— Porque no lo miras, como él te mira a ti. Y tampoco como yo lo miro a él.— Sollozó— Jungkook es una persona difícil de amar. Nadie puede amar a alguien tan dañado como él. Nadie puede aceptar vivir sin amor toda su vida. Nadie puede amar a un hombre con un pasado tan oscuro como sus ojos. ¡PERO YO SÍ! Yo estaba dispuesta a todo por él.

— YA BASTA. Deja de culparme por algo que yo nunca quise. Y también de intentar asumir mis propios sentimientos en base a estupideces, como si vivieras dentro de mi.

— ¿Crees que debo respetarte solo porque ahora eres Harat? Estás muy equi...

— No porque soy Harat, sino porque soy Kim Taehyung.— en tres movimientos, desalmó el arma, y la lanzó al césped.— Esto se acaba aquí. No hay tema de discusión sostenible. Yo estoy aquí, y tú estás ahí. No hay nada más de que hablar. Ahora soy tu Harat, y no solo eso, soy el Harat de todo el maldito infierno.

— Eres una escoria— le lanzó— Estas con él solo por el poder y el dinero. Nada mas.

— Su poder y su dinero me importan un carajo. Lo que busco más allá de eso.— se pospuso a dejarla sola, pero las palabras de la omega lo detuvieron.

— Los maldigo, a ti, y a toda la escoria de tu familia. Porque eso deben ser, unas escorias, intentando salir del hoyo en el que seguro viven. Maldito...— Taehyung no soporto más y la abofeteó. Uso tanta fuerza que la omega cayó al suelo del camino rocoso en el que estaban parados.

— Con mi familia no-te-metas o no respondo.— exclamó. Lo miró desde arriba, apretando los labios para poder contenerse. Mientras Ava se mantenía en el piso sosteniendo su mejilla por el dolor que sentía, sin contener las lágrimas que ahora salían con más potencia.

— ¿Estás bien?— escuchó su voz detrás de él, pero no volteó. Se mantuvo en la misma posición. Con los manos hechas puño.

— Jungkook...— Ava le llamó. Pronunciando más su llanto y tratando de hacer parecer la escena peor de lo que ya era. Pero lejos de todo lo que esperaba, Jungkook se acercó a Taehyung y sostuvo la misma mano con la que Tae la había golpeado.

— ¿Estás bien?— le analizó la mano buscando que el omega no se haya hecho ningún tipo daño. Taehyung se zafó del agarre del alfa, y se giró.

— Quiero irme de aquí.— empezó a caminar, dejando a la omega y al alfa solos. Jungkook lo observó caminar, pero antes de seguir al omega, se volteó hacia Ava.

— ¿Que carajos haces aquí? La invitación a tu familia a este evento fue retirada, y lo sabes.

— Yo te amo. No renunciare a ti tan fácil.

— Ya veo que no quieres entender por las buenas. Bien. Haré que firmes esa renuncia, aunque la tinta tenga que ser la sangre.— se giró para irse, pero ella se aferró a su pie, casi haciéndolo caer.

—No caigas tan bajo, Ava. El amor no se ruega.

— Que palabras tan hipócritas dices. ¿No es eso acaso lo que estás haciendo? Le estás mendigando amor. Él no te quiere.— tuochè— Sin embargo yo, te ofrezco mi amor incondicional, estoy dispuesta a todo por ti Jungkook.

Se zafó del agarre de la omega.— No me importa lo que estás o lo que no estás dispuesta a hacer, Ava. No eres él. Ni siquiera volviendo a nacer querré algo contigo, porque no-eres-él.— Se marchó. dejándola en el suelo, sumida en su dolor.

Llegó a la entrada del palacio, y vio a Taehyung a lo lejos, sentado en una de las paredes del muro del pequeño puente.

— Ya nos vamos, encárguense ustedes de lo que queda de la fiesta.— hablaba por teléfono, mientras caminaba hacia el omega.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora