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Al llegar allí, me recibió una bella mujer de cabello blanco. Su rostro tranquilo y cálido me recibió, calmando un poco mis nervios.

—Mi esposo te solicitó, Tsuki Hiryo. —Comentó, tomándome por sorpresa ya que conocía mi nombre —Ven, pasa.

Con cautela ingresé al hogar, teniendo una primera impresión bastante acogedora. Había tres niñas jugando con una pelota y al verme no dudaron en saludarme con una ligera inclinación y luego seguir a lo suyo. Mis pasos recorrieron parte de la casa tras la mujer albina, para luego salir a la parte de atrás donde, al deslizar la puerta, había un hombre pelinegro de espaldas mirando hacia el jardín.

—Cariño, Tsuki Hiryo se encuentra aquí. —Murmuró con dulzura, dándome apenas palmadas para que caminara hacia él.

Una vez allí, me arrodillé con respeto y esperé a que hablara.

—¿Tsuki? —Musitó —Ven, siéntate.

Su voz era tan tranquila que todo rastro de nerviosa desaparecieron. Caminé hasta el futón en el cual él mantenía su mano apoyada y me senté a un lado de él.

No había visto al patrón nunca en mi vida, pero gracias a Giyuu, sabía un poco sobre él. Y sobre la gran cicatriz que está palmada en su rostro.

—Estoy seguro que tienes dudas del por qué estás aquí. —Dijo, con su cara relajada —Por más que suene irónico, he visto tus habilidades. La capacidad de poder ser tan ágil como la luz y silenciosa como una pluma. Tu rango actual, Kinoe, no es apto para tus habilidades.

El corazón me palpitaba con fuerza.

—Tú extravagante técnica con abanicos y tu Respiración de Estrellas son algo único. Algo que te ha tomado años perfeccionar y adquirir. —Su cabeza se dirigió a mí, como si me estuviera mirando fijamente —Quiero que seas un Pilar.

Mi rostro se tornó rojo de la emoción, mi corazón estaba en mi garganta. No podía articular palabra alguna, aquello me había tomado desprevenida.

¿Yo, Pilar? Se que son nueve de ellos, solo conozco a Giyuu, sin embargo, se muy bien que son muy, muy fuertes. DEMASIADO. DIOSES. 

Yo, una simple mortal, ¿En un puesto tan alto?

—Yo… —vacilé —¿Realmente soy apta? Digo… Ni siquiera puedo contarle la cabeza a un demonio de un solo intento…

—Pero puedes dejarlos completamente inmóviles. Tomarlos por desprevenidos. No estás sola, tienes tu propia forma y eso te hace única. Si no fuera así, nunca hubieras podido domar dos abanicos. —Él tomó mi mano, pude sentir la calidez golpearme internamente —Eres una chica capaz, estoy muy orgulloso de saber que has llegado muy lejos y también… que seas un gran soporte para Giyuu.

¡¿Tomioka le ha contado sobre mi?!

—Uy… —Solté, estupefacta.

—¿No te gusta la idea? 

—¡SI! —Grité a los cuatro vientos —Ay perdón…

Desvié mi mirada con cierta vergüenza.

El patrón río tranquilamente, soltando mi mano.

—Pronto podrás conocer a tus nuevos compañeros. Estoy seguro de que estarán muy a gusto contigo, Tsuki. Eres carismática y energética. —Sonrió —No te rindas.

Y así fue como yo, Tsuki Hiryo, me convertí en la Pilar de las Estrellas.

Impresionante.

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☆ Miles de Estrellas ☆Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon