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Al pasar los días, aún repasando aquel encuentro con dicho demonio, me llegó una carta de la residencia Ubuyashiki; Debía presentarme a una reunión.
Sinceramente estaba muy nerviosa durante todo el camino, siendo así ya que los Pilares son personas con muchísima experiencia en batalla y técnica, cosa que yo apenas había logrado conseguir.

Aun así, traté de alentarme, por algo me asignaron un puesto así de alto.

NARRADORA


A pesar de motivarse a sí misma, recordaba sus inicios tan desastrosos.
Por suerte, no logró ser asesinada a tan temprana edad gracias a que un cazador la salvó y así, con tal rayo de esperanza frente a sus ojos, decidió convertirse en cazadora cueste lo que fuere.

Entrenarse a solas no era para nada fácil y aunque buscara, nunca encontró a alguien que le guiará. 
Días y noches entrenando, tanto física como emocionalmente, la llevó a usar una técnica inesperada. La noche estrellada, única testigo de ese hecho, presenció cómo Tsuki rompió el muñeco de bambú que había hecho con tan solo un corte. "Respiración de Estrellas".
Constelación, Cometas, Estrella Enana, Estrella fugaz, Noche estrellada y por último; Sol. 

Al menos, esto la consolaba un poco. Luego de arduo trabajo, al fin daba sus frutos.

Al llegar, pudo sentir la presencia de varias personas. Tal vez había llegado tarde.
Los nervios la comían, estaba segura que esto sería una malísima primera impresión.

Al llegar y acercarse, varios de ellos la miraron de reojo; allí reconoció a Giyuu, algo apartado de los demás y a Kyojuro, quien no dudó en saludar con emoción.

—Sorpresa —Murmuró el Patrón, cosa que la asustó un poco pero rápidamente se inclinó con respeto.

—Lamento mi tardía —Vaciló, con los pelos de punta.

—No hacen falta disculpas, Tsuki. —Habló tranquilamente —Están todos reunidos para oficiar tu título de "Pilar".

La azabache alzó su cabeza y, ahora si, todos la miraban fijamente.
Entre ellos, algunas miradas bastante odiosas de un peliblanco y pelinegro que estaba sobre un árbol.
Daban miedo…

—Qué alegría… —musitó Mitsuri tímidamente.

—¿Abanicos? Bastante extravagante. —Dijo Uzui analizando de lejos la figura de Tsuki.

Luego, Kagaya presentó a cada uno de sus seguidores. Finalizando con Tomioka.

[...]

Tsuki se fue presentando nuevamente con cada uno de sus compañeros.
Otros se retiraron rápidamente, como Gyomei, Sanemi, Iguro y Muichiro. Quienes no parecían muy interesados en ella.
Los que se quedaron fueron Uzui, Mitsuri, Shinobu, Giyuu y Kyojuro.

—Es un gusto volver a verte, Tsuki. —Comentó el rubio con una sonrisa —Espero que puedas adaptarte bien a tu nueva vida.

—Gracias —Asintió con cierta vergüenza —Es bueno conocerlos.

Mitsuri observó de reojo a Tomioka, captando que su mirada estaba fija en Tsuki desde hace un buen rato. ¡Juró que pudo sentir el amor en el aire! ¿Amor a primera vista, tal vez?

—Espera… —Murmuró Shinobu, llamando la atención de todos —Tomioka, ¿No te han dicho que mirar fijamente a alguien es incómodo?

El pelinegro titubeó apenas visible, frunciendo ligeramente el ceño.

—Shinobu —Musitó Tsuki —No pasa nada, Conozco a Giyuu desde que éramos de esta altura.

Con su mano apuntó a una altura poco menos que su torso.

—¡¿En serio?! —Mitsuri se removió en su lugar con sorpresa —¡Son mejores amigos!

—Sinceramente no lo esperaba de Giyuu. —Vaciló Uzui en un suspiro —Da igual, debo irme, nos vemos.

Los demás se despidieron y el peliblanco desapareció, literalmente.

—Entonces si tienes amigos… Tomioka-San. —Rió la mujer mariposa, para luego despedirse de un ademán —Hay trabajo por hacer, Adiós.

Mitsuri también tuvo que despedirse, quedando ella, Giyuu y Kyojuro en el lugar.

Un suspiro de parte del rubio hizo que dirigieran sus ojos en él —Supongo que el deber llama. ¡Nos veremos pronto, Tsuki! Adiós, Giyuu.

Los dos asintieron y quedaron a solas.

—¿Vamos a almorzar? —Propuso —Me muero de hambre a causa de los nervios.

—Está bien, yo pago. —Y sin escuchar los reproches de la joven, se marchó rápidamente.

Sin duda, un almuerzo con Giyuu le regresaría las ganas de vivir otra vez.

Con Akaza


Luego de acabar con un Dojo entero y en medio de un "delicioso" aperitivo, recordó vagamente a la muchacha con la cual sé había topado hace un par de días.
Algo le había llamado la atención. 
Quizá su espíritu de fuerza, negando de que se tratase de algún sentimiento bizarro para él. Lo sintió, a lo lejos, era demasiado vibroso como para ignorarlo.
Y aunque tratara de no recordar, para evitar problemas y la jaqueca que le generaba, no pudo evitar preguntarse; ¿La volvería a encontrar?
Estaba claro que no, después de todo él no podría atacar y sería un juego absurdo. Y si la buscaba, correría riesgo su propia vida.
Quizá deba olvidarse e ignorar aquello, pero no podía, había algo que se clavaba en su memoria.

[...]

Detuvo su aperitivo en cuanto sintió la presencia de alguien más. 

—Akaza-Dono ~ —El canturreo de una voz reconocida le arruinó su tranquilidad —Qué lugar tan aterrador…

Akaza estaba dispuesto a escapar, pero rápidamente sintió la mano de Douma sobre su hombro, evitando que se marchara.

—¡Akaza! —Dijo con -alegría- —¿Qué haces en este lugar? ¿Sabes que… estás en mi territorio?

El hombre rubio de ojos arcoiris Murmuró a su oído. Lo había olvidado por completo y todo a causa de estar con la cabeza en las estrellas.

—Déjate de joder —Lo apartó de un golpe en la mandíbula.

—Sabes que no estas muy lejos del distrito rojo… —Musitó con relajó mientras se regenerada —¡Ya sé! ¡¿Al fin decidiste probar una mujer?!

El comentario de Douma le hirvió la sangre.

—Al fin seremos más cercanos, Akaza-Dono… —Aplaudió —¿Qué mejor que compartir un rato con mi mejor amigo?

—¿Mejor amigo? Vete a la mierda —Apretó sus puños aguanto las ganas de comenzar una pelea. Le traia demasiado rencor a Douma, y no sólo por el hecho de ser Douma, si no también porque le quitó el puesto de Luna Superior 2 y que ahora, convertirse en Luna Superior 1 le quedaba mucho más lejos.

El rubio quiso volver a hablar, pero él pelirosa ya se había ido por la ventana. Por supuesto, la confusión de parte de él no terminó ahí.
Akaza no cometía el error de acercarse.
Entonces, ¿Qué pasó? ¿Fue una orden de Muzan?
Douma resopló, ahora debía regresar a su trabajo otra vez. 

—¿No puede disfrutar la vida tan solo un poco…? Pobre Akaza… —Dijo apenado, para así desaparecer.

☆ Miles de Estrellas ☆Where stories live. Discover now