Capítulo 9

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-¿Por qué un Omega esta solo a esta hora? -Pregunto el ojí-zircón mientras caminaba junto al pecoso.

Después de chocar le ofreció compañia para dejarlo en sus aposentos. Era muy tarde y el Beta no dejaría a un Omega tan lindo solo a mitad de la noche.

-Bueno... Vengo de la casa de un am- digo... De un conocido. Si, es que, se enfermó y pues, m-me pidió ayuda. -Hablaba mientras movía de forma extraña las formas.

-Oh ya veo. ¿Y no te acompaño a la puerta o siquiera te ayudó con lo de un taxi?

-Eh... No...

-¡Pero que descortés! Disculpa Midoriya pero tu conocido es un grosero sin modal alguno.

-Esta bien Iida, como dije estaba enfermo.

-Eso no le impide darte así sea para un taxi. ¿Acaso la enfermedad no le deja saber que hora es?

-Jajaja... Eso parece. No se. Jajaja...

El Beta quedo boquiabierto por la dulce risa del Omega, era tan tranquila y armónica.

-Tienes una risa presiosa Midoriya.

-Jajajaja... ¿Qu-? ¿Qué dijiste? -Hablaba mientras volteaba la cabeza en dirección al peliazul.

-Dije; que tienes una risa presiosa.

-E-eh... ¿Eso, eso crees...?

-Si...

Fueron unos minutos de silencio los que se apoderaron del ambiente, los zafiros y las Esmeraldas estaban en un encuentro de brillos y sentimientos.

El peliverde quien tenía las mejillas rojas, desvío la vista y sonrió anonadado. Incrédulo por las palabras del Beta.

Mientras que el peliazul admiraba aquella sonrisa, sus mejillas se pintaban igualmente de rojo, solo que este era más claro. Tirando a ser un rosado magenta.

Ya llegando a la humilde casa del pecoso, el Beta pregunto si podía tener el número del pecoso.

El Omega sonriente asintió gustoso y compartió su contacto con aquel extraño. Lo importante no era el que no lo conociera. Lo importante para Izuku fue la manera tan dulce y cortez en que lo trato.

Eso dominaría a cualquier Omega.

.

Ya al siguiente día el peliverde fue llamado por el gerente del restaurante más o menos a las diez de la mañana. Pidiendo que por favor fuese a este.

Con algo de nervios fue al restaurante, le aviso a su madre antes de salir por si se demoraría.

La mujer Omega pregunto si no debía de ir a la Universidad, pero el contrario contestó que esta semana fueron de inspecciones, por ende no habían clases.

Ya la otra semana debía de volver; más específicamente en tres días.

Llendo a un paso lento, llegó al restaurante. Un chico de cabellera bicolor lo recibió; Todoroki Shoto.

-Hola Midoriya. -Saludo el bicolor con una ligera sonrisa.

-Sho- ¡Shoto! -Salio corriendo hacia el Alpha y lo abrazo por el cuello. -Ay Shoto... Disculpame... Yo no... Yo no quería que nada de esto pasará... Lo lamento mucho...

-Esta bien Midoriya, nada de esto es tu culpa.

-Si si es mi culpa... No te dije nada y por eso te... Te... -Levanto el rostro, el cual tenía lágrimas secas y otras nuevas saliendo. Sus mejillas ruborizadas y esas Esmeraldas desprendiendo brillo. -Lo siento.

𝐴𝑙𝑝ℎ𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora