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Otro día más que Jihyo no venía, a diferencia de Felix que ya volvió. Sana estaba feliz hablando con Felix de lo que hizo ayer con las chicas, y Tzuyu solo podía pensar que en la siguiente hora tocaba filosofía de nuevo. Otra vez tendría que estar con Sana... Trataba de pensar en otras cosas, en centrarse en la clase, pero no podía quitarse el pensamiento de la cabeza.

Sus manos temblaban, su frente sudaba, cada vez era más difícil respirar, tragaba saliva de manera gruesa, los sonidos a su alrededor comenzaron a distorionarse, solo escuchaba con claridad sus gritos internos y un sonido muy molesto que cada vez se hacía más fuerte. Una pequeña lágrima se derramó por la mejilla de Tzuyu, pero rápidamente la apartó e intentó calmarse. No era para tanto, ¿verdad?

El profesor de filosofía entró por la puerta, dios...

- Lee Felix, ayer no asistitse a clase, ¿no es así? - El profesor dijo.

- Así es...

- Bien, justamente ayer tu compañera se juntó con la señorita Choi Tzuyu por...

Felix automáticamente se levantó.

- Ya lo sé, un proyecto... ¿Con quién voy?

- Ayer el señor Seo Changbin también se quedó solo, puede juntarse con él.

Un escalofrío recorrió la espalda de Felix, Changbin era... Su mirada lo intimidaba demasiado, y a quién no... Daba miedo.

Sin ganas de ir, el rubio recogió sus materiales y se juntó con Seo. Sana notaba lo tenso que estaba Felix y se le hizo tierno, sonrió al ver de lejos a su amigo tan tenso con ese alfa. Pero su sonrisa desapareció al ver que Tzuyu se sentó al lado suyo.

- Menos mal que no sonríes así conmigo cerca, pareces tonta.

Sana frunció el ceño.

- ¿No que según tú ya lo soy?

- Lo eres y lo pareces, estúpida. Deja de humillarte y acabemos esto lo antes posible.

Sana apretó su puño con fuerza. No quería montar un escándalo, así que simplemente le pellizcó la pierna a la más alta.

- ¡Auch! ¿Qué te pasa imbécil?

- No me trates así.

- ¿Así cómo? Te odio, claro que te voy a tratar así.

- Pero no tienes ni el mínimo respeto conmigo.

- Por que me das rabia, ¡me estresas!

- ¡No he hecho nada!

- ¡Me has pellizcado!

- ¡Por que estoy harta! Yo-... - La japonesa se quedó callada. - Eres una insensible y una egoísta.

Sana la fulminó con la mirada y con una mueca de enfadó siguió con el trabajo. Tzuyu sentía una mezcla entre enojo y tristeza, le dolía que le dijiera esas cosas pero también la enfadaba, claro. Pero ¿qué podía decir? Tzuyu también la trataba así, ¿no era eso lo que quería? Realmente no lo sabía...

El resto de la hora fue pura incomodidad, tanto como para Sana y Tzuyu como para Felix.

- Y esto es lo que vamos a hacer, ¿vale? Me la pela si no te gusta. - La voz de Changbin era tan intimidante como su mirada.

- D-de acuerdo... Esta bien, m-me gusta... - Felix notaba el olor a chocolate amargo de Changbin... Agh, todo era tan difícil para él...

¿Por qué? ¿Puede ser por que la mayoría en la escuela eran Omegas o Alfas y él era un beta? ¿Por que no sentía que encajaba ahí? ¿Por que con la única persona que hablaba era con Sana?

En parte eran esas cosas, menos la primera. Verán... Felix mintió.

Es un mentiroso, y no va a querer decir la verdad hasta que alguien la descubra y no tenga más remedio.

Felix era un omega.

¿Como es que nadie lo podía saber? Por supresores claro está. Unos caseros muy fuertes, básicamente hacía que no oliera a nada durante todo el día. Por las mañanas lo tomaba y le duraba todo el día hasta llegar a casa.

Era un secreto muy bien guardado.

Ahora, es verdad que en Australia la mayoría son betas y se sentía extraño y raro por ser omega y al mudarse a Corea pensó que sucedería lo mismo. Así que tomó la decisión.

Pero al ver que no era así realmente se arrepintió, pero ya no había nada más que hacer. Además estaba muy inadaptado, había tantos aromas juntos... Lo mareaba, y el estar tan cerca de un alfa con un olor como el de Changbin lo volvía loco. Nunca había conocido un alfa con un aroma tan fuerte antes...

A parte de que lo intimidaba, se sentía nervioso por el aroma y por el simple hecho de que fuera un alfa. (Un alfa muy guapo, si se lo preguntas de confianza)

En algún momento la verdad se descubriría, solo esperaba que Sana no se lo tomase mal. O alguien se lo tomase mal, tampoco es que hablara con mucha gente.

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Las clases del día terminaron una vez más, Felix y Sana subieron al bus y se sentaron en unos asientos libres para hablar de como les fue el día.

Todo marchaba bien, hasta que Sana notó un cierto aroma a caramelo.

- ¿Hueles eso, Felix?

- ¿El qué?

- Alguien huele a caramelo, ¡que rico!

A Felix casi se le salen los ojose intento actuar normal.

- Sí, riquísimo.

- ¿Quién creer que sea? Parece que está cerca. Quizás me puedo hacer su amiga.

- Sí, seguro.

Sana tomó una pausa antes de hablar.

- ¿Me estás vacilando?

Felix sentía miedo pero no lo quería demostrar con sus feromonas así mantuvo la calma a pesar de estar gritando y rezando internamente.

- Um... No, perdón. Estoy algo cansado.

- Ah, está bien. Debe ser agotador estar con Changbin, realmente da miedo... Hasta de solo pensar en él me dan escalofríos.

Felix sonrió, tenía razón. En ese momento se reiría si no fuera por la tensión que estaba sintiendo en ese momento.

Un milagro llegó, era su parada de bus para bajarse.

- Sana, nos vemos mañana. Ya me tengo que bajar.

Sana se despidió y con un poco de prisa el rubio bajó del autobús y fue corriendo hacia su hogar. No lo podía creer.

Su olor... Sana lo había olido, joder...

Love Foolish  ( satzu ) Where stories live. Discover now