𝑳𝒆𝒕𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒉𝒊𝒎 | damon salvatore

22

𝒎𝒓. 𝒅𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏

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Vivianne Roseau.

—No sabia que era la madre abandonica de tu amiga.— Damon hablo a través del altavoz del celular.

—Damon...

—Asi lo dijo, Anne.

—Damon, ¿Por qué me estas contando esto?— deje mi lectura actual sobre la cama y me empecé a caminar por mi habitación.

—No quería que la señorita en apuros te lo contara, quería que lo escucharas de mi.— suspiro. —Y por que estoy a fuera y tengo un cd de "Orgullo y Prejuicio", estoy dispuesto a verla con tal de que me concedas tu perdón.

Mire por la ventana, afuera Damon me sonreía, baje las escaleras algo dudosa, más aun asi abrí la puerta principal, allí detrás lo que parecía ser un arrepentido Damon  me mostro la portada de mi pelicula favorita, hice un ademan y lo deje pasar.

—Dime que no le hiciste nada a Alaric.— susurre antes de acomodar el sofá, con un par de mantas y almohadas.

—Por supuesto que no.— se noto algo nervioso.

—Bien, ¿palomitas, mentiroso?— sonreí.

—Entonces su madre muy amablemente me dijo que era su reemplazo ¿puedes creerlo?— Caroline hablo frustrada.

—Care... 

—Me siento totalmente ridícula.— se recostó en los casilleros, tome unos cuantos libros y lo cerré con cuidado.

—No eres ridícula, ¿Pensaste en hablar con Matt?

—¿Hablar de que?— escuche la voz del mencionado a mis espaldas, Caroline me envio una mirada.

—La tarde que tendremos, con Elena y Stefan.— respondió ella.

—Asi es, espero se diviertan.

La campana sono avisando el otro ciclo de clases, Matt se despidió de nosotras y Caroline se acerco a mi luciendo triste.

—No te preocupes, care, haremos de matemáticas una verdadera fiesta.

Caroline rio por lo bajo y me sentí feliz de haber logrado sacar una sonrisa de ella. Extrañaba volver a los cotidiano fuera de lo dramático de lo sobrenatural, sonreí al ver a Stefan sentarse a mi lado, no podría desligarme pero no todo seria tan malo como lo creí. 

Al salir de la escuela, camino mirando el teléfono un mensaje de Damon se ve en la pantalla, lo vería despues.

—¿Viv?

El teléfono cayo de mis manos, los recuerdos inundaron mis memorias al igual que las lagrimas, me giro en esa dirección.

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Año 1997

Mi mirada se poso en las flores a mi lado, reí un poco, con agilidad reprimí con mis manos el volumen de mi risa, escuchando unos pasos cerca de mi. Intente moverme despacio intentando huir.

—¡Te atrape!— sentí como me elevaban en el aire y daba unas pequeñas vueltas.

—¡Mami!