— No. Hay que dejar que respire el aire puro. Aléjate.— Max lo hizo.

— Por favor respira, vamos.— Lo miraba detenidamente. Pero Taehyung parecía no estabilizarse.

Volvió a revisarle el pulso. Esta vez, el pulso del omega parecía empezar a normalizarse.

— Eso es. Solo respira.

Horas después, Taehyung abría los ojos pesadamente. Había mucha claridad. Terminó de abrir lo ojos y lo que vio le hizo pensar por un segundo que estaba muerto.

Estaba acostado en una hamaca amarrada a un hermoso árbol. Los pájaros cantaban y el cielo invitaba al sol a marcharse y dejar que la luna ocupara su lugar.

Era realmente una locura de lo hermoso que era.

Miró alrededor

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Miró alrededor. ¿Donde estaba? No había visto ese lugar antes. Aunque a decir verdad, la mansión era demasiado grande como para conocer todo el lugar en su totalidad.

Se sentó en la hamaca. Puso los pies descalzos en el césped. Una sensación agradable recorrió todo su cuerpo, pero todo eso fue interrumpido por las voces que ese escuchaban a la distancia.

Se puso de pie intentando seguir las voces que cada vez se escuchaban más cerca.

A la distancia lo vio. Mattia estaba arrodillado mientras que Jungkook le apuntaba con el arma y Max estaba a su lado, intentando detenerlo, pero no pudiendo.

— Ahmed. Se lo juro, yo nunca sería capaz de hacerle daño.— Sus lagrimas corrían como cascada virgen, mientras que sus manos estaban en posición de ruego. Sus manos ya vendadas.

— Te lo encargué a ti. TÚ eras el único aquí con él.

— Alguien me encerró en el almacén, Ahmed. Quería buscar algunas cosas para poder asear el salón, y alguien me encerró.

— Aquí no había nadie más que tú. Además ¿como sabias que estaba en la cocina?

— Porque lo escuche gritar, Ahmed.— El llanto ya no lo estaba dejando hablar.— Intenté salir, pero no pude.— Sollozó.— Realmente, lo intenté.

— Intentarlo no es suficiente para mi.— Exclamó— Puse su vida en tus manos y casi la pierde.

— Esta bien. Sera un honor morir por su mano, porque juré estar a su lado hasta el día de mi muerte. Pero por favor, no me vea como el culpable, porque yo sería incapaz de atentar contra la vida de Harat, ni contra la de usted.— Sollozó y bajó la cabeza.— Dígale a mi madre que la amo.

Jungkook sobó el arma.

— Ahmed...— Intentó decir Max para detenerlo pero alguien más interrumpió.

Taehyung se colocó entre el arma y Mattia.— Detente.

— Taehyung, salte del camino.

— No, no lo haré.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt