener a alguien con la quien jugar porque en aquella gran mansión siempre estaba sola.
Pero cuando vio a aquella pequeña morena de cabello rizado y ojos grandes completamente diferentes a ella su emoción se transformó en incomodidad, ¿Por qué no se parecía a ella? C laro estaba que una niña de ocho años nacida y criada en una cuna de oro no podía entender como aquella niña era tan distinta a ella. Las situaciones en las que nacieron embajadores no podian ser mas diferentes.
Samantha al ver lo diferente que era Amara de ella tomo la decisión de que aquella niña seria su rival, claro que la otra parte implicada no tenia que ver ni sabia absolutamente nada de esto.
Pero esta rivalidad infantil simplemente donde Samantha se dedicaba a robar los juguetes de la morena ya difundir mentiras sobre la susodicha se convirtió en un irremediable odio cuando en una fiesta vio a su Hermana hablar con el niño que Samantha quería.
Nikolai Volkov era mucho más problemático de lo que parecía.
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- ¿podrías dejar de actuar como si no existiera? - le pregunto Sam a su novio.
- ¿podrías dejar de joderme con tu existencia? - le respondió sarcásticamente Nikolai.
Samantha sintió como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, sabía que Nikolai era así con todo el mundo, pero por lo menos por ser su novia esperaba un poco de cariño o que por lo menos no le hablara así.
-Mejor deja de llorar y cuéntame eso del amigo de tu hermana- y aquí vamos otra vez.
-Aun no entiendo tu obsesión con esa ridícula- Samantha estaba enojada, siempre que estaban juntos de lo único que hablaban era de Amara. - Yo soy tu novia no ella.
-No es como si lo fuera a voluntad- el chico la miro.
-No sé nada de ese chico con el que mi hermana habla, solo se que es un amigo de la infancia y que pasa casi todo el día mandándole mensajes. - Respondió Samantha porque no le gustó el rumbo que tomó la conversación.
-Eso era todo lo que necesitaba saber- rio el ruso y su novia lo miro mal. A él no le importo ni un poco lo molesto que se encontró la chica.
Samantha odiaba eso, tenía al chico que quería, pero aun sentía que el era de su hermana, y de cierto modo era cierto.
Nikolai Volkov estaba irremediablemente obsesionado con Amara Vázquez.
-Por cierto, en público si tu hermana está cerca no quiero que me toques- dijo el muchacho antes de retirarse de la habitación de Samantha.
Cuando Samantha oyó el clic de la cerradura siendo cerrada, aventó una almohada y grito de frustración.
-Maldita estúpida, te odio Amara- rompió el llanto.
Samantha era perfecta en público, pero ella no lo sentia así en privado.
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