Capítulo 20. Regreso.

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Aquel día había sido sin duda alguna algo más que maravilloso, claro si se exceptuaba la curiosidad del pelirrojo por los acontecimientos ocurridos dentro del establecimiento donde varios criminales habían fallecido, Shanks y Ben habían ido a varios lugares para hacer turismo, además de llevar varios recuerdos, tanto para su hija como a su amigo en común que ahora mismo estaba cuidando de las plantas y que no hubieran dejado nada olvidado provocando algún incidente, el pelirrojo era un paranoico total por lo que si era necesario que Mihawk fuera el cuidador de aquella vivienda en lo que toda la familia estaba de vacaciones, aunque no estuvieran juntos.

Después de haber visitado templos, restaurantes, zonas turísticas y tiendas de antigüedades, la pareja volvió con las manos llenas de diversas baratijas para regalar, aunque al final quién cargo todo fue Beckman ya que no es como si Shanks pudiera cargar muchas cosas. Al volver al establecimiento ambos fueron directo a su habitación donde siguieron conversando sobre diversas cosas, aunque claro al final el pelinegro siempre buscaba que el más bajo olvidará lo que vio hasta hace poco.

Aquella estadía no fue larga, por lo que cuando acabaron esos días en el paraíso tuvieron que armar nuevamente las maletas para irse, era curioso porque una vez ambos se retiraron las quejas de los demás huéspedes por sonidos fuertes a altas horas de la madrugada habían cesado, los empleados no eran personas curiosas pero estaban seguros que aquellos dos hombres eran los causantes de tantos sonidos obscenos, pero eso era algo aparte. La pareja después de un largo viaje llegaron a su tan ansiado hogar donde al ingresar se encontraron al ojiambar que volvía del patio usando un lindo sombrero de paja, similar al que tenía el pelirrojo en su época estudiantil.

---¡Pero qué lindo te ves ojitos!--- sonrió mientras reía para luego señalarlo con su único brazo, por su parte Mihawk limpio sus zapatos en la entrada para luego retirarse el sombrero---, eres como todo un granjero, ojitos granjeros~ --- canturreo de forma ocurrente el dueño de la casa, pero Mihawk solo coloco el sombrero bajo su brazo izquierdo para luego cruzar sus brazos mientras lo miraba.

----me alegra que hayas vuelto pollito, aunque yo diría que fuiste devorado en más de una ocasión, espero que no hayas tenido problemas con las quejas de los demás huéspedes--- soltó de forma tranquila ocasionando que el pelirrojo guardara silencio al mismo tiempo que bajaba el brazo.---, apesar de su edad aún actúa como un niño, todos estos años ayudándole con Uta son la prueba ¿Tuviste muchos problemas Beckman?

---supe tenerlo calmado estos días solos--- dijo como si no fuera nada al mismo tiempo que dejaba las cosas en la entrada, posteriormente rodeo su brazo alrededor del cuello ajeno mientras inclinaba su cabeza para dejarla recostada contra la ajena---, finalmente me dio el sí.

---en hora buena Beckman, los felicito, pensé que jamás tomarías el valor para dar el próximo movimiento.---- dijo el ojiambar para luego aplaudir con sus manos.

Pero Shanks solo miro incrédulo a su amigo el Dracule para luego mirar con aún más ingenuidad a Beckman, no podía creer lo que ambos pelinegros decían, parecía casi irreal sacado de una novela cliché romántica, su mejor amigo llevaba tiempo enamorado de él, pero él jamás se había dado cuenta de ello. Fue ahí donde comenzó a atar todos los cabos sueltos, la amabilidad de su amigo toda la vida que estuvieron juntos, aquella forma cariñosa y única a su lado, todos los regalos que recibió sin ningún reproche por su desaparición de años, Ben Beckman estaba enamorado de él y no se había dado cuenta, fue por ello que con la boca abierta a no más poder señaló a su amigo que estaba frente a él, luego giro su mirada encontrándose con su pareja para luego mover su mano en su dirección, esta acción se repitió un par de veces hasta que finalmente reaccionó.

----¿¡Cómo!? ¡¿Me pueden explicar!?--- reclamo el pelirrojo por lo que Mihawk suspiro mientras Ben reía por la ingenuidad de su pareja.

---¿Acaso no era obvio?--- negó con la cabeza mientras se acercaba,--- toda una vida tratandote a ti de forma especial, una cosa es ser un coqueto con las mujeres y otra un enamorado.

I'm hanging in your hands.Where stories live. Discover now