★» 23. A tu lado

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—Channie, deja de hacer e-eso —la suave voz del omega se coló por sus oídos, sin embargo, el peligris pareció inmutarse.

—¿Por qué debería de hacerlo? —sonrió con cierto ápice divertido, reposando su mentón en una de sus manos para seguir viendo el precioso rostro de Jeongin—. Tú eres el culpable, no puedo quitarte la vista de encima.

—¡Hey! —se quejó apenado, no le gustaba sonrojarse y más aún cuando el alfa lo miraba con mucha fijeza.

—Eres inexplicable —susurró suave, pero con un sentimiento profundo que empezaba a envolverlo. Sus ojos lo miraban con tan dulzura y concentración, apreciándolo como toda una perfecta obra de arte.

Jeongin lo miró algo descolocado, aquella frase se había sentido tan cálida en su corazón que hasta su lindo lobo albino empezaba a regocijarse con felicidad.

—No hagas eso —comentó apenado, mordiendo levemente su labio inferior.

—¿Por qué no? Solo soy sincero —un suspiro salió de sus carnosos labios sin apartar su mirada de aquel rostro níveo.

El omega respiró con algo de dificultad, ¿Acaso ese era un sueño de esos que siempre quiso que se hicieran realidad? No estaba entendiéndolo.

—¿Sincero? —se atrevió a hablar con más seguridad—. Pero tú no eres de esos que dicen palabras b-bonitas —sus mejillas se ruborizaron notoriamente—. Todos te conocen y te han vis... —el peligris lo interrumpió.

—¿Me conocen? ¿Estás seguro de ello?

—Bueno...

—La gente habla solo lo que le conviene, Innie — se reincorporó en la silla, poniéndose más cerca del omega—. Sí, tal vez todos vieron como soy respecto a las personas que intentan llamar mi atención, pero en realidad es porque invaden mi espacio personal, ellos no me conocen y no saben mis razones, o bueno, tal vez no quieren entenderlas. Solo insisten y me sofocan, no me dan otra opción.

El castaño le escuchaba con suma atención, queriendo comprender el porqué de repente lo trataba de manera linda siendo él un omega tan común que ni siquiera fue visto antes por Chan.

¿Por qué ahora sí?

—Y respecto a lo que te digo a ti —prosiguió—, es muy sincero. Solo digo lo que pienso en cuando te veo.

—Pero...

—Y quiero seguir haciéndolo —volvió a cortar las palabras del omega—. Quiero demostrarte todo lo que estoy sintiendo y por supuesto que quiero seguir mirándote, hablándote y conociéndote cada día un poco más.

El corazón de Jeongin se arremetió en una carrera rápida y constante. Inevitablemente toda su carita se coloreó de un sutil tono palo rosa y sus delgados dedos se juntaron entre sí.

—¿Qué dices? —insistió el alfa con cierta emoción cubriendo su sistema, realmente estaba ansioso de una respuesta positiva—. ¿Me permites acercarme a ti de una manera lenta, pero firme?

Aquellas preguntas resonaron en la cabeza del omega de manera sorpresiva.

—¿Q-qué tratas de decir?

Chan sonrió ampliamente al verlo sonrojado y con una mirada brillando en curiosidad, pareciéndose a un cachorro al cual le narran mágicos cuentos.

—No quiero mentirte, Innie, realmente quiero ser algo más que tu amigo —los bellos ojitos del mencionado se expandieron—. Pero tranquilo, no quiero apresurar las cosas, quiero conocerte y quiero que tú también me conozcas a mí —sonrió leve, llevando sus manos para rodar las del omega. Chan no iba a negar que tenía algo de nervios ante las probabilidades que pudieran suceder, sin embargo, quería esforzarse y hacer el intento—. ¿Me permites estar a tu lado?

El castaño tragó saliva con dificultad. Realmente no sabía qué de bueno había hecho en su vida pasada para estar viviendo aquel momento junto a ese hermoso alfa.

—Solo confía en mí —musitó suavemente, transmitiéndole otra vez esa sensación de confianza y seguridad a él y a su muy emocionado lobo.

—Está bien, y-yo estoy dispuesto a conocerte más —aclaró el omega, alzando su vista para chocarla con aquellos relucientes orbes almendrados.

El alfa sintió a su lobo aullar con energía y alegría genuina, sacudiéndolo en una cálida bruma de sentimientos nuevos pero agradables a la vez.

Era realmente perfecto.

—¡Gracias, Innie! —incluso su voz estaba cargada de felicidad, no se contuvo más y acortó la poca distancia para abrazar al omega con ternura y fuerza medida—. Te prometo que haré un gran esfuerzo por ti.

 Te prometo que haré un gran esfuerzo por ti

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El príncipe y el plebeyo ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora