Capítulo 15

1K 100 9
                                    


Masaru iba conduciendo mientras veía de reojo a su esposa, sabía que algo anda mal pero no quería abrumarla.

-¿Estas bien con que Katsuki se vaya? -Mencionó el castaño teniendo la vista al frente.

No hubo respuesta alguna, al ver el silencio entendió que la mujer no quería responder. Decidio no hablar del tema.

Pero entonces Mitsuki contesto algo bajo. -Claro que si.

-Uh. ¿Segura? -Volvió a preguntar.

-Si. Es su vida, su decisión. Lo que puedo hacer yo es apoyarlo...

-Sabes que podemos conseguirle un departamento aquí en Tokio, como con Gogo. Solo debem-

-No. -Vio haci el frente, tardo un poco en seguir pero después continuo. -Él necesita tiempo, espacio y algo propio. Dijo que no aceptaría que le paguemos el departamento. Así que, supongo que quiere algo que sea de él...

-Entiende que no es por tu culpa. -Detuvo el auto mientras el semáforo estaba en rojo. -Toda su vida fue el "consentido" por nosotros. Le dimos de todo, y no dejamos que pensara por si mismo. Supongo que quiere algo de independencia después de tantos años enjaulado.

-¿Eso crees?

-Podría afirmarlo. -El hombre sonrió dulcemente hacia su esposa, ella algo decaída devolvió la sonrisa. -No la fuerces. Si no quieres sonreír por esto, no lo hagas.

-No quiero mostrar que me siento mal por la felicidad de mi hijo. -Desvío la mirada a la ventana del auto y suspiro. -Quiero sentirme bien por él. Aunque sea fingido... Se lo debo, después de todo, por casi casarlo con alguien que no amaba más de una vez.

-Jeje, no creo que le importe eso. -Río a lo bajo mientras miraba al frente. -Sea difícil. Sabes que lo hiciste bien.

-Eso creo.

-Vas a verlo feliz.

-Eso espero. -Suspiro algo decaída, pero después sonrió mirando las nubes.

El viaje término unos cuantos minutos después, dejaron el auto estacionado dentro de la gran mansión. Al entrar dejaron sus zapatos y lo primero que hizo Mitsuki fue buscar al rubio; pues vio unas maletas en la sala.

-¡Katsuki! -Grito algo asustada. No creía que se haya ido, aun así; quería verle. -¡¿Katsuki?!

-Aquí estoy, maldición...

-Uh. -Volteo la mirada, lo encontró bajando las escaleras algo soñoliento.

-¿Por qué carajos gritas? Estaba durmiendo.

-Arg. Maldita sea Katsuki, ¡casi me da un infarto! Crei que te-

Katsuki volteo a ver a la mujer, se rasco la cabeza y suspiro pesadamente. Se acercó a la mujer y comentó lo siguiente. -¿Creiste qué me había ido?

-...

-Diablos. ¿Así de mal hijo me vez? -Se cruzó de brazos y suspiro nuevamente. -Primero soy un mal Alpha, luego mal hijo, ¿ahora qué? ¿Mal hombre?

-No podría negarlo...

-Ugh. Eres de lo peor.

-Ven aquí mocoso engreído. -Jalo la camisa del rubio y lo atrapó en un abrazo. -Eres todo lo que dijiste. -El menor fruncio el ceño, estaba a punto de reclamar pero fue interrumpido. -Pero también eres mi hijo consentido. Mi pequeño mocoso. Y creo que debo dejarte extender las alas y que vueles por tu cuenta. ¿No?

𝐴𝑙𝑝ℎ𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora