🍒บทที่ 01

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La brisa fresca golpeaba su rostro

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La brisa fresca golpeaba su rostro. Sus ojos estaban cubiertos por unas gafas oscuras para evitar la luminosidad del sol.

No había dicho ni una sola palabra desde que se subió a la parte de atrás del coche. Estando recostada podía ver la gran mano de Cork entrelazada con la de su madre mientras manobriaba el pomo de cambio.

Se veían felices. Especialmente su madre.

Sus palabras habían sido: ¡Tu padre te extraña! Deberías visitarlo.

Decir eso era mucho más fácil que simplemente echarla. De esta forma se evitaba el cargo de conciencia.

Tampoco podía negarse, de alguna forma ya hizo demasiado infeliz a su madre. Era tiempo de que esto cambiara. Cork se encargaría de ello.

Nunca se imaginó que llegaría el día en que sus pies dejarían Tailandia. Nació ahí, creció ahí y pensaba morir ahí. Pero el destino tuvo otros planes.
La llamada telefónica con su padre no duró mucho, pero para su sorpresa su voz tenía un tinte calido.

Los pensamientos intrusivos estaban presentes. Quizás lo hace por compromiso, se dijo así misma.

Giró su cuello levemente para darle un último vistazo a la playa, su lugar seguro desde los diez.
Hundir los pies en la arena húmeda le causaba un escalofrío hasta la coronilla de la cabeza y de alguna forma disipaba la oscuridad de su mente.

Su vista volvió al cuaderno que yacía sobre sus rodillas. Movía el lápiz con ligereza, daba trazos suaves.

En el papel nació una muchacha de cabellos salvajes, no tenía un rostro definido ya que la hizo de espaldas, era de complexión pequeña. Se veía frágil pero muy vivaz, sus pies estaban bajo la arena, en una mano tenía flores y en la otra un collar.

Un subidón brusco provocó que hiciera un rayón sobre el brazo de aquella muchacha. Frunció el ceño y cerró el cuaderno.

La despedida no fue muy emotiva, no hubieron lágrimas ni promesas.

Un toqué en el hombro por parte de Cork fue lo único que recibió mientras su madre miraba con cierto pánico aquella acción.

Pero nada pasó. Incluso pudo oír como suspiró con alivio.

─Nos vemos mi linda Pattaya...

No volvió a mirar la ventana después de eso. Se puso unos tapones en los oídos y cerró los ojos. Sería un viaje largo y no tenía intenciones de interactuar ni un poco con su acompañante.

Decir que era mala socializando es muy poco. Simplemente no podía importarle menos las personas.

La niña que quería amistades ya no estaba, en cambio una joven de ojos sombríos y sonrisa insulsa ocupaba su lugar. No hablaba si no le hablaban y no se metía en donde no debía, solo existía.

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⏰ Last updated: Jan 08 ⏰

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