11 Tragedia

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Lorcan y Dabria estaban en la biblioteca estudiando. Mientras Raven, Polly y Mavra intentando oir que decían. Lily las miraba con vehemencia.

-¿Qué hacéis, tres cotillas patéticas?- preguntó con desdén.

Las tres se giraron y la miraron de una manera horrible. Lily tragó saliva y siguió con su actuación de creerse mejor que nadie. Bastante chulita.

-¿Qué pasa? ¿Eh?- bravó Polly, roja como un tomate. - ¿Te desapareces por un tiempo y te vuelves mejor que nadie?

Las otras dos soltaron pequeñas risitas que acabaron en grandes carcajadas de Raven. Las tres se alejaron por la llamada del prefecto de Ravenclaw, que llamaba a Raven al despacho del jefe de casa de Ravenclaw. Dabria se había coscado de todo y corrió hacía su prima.

-¿Qué pasa? ¿Va todo bien? - se preocupó interrumpiendo al prefecto en su caminata.

-El profesor Maier llama a Raven. Es importante. - dijo con rigidez el prefecto mirando a Dabria de pies a cabeza. Se dirigió a las Gryffindor (Polly y Mavra) y las hizó un gesto para quese fueran- Solo Ravenclaw, lo siento.

-Sharp up, bitch- dijo Mavra haciendo la zancadilla a Polly que acabó rodando por los suelos.

Los cuatro se alejaron hasta llegar al despacho. El prefecto llamó a la puerta del despacho. ¡Knock, Knock!

-¡Pase!- gritó del otro lado la voz del profesor.
El profesor era bajo y delgado. Más o menos de la altura de Raven. Era rubio y tenia dos mares como ojos. Era el crush de casi todo el alumnado pero estaba casado. Casado con su trabajo.
El caso es que Raven entró seria y se sentó donde le indicó el profesor.

- Te ha llegado correspondencia. Pero es demasiado delicada para que la abras tú sola.

Raven empezó a derramar lágrimas como una condenada.

-Queda poco para las vacaciones de Semana Santa. Así que entenderemos si quieres tomarte unas pequeñas vacaciones. Esta noticia... no es cualquier cosa.

-¡Toda mi familia ha muerto! ¿Qué me queda ahora?- dijo entre sollozos.- Mis padres, mi hermano...

-Ha venido un pequeño amigo.- dijo el profesor y le enseñó el animalito que se asomaba. Era un gato negro con unos inmensos ojos azules que dejaban deslumbrados a cada persona que se quedara viendo por más de 20 seg. Te podía dejar de piedra con mucho contacto visual. Literal. Se llamaba Hades. Raven lo reconoció de inmediato. Se fijó y tenía algo raro en su collar.

-¡Por las barbas de Merlín!- exclamó Raven. - Es una carta, y... -abrió la carta cuidadosamente. - y... ¿un poema?

En ese momento llegó Dabria. Vió el poema y se lo arrebató a Raven de las manos. Leyó en voz alta:

Volverán las oscuras
golondrinas
en tu balcón sus nidos colgar.
G. Adolfo Bécquer

<<Te oigo madre>>pensó Raven.

Tras explicarle la situación a Dabria y a Raven decidieron que ambas deberían darse un pequeño descanso tras este infortunado suceso. A Mavra que la dieran dos duros parecía lo mejor. Cogieron a Hades, a Seth y Koo

Decidieron ir a despedirse de todo el mundo. Raven iba muy atareada con Seth y Hades entre sus brazos que no dió cuenta de que había chocado con Albus.

-¿A donde vas, hermosa?-preguntó Albus con una sonrisa pícara.
Raven empezó a llorar y se desplomó en el suelo. Albus preocupado la preguntó que pasaba y que si se encontraba bien.
Raven acabó contándole todo lo que había pasado y que se iba a Londres para todos los trámites, funerales y custodias.
Albus la abrazó.

-¿Te puedo acompañar? ¡No puedes pasar por esto tú sola!

-Vendrá Dabria. - dijo secándose las lágrimas. - Además, ¿desde cuándo te importa mi vida? Te rechacé el año pasado.

Albus dió un paso adelante y la dió un beso. Raven se lo continuó. Estuvieron así un rato hasta que Rose llegó.

-¿Raven? -gritó Rose desde el otro lado del pasillo. Albus y Raven disimularon, cuando Rose se acercó y dió un abrazo a Raven. - Dabria me lo ha contado todo. Todo lo que necesites mandame una lechuza.-Rose se giró y se percató de Albus. - ¡Uy! ¿Qué haces aquí, TÚ?

Albus dió un intento de decir algo.

-Nada, solo me ayudaba con mis cosas.- le interrumpió Raven. Ella le guiñó un ojo.

-¡Ah! Ya sé que pasa aquí- se percató Rose con una pequeña sonrisa.

-¿Ya... ya... lo sabes...? -tartamudeo Albus.

-Si... -empezó Rose. - ¿No ves que Raven no tiene herencia? Ya ha sufrido bastante. No le robarás un penique a mi amiga.

Rose arrastró a Raven hacia su cuarto para hacer las maletas. Raven se despidió con la mano de Albus.

Al día siguiente, Raven y Dabria aparecieron en el desayuno con dos maletas y con Seth, Hades y Koo.

Raven tras el desayuno cuando se iba a ir, vió a Albus, poniéndose hasta arriba de tostadas, junto a Scorpius y Danelle. Ella se acercó y de un golpe le dejó una carta en la mesa. Albus tragó todo lo que tenía en la boca y pegó un sorbo de zumo para tragar mejor. Raven le robó un beso. Las caras de los tres fueron cada una mejor que la anterior.

El profesor Maier se las llevó en su viaje hasta Londres.

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Rose estaba cansada de ser la novia tonta. Danelle era su amante. Ella lo había visto. En ese instante, Scorpius se acercó a Rose:

-Siento lo que viste. Lo siento todos los días. No sé como hacer que me perdones. Pero también amo a Danelle. Pero jamás como lo haré contigo.

Rose se giró hacia el otro lado comiendo su tostada.

-Empieza por dejar de hablar con ella o conmigo. Elige. Yo no quiero estar con ella, sólo contigo.

Dicho eso se levantó y se marchó hacia clases. Era la última semana antes de las
vacaciones. Rose le hubiese gustado que Scorpius fuese su acompañante al partido de Quidditch al que iba a asistir con su padre por vacaciones. Pensó en Raven y Dabria pero estaban ocupadas. Solo quedaban: Alice, Polly, Mavra, Lily, Lyssan y... Albus. Ni de coña invitaría a Albus. Simplemente, es un NO rotundo. Pero había mejorado. De ninguna manera. Invitaría a Lyssan. Todo el mundo sabía que Lyssan estaba por Dabria desde hace años, pero ese tema podría pincharle un poco a Scorpius.
Durante la clase de Hechizos con el profesor Maier, se lo preguntó a Lyssan y se encargó de que la escuchará bien.

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El legado maldito pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora