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Sana se sentía incómoda.

Había completo silencio mientras estaba acurrucada en el pecho de la alfa viendo la televisión. Tzuyu se tomó muy enserio lo de tratar bien a Sana y de repente era muy cariñosa pero la omega no estaba acostumbrada a este tipo de afecto de parte de la alfa, así que sin quererlo, de la incomodidad y de lo nerviosa que estaba, la japonesa empezó a desprender su olor a vainilla con un toque... Extraño. Era amargo, pero a la vez dulce y Tzuyu rápidamente se dió cuenta ya que bueno, la omega estaba encima de la alfa.

- Sana, ¿qué te pasa?

- E-es que... A ver no quiero que te enfades pero... Esto es muy repentino y me siento incómoda así...

Tzuyu hizo uno de sus mejor esfuerzos por no comenzar a gritar y a insultar a la omega por la manera que estaba jugando con ella. Respiró hondo y le acarició la cabeza a la omega, lo que hizo que ésta se sonrojara.

- No tienes por qué sentirte así, ¿vale? A partir de ahora... Yo seré tu pareja. - Sana tenía la cara como un tomate y empezó a desprender su olor muy fuerte por la emoción. - Y no tienes por qué... ¡Ugh! Sana, tu olor es súper fuerte. ¡Apestas!

- Lo siento.... Es que yo.... Estoy súper emocionada de estar contigo Tzuyu...

La taiwanesa sonrió.

- Puedes ponerme apodos. Ya sabes, esos que de ponen las parejas que son súper cursis y dan ganas de vomitar. - Tzuyu se rió y para la sorpresa de la alfa, Sana también rió.

- Te llamaré Kiwi.

- Vaya tontería... Pero me gusta.

- Tú... ¿Me pondrás un apodo?

La alfa lo pensó.

- Te puedo llamar Nana.

- ¡Me encanta!

Sana abrazó a Tzuyu y ésta le devolvió el abrazo. La alfa se sentía mejor, no pensaba que funcionaría pero era verdad que Sana era su alma predestinada. Esa noche las dos durmieron en el sofá, juntas pero incómodas. A ninguna de las dos le importaba eso.

[..🥝..]

Tzuyu despertó sola en el sofá pero no pasó mucho tiempo hasta que Sana se le acercó con toda la energía del mundo a las... Siete y media de la mañana.

- ¡Kiwi!

- Nana...

- ¡Preparé el desayuno! - dijo Sana con una sonrisa.

La alfa se levantó con pereza del sofá. La espalda la estaba matando, pero le regaló a Sana una pequeña sonrisa vaga.

- Yo no suelo desayunar... Pero agradezco el detalle.

- Oh... Bueno, al menos intenta comerlo.

Las dos chicas se dirigieron hacia la cocina y cuando Tzuyu vió lo que Sana le había preparado, los ojos casi se le salen de las cuencas. Eran tostadas con huevo revuelto, huevo un poco quemado. A pesar de su disgusto, la alfas dió su mejor esfuerzo por no insultar a Sana por la mierda que había hecho y le sonrió falsamente a la omega.

Se sentó en la mesa, Sana la observaba atentamente y eso incomodaba a la alfa.

- Vamos, prueba.

- Sana, no lo digo a malas pero... Duchate.

- Uh... Vale.

Sana salió de la cocina y algo extrañada fue a ducharse. Tzuyu hizo su mayor esfuerzo por intentar comer esa porquería, pero cuando casi vomitó, simplemente lo tiró a la basura.

Mientras Tzuyu esperaba que Sana saliera del baño, hizo un par de estiramientos. Después de lo que parecían siglos Sana salió del baño, y Tzuyu tuvo que tragar grueso mientras miraba a Sana totalmente paralizada.

La japonesa tenía el pelo mojado, lo que la hacía ver bastante sexy, añadiendo que las toallas en Corea son diminutas... La alfa pudo ver a la omega casi desnuda. Toda la figura se marcaba y un amigo empezó a sobresalir en los pantalones de Tzuyu.

- ¿Estás bien? - Sana miró preocupada a la alfa.

- S-sí... Aparta - con la cara similar a un tomate, Tzuyu apartó a la omega de la puerta y se encerró en el valor con mucha vergüenza por la situación.

Sana no entendía nada y simplemente decidió ir a buscar algo de ropa que ponerse. Ahora que Tzuyu era su pareja... Podía ponerse ropa de la taiwanesa, verdad? No se enojaría ni nada.

Por otro lado, Tzuyu decidió darse una ducha fría para calmar sus terribles ganas de... Y después de la relajante ducha, Tzuyu salió del baño con varias toallas que la tapaban bien. Caminó hasta su cuarto y cuando entró estaba Sana con una camiseta y unos pantalones de pijama suyos.

- Sana...

- No te importa, ¿o sí?

Tzuyu agachó la cabeza de la vergüenza, su cara estaba completamente roja.

- No me importa...

La taiwanesa se dirigió hacia su armario y agarró prendas de pijama cualquiera y rápidamente se los puso mientras la japonesa, sin mirar a la alfa, se secaba el pelo con la toalla.

- Kiwi

- ¿Sí?

- ¿Tienes planeado hacer algo hoy?

- No realmente...

- ¡Perfecto! Porque he pensado varias cosas de parejas que podríamos hacer...

- Suena bien...

- Tzuyu de verdad, estás bien? Te noto triste...

- No es nada, no te preocupes.

Sana decidió no darle más importancia y empezó a hablar y a hablar de todo lo que podrían hacer pero Tzuyu no escuchaba, solo pensaba en la manera de poderes follar a Sana sin sonar maleducada.

- Nana.

- ¿Si?

- ¿A tí te gustaría tener cachorros?

- Sí, pero dentro de unos años. Después de casarme...

Tzuyu lo pensó.

- Está bien. Así será.

- ¿Así será el qué?

- Nada, no me hagas caso. - Tzuyu se dió media vuelta y se dirigió hacia como Sana lo llamaba, "el trastero".

Sana no sabía muy bien lo que Tzuyu estaba haciendo, pero era mejor no molestarla y la dejó haciendo sus cosas mientras la omega se dirigió hacia el sofá y se puso alguna serie de Netflix que hubiera.

Love Foolish  ( satzu ) Where stories live. Discover now