Pesadilla (Anti-romántico / EN EMISIÓN)

Capitulo 1 La mujer de la fotografía de cartera

Dio un pequeño salto tras escuchar los proyectiles cerca de su ubicación, al fondo del espacioso clóset dentro de la habitación principal. No hubo tiempo suficiente para trasladarse a la puerta secreta debajo de la bañera que conduce a un túnel de escape de la mansión de Naruto Uzumaki, el nuevo capo de la cuadra. Todo fue inesperado, hace una horas cenaban acompañada de los nuevos amigos mientras disfrutaba de la música en vivo que él trajo para complacerla y no tener que salir de las comodidades de la propiedad. Tampoco hubo tiempo para despedirse de ese hombre que hacía todo lo posible para que se sintiera en su propia casa. Quién iba a pensar que el matrimonio a escondidas de sus padres no iba a durar por mucho tiempo. Podía ser el Karma por ser mala hija con esas dos personas que solo deseaban que su única hija tuviera un futuro estable con un hombre trabajador y honrado, estuviera cobrando fracturas.

Con dos horas sin que los proyectiles y gritos pararan no había posibilidad de salir con vida de esa mala situación en la que se encontraba Sakura Haruno. Todo pasaba rápido e increíble, no parecía que se detuvieran o que la policía interviniera, como si las autoridades permitieran matarse entre ellos. Esperar por ayuda no estaba en la lista de espera, solamente podía aferrarse a la victoria de Naruto en la gerra entre él y la mafia.

Lo poco que escuchó antes de ingresar al clóset, fue que la mansión estaba rodeada de sicarios contratados por la mafia de clanes, y que iban a matar a todos que estuvieran involucrados con el capo que insultó a la cabecilla de uno de los clanes. Sedientos de venganza deseaban cortar la cabeza del capo y ponerla en un plato de plata.

Escondida recordó como si hubiera sido ayer, cuando Naruto le comentó burlándose de la travesura que había hecho hace una semana, todo para advertir a Madara Uchiha que no debía meterse con él. Cortar la cabeza de un caballo purasangre y colocarlo a los pies del mafioso más pesado mientras dormía, sonó como una mente retorcida, pero de ello se trataba la guerra entre mafiosos, mostrar miedo a los enemigos con mensajes divertidos y a la vez retorcidos. Ahora esto eran las consecuencias de aquella travesura, una masacre.

Sintiendo la muerte de cerca comenzó a pedirle a Dios que la perdonará de todos sus pecados, y que el sufrimiento que iban a atravesar sus pobres padres no fuera por mucho tiempo. Al fin de cuentas decidió casarse con el capo a escondidas de todos sin permiso de sus padres. Kisashi investigó a este hombre que apareció en la vida de su única hija para arruinarla. La información que obtuvo lo llevó a prohibir verlo. Pero las palabras de un padre no tienen fuerzas cuando estás enamorada. Sakura decidió dejar su vida como la hija del propietario de una funeraria y fugarse para alcanzar una efímera felicidad que terminó al escuchar que los mafioso habían ingresado a la habitación principal. Llevó sus manos temblando a su boca para que no fueran a escuchar el sonido de su respiración o cualquier grito que escapara de sus adentros en cada proyectil, hundió su cuerpo entra la ropa caída con los ojos bien abiertos con dirección a la puerta del clóset, rezando que no fueran a abrirla, o que el hombre que apareciera fuera Naruto. De lo contrario estaba muerta.

—¡No hay rastro de nadie en la habitación! —el grito de un hombre sonó seguido de varios pasos fuera del clóset.

Sakura hundió más su delgado cuerpo entre la ropa hasta tocar la fría pared. Dado a la interrupción de la madrugada no tuvo tiempo de coger su cubre bata para cubrir el camisón corto de seda. Su cuerpo temblando volvió a sacudirse tras dos disparos y vidrios romperse cerca de su ubicación.

«Si salgo de esta pesadilla prometo darle la cara a mis padres y pedir perdón por haber huido para casarme con la persona que ellos me negaron, aunque él regrese lo haré». Haciendo promesas por miedo de recibir una bala a la cabeza volvió a rezar.

Pasos fuera de la puerta del clóset la alarmaron, los sicarios estaban cerca. Al poco tiempo de una patada abrieron la puerta, luego un hombre vestido de negro con pasamontañas cargando unas arma larga de alto calibre apareció abajo del umbral, desde ese lugar inspeccionó el interior.