20.Refugio

19 2 1
                                    

McGonagall se encontraba en su despacho, escribiendo una carta a la velocidad de la luz para después enviarla de urgencia con una lechuza al Ministerio de Magia inglés. En la carta, McGonagall solicitaba ayuda para localizar los explosivos, pedía cordialmente que enviaran a algunos aurores cuanto antes puesto que ellos no habían sido capaces de localizarlos por sí mismos. También estaba redactado que habían enviado una lechuza un par de horas con una carta que solicitaba ayuda pero que no había obtenido respuesta alguna. La lechuza partió hacia su destino llevando la carta de auxilio de la directora, era su última esperanza para encontrar la bomba, neutralizarla y salvar el castillo.

Hannah estaba intentando como último recurso buscar dónde se encontraba la bomba. McGonagall observaba con preocupación mientras Hannah revisaba los planos de Hogwarts una y otra vez, tratando de encontrar algún indicio o pista que les condujera al paradero de la amenaza que acechaba al castillo.

El tiempo se agotaba rápidamente, y el miedo en el aire era palpable. Hannah murmuró para sí misma mientras estudiaba el plano de los pasadizos secretos de la escuela. Finalmente, levantó la vista con determinación en los ojos.

-Minerva, creo que lo he encontrado -dijo Hannah, señalando un punto en el mapa-. Estos pasadizos antiguos conducen a una cámara subterránea que fue olvidada con el tiempo. Si alguien quisiera ocultar una bomba, ese sería el lugar perfecto.

McGonagall asintió, sintiendo que el tiempo apremiaba. Juntas se dirigieron a toda prisa hacia los pasadizos secretos, siguiendo las pistas de Hannah. A medida que descendían más profundamente bajo el castillo, la oscuridad y la tensión aumentaban.

Finalmente, llegaron a una puerta antigua y cubierta de polvo. Hannah sacó su varita y conjuró un hechizo para abrir la cerradura. Cuando la puerta se abrió, se encontraron con una habitación llena de trampas y encantamientos protectores.

McGonagall sabía que no había tiempo para desactivar todas las trampas una por una. Con una mirada determinada, avanzó hacia el centro de la habitación y comenzó a usar sus habilidades mágicas para detectar la presencia de la bomba. Su mente se concentró en buscar cualquier rastro de magia explosiva.

De repente, sus ojos se iluminaron con una luz intensa mientras señalaba un objeto oculto bajo un encantamiento protector. Era la bomba. Sin pensarlo dos veces, McGonagall se preparó para desactivarla.

Pero la bomba no se rindió sin luchar. Emitió un destello de luz y sonido, lanzando a McGonagall hacia atrás y dejándola malherida en el suelo. Hannah corrió hacia ella, preocupada.

-¡Minerva! -exclamó Hannah-. ¿Estás bien?

McGonagall estaba pálida y dolorida, pero asintió débilmente.

-Ve, Hannah. Desactiva la bomba antes de que sea demasiado tarde. No tengo mucho tiempo.

Hannah asintió con determinación y se acercó a la bomba, concentrando todo su conocimiento y habilidades en desactivarla. El reloj seguía corriendo, pero ella no se detuvo hasta que la bomba finalmente se apagó.

Con un suspiro de alivio, Hannah se volvió hacia McGonagall, quien la miraba con gratitud. La directora había arriesgado su vida para salvar Hogwarts, y su valentía no había sido en vano.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Mientras McGonagall y Hannah se enfrentaban a la bomba en Hogwarts, Rose y Scorpius encontraron un momento de tranquilidad en el refugio de Hogsmeade. La tensión de la situación los había mantenido en vilo durante horas, pero ahora, finalmente podían relajarse un poco.

Se encontraban en una pequeña habitación acogedora, iluminada por el cálido resplandor de una lámpara. Afuera, la lluvia golpeaba las ventanas, creando un ambiente íntimo y reconfortante. Scorpius miró a Rose con cariño mientras ella se sentaba en un sofá, perdida en sus pensamientos.

-Rose -comenzó Scorpius suavemente-, sé que todo esto es aterrador y peligroso, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Siempre.

Rose levantó la mirada y encontró la mirada sincera de Scorpius. Sus ojos grises reflejaban la preocupación y el amor que sentía por ella. Se sintió abrumada por una mezcla de emociones, y una sonrisa tímida se formó en sus labios.

-Gracias, Scorpius -respondió Rose con gratitud-. Sé que podemos confiar en la directora McGonagall y Hannah para hacer lo que sea necesario en Hogwarts. Pero estar aquí contigo me hace sentir más segura.

Scorpius se acercó a Rose y tomó su mano con ternura. Sus dedos se entrelazaron con los de ella, creando una conexión reconfortante. El sonido de la lluvia afuera proporcionaba un telón de fondo relajante.

-Rose -dijo Scorpius en un tono suave-, quiero que sepas cuánto significas para mí. Eres mi apoyo, mi fuerza en momentos como estos. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado.

Rose se acercó a Scorpius y posó su frente contra la suya. Cerraron los ojos, compartiendo un momento de intimidad y consuelo. El latido de sus corazones se sincronizó, y el mundo exterior pareció desvanecerse por un momento.

-Scorpius -susurró Rose-, también significas mucho para mí. No puedo imaginar mi vida sin ti.

Sin más palabras, se acercaron lentamente y se besaron con ternura. Fue un beso lleno de amor y promesas, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre podían encontrar la luz el uno en el otro.

La lluvia continuó su danza en el exterior mientras Rose y Scorpius se abrazaban con cariño en el refugio de Hogsmeade, encontrando consuelo y fortaleza en su amor mutuo en medio de la incertidumbre.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

El refugio de Hogsmeade estaba lleno de estudiantes y profesores buscando refugio de la amenaza en Hogwarts. Albus Potter y Raven De'Ath se encontraban en un rincón tranquilo, lejos del bullicio, donde podían hablar con privacidad.

Raven, una chica con una actitud sarcástica y un sentido del humor mordaz, miró a Albus con una sonrisa traviesa.

-¿Quién iba a pensar que nuestro emocionante viaje a Hogsmeade sería en medio de una evacuación por una bomba mágica? Las citas contigo son siempre inolvidables, Albus.

Albus, con una sonrisa juguetona, respondió:

-Bueno, siempre dije que sería un chico que te llevaría a lugares emocionantes.

Raven rodó los ojos de manera dramática, pero sus ojos brillaban con complicidad.

-Tengo que admitir que esto supera todas mis expectativas. ¿Quién necesita una cena romántica cuando tienes la emoción de una posible explosión?

Albus se acercó a Raven, mirándola con picardía.

-Oh, pero no subestimes el poder de una cena romántica, Raven. Aunque en este momento, creo que estoy más interesado en otra cosa -sus ojos se posaron en los labios de Raven. Ella fingió sorpresa.

-¿Qué podría ser más interesante que salvar Hogwarts?

Albus la atrajo hacia sí con suavidad, sus rostros a centímetros de distancia.

- -susurró, antes de besarla con pasión.

El beso fue un torbellino de emociones, una mezcla de deseo y alivio por estar juntos en medio de la incertidumbre. Albus y Raven se abrazaron con fuerza, como si estuvieran tratando de ahuyentar cualquier preocupación que pudiera acechar.

Cuando finalmente se separaron, Raven bromeó con una sonrisa traviesa.

-No está mal, Potter. Pero todavía necesitas trabajar en tus habilidades de rescate.

Albus rió y acarició su mejilla.

-Tendré que practicar más, entonces.

La complicidad entre ellos era evidente mientras compartían un momento especial en medio de la crisis.

El legado maldito pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora