Capítulo 3. Realidad.

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"----no serás el primer papá soltero del mundo.----

----no eres el primer hombre que se queda viudo, ni mucho menos el último.----

----algunas cosas ocurren por algo.----

----mi hija merecía algo mejor.---

----tú y todos los de tu tipo están malditos.----

----parece ser que los colorados siempre tendrán mala suerte.----

---de tal palo, tal astilla, será igual a su padre.----"

Era sorprendente como las personas llegaban a ser crueles con los demás, no llevaba ni una semana desde que su esposa había fallecido cuando las críticas hacía su persona se hicieron presentes, resaltando no solo le hecho de que ahora debía ser solo él con la niña, sino que también incluían el tipo de crianza que recibió de su padre cuando joven.

La mayoría de las personas ni siquiera lo conocían pero estaban listos para atacarlo de forma verbal, no solo eso, también la familia de su mujer lo había demandado, lo estaban culpando por la muerte de su hija a eso se le sumaba que querían quitarle a la bebé.

Para esos momentos no le era fácil nada, debía de trabajar cubriendo turnos extra, además de cuidar a la bebé, últimamente las niñeras les daba miedo encargarse de una recién nacida por lo que era demasiado difícil encontrar quien le ayudará, a eso se le sumaba que durante esa semana, la bebé no había parado de llorar, no quería comer e incluso tenía el pañal limpio, no comprendía que era lo que estaba pasando, se culpaba ahora por no comprender a la niña llegando a sentirse un mal padre, no quería cometer los mismos errores que cometieron con él en el pasado pero no sabía qué hacer, mientras trataba de llamar la atención de la bebé quien se encontraba acostada en la cama llorando no pudo más y el también lloró.

----mierda...----susurro a su vez que dejaba caer a los títeres que tenía en sus manos, ---- ojalá pudieras hablar...no se lo que quieres--- le dijo mirándola pero era tan complicado que sus palabras le llegarán, por lo que entre un sollozo silencioso miro a la niña.

Mientras las lágrimas caían de forma silenciosa por sus mejillas, la puerta principal fue abierta, con pasos firmes y elegantes un alto hombre se adentro en el hogar, Shanks lo escucho por lo que giro su cabeza para toparse con Mihawk, los ojos ámbar del hombre lo miraban fijamente con una expresión sería, el pelirrojo se sintió avergonzado por lo que limpio sus lágrimas.

---te vez tan patético cuando no sabes que hacer--- le dijo mientras dejaba unas bolsas a su lado, posteriormente se acercó a la niña, acarició su vientre y sin más la tomo de sus piernas para comenzar a moverlas, retrayendolas contra su vientre una y otra vez.

---¡La vas a lastimar!---se altero el pelirrojo al ver los movimientos que realizaba el abogado, la parte inferior de su cuerpo se movía en pequeños semi-circulos a su vez que sus piernas y rodillas eran flexionadas contra su estómago.

---los bebés son muy flexibles a esta edad, lo que tiene tu hija son gases, cuando come debes sacarle el aire, de lo contrario se acomula en el estómago por lo que va a llorar por el dolor---menciono tranquilo, la niña había parado de llorar sorprendiendo al pelirrojo ahora solo se dedicaba a morder con sus encías su puño,---- no te preocupes Akagami, la demanda que impusieron tus suegros no va a procesar, no tienen el suficiente valor para hacerlo, ya me encargue de ello.

----Mihi...

---también soy tu abogado, no lo olvides, los asuntos legales no se mezclan con las amistades, pero eres un caso especial...yo sé mejor que nadie que está niña solo estará segura contigo---- las palabras del Dracule habían llegado a él, sin decir nada solo cubrió su boca para nuevamente llorar.
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Una vez la niña se comenzó a sentir mejor se había quedado dormida, Mihawk sabía que Shanks no tenía unos buenos hábitos alimenticios por lo que le había llevado la despensa completa, además de pañales y unas latas de leche en polvo para la pequeña, como se había encontrado en el camino con Crocus, que era un viejo conocido le pregunto con relación a los bebés, información que le había venido muy bien al pelirrojo, ahora sabía que no cometería los mismos errores.

I'm hanging in your hands.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant