*• 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐚𝐧𝐭𝐬 𝐢𝐧 𝐰𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝 |Descendientes

17 - Lo Que Realmente Quieren

*• you always get somewhere
if you walk far enough •*

Los días pasaban, y con ello, Allison y Liam se acercaban más, ambos salían a caminar, pasaban los descansos caminando por las jardineras o iban a ver el anochecer arriba del árbol que ahora era su lugar especial.

Los amigos de los dos sabían sobre aquello que ambos tenían, pero no decían mucho, los amigos de la rubia se emocionaban y los amigos del castaño solo se sentían felices por el, porque aunque no quisieran aceptarlo, les gustaba Auradon, les gustaba ver a su amigo feliz, y ellos eran felices ahí. Pero, si eran sinceros, todo estaba hecho un desastre.

O eso pensaba Liam, cuando los chicos salían y él se quedaba solo en su cuarto o salía al árbol que quedaba al lado del bosque, se daba cuenta de que no era lo suficientemente bueno para Allison, solo tenía un corazón oscuro qué ofrecerle, porque el lugar donde vivía antiguamente, era una mierda. No tenía descendencia de reyes y reinas, era solamente el hijo de una malvada villana, y ella... ella era un ángel, era tan amable y buena con todos que a veces, las personas abusaban de su bondad, era una persona maravillosa que veía el mundo de otra manera, cautivaba a los demás y se preocupaba por todos. ¿Qué había hecho para merecerla?

A veces trataba alejarse de la princesa, por su bien y el de ella, trataba de ignorarla, pero al ver cómo iba caminando sola por el pasillo y los chicos e incluso chicas babeaban por ella, llegaba a su lado y pasaba su brazo por sus hombros y caminaban juntos, tal vez eso era tóxico de su parte, pero no soportaba ver aquello, no podía, y no quería.

—¿En qué piensas, princesito? —le preguntó Evie sarcástica mientras se veía en su espejo. Ambos compartían mesa en la clase de bondad.

—En Allison... —suspiró acomodando su cabello hacia atrás, recargándose en la silla de madera.

—Claro... Allison... —murmuró la pelizaul dejando su espejo en la mesa de manera lenta y nerviosa. Pues aunque no le gustaba aceptarlo, aún quería a la rubia, y si, le gustaba verla feliz con su amigo, pero por su mente siempre estaba el vago pensamiento de ella con la ojiazul, cada que la veía le sacaba un suspiro, le encantaba verla mientras entrenaba con la porristas, en el almuerzo con sus amigos, o cuando le preguntaba que se le veía mejor y ella respondía con "Con lo que sea te vas a ver hermosa" o cuando iba caminando por los pasillos sola, no cuando iba con Liam tomada de la mano, claro.

Si era sincera, se juntaba con Miranda para tratar de olvidar a Allison, porque también sabía que estaba mal estar enamorada de ella, ambas eran princesas y eso sería mal visto por todo el mundo. Como si fuera la peor cosa que podía existir.

Su madre le había dicho toda su vida que debía conseguirse un encantador príncipe y un grande reino que tuviera cientos y cientos de espejos. No dudaba que Allison viviera en algo parecido, pero era una chica, de la cual estaba completamente enamorada...

A veces se preguntaba, ¿qué tenía ella? ¿Qué le faltaba? ¿No era lo suficientemente bonita? ¿Acaso era verdad que el dolor era belleza? ¿Por qué Allison no se había enamorado de ella? ¿Estaba mal quererla tanto? ¿No la merecía?

{...}

—Mal. —llamó a su amiga la peliazul al darse cuenta de lo que la mencionada pensaba hacer. —¿Quieres romper el hechizo de amor de Ben?

La pelimorada agachó la mirada a su libro.

—Si. —respondió dudando. —Pero... para después. —si era sincera, no quería hacerlo, le agradaba gustarle al príncipe, aunque fuera por un hechizo, porque sabía que los sentimientos del pelimiel le pertenecían a la rubia.

—Pero... —intentó decir Emma, no creyendo lo que su amiga haría. Pues Mal lucía feliz al lado de Ben, ambos parecían quererse.

—Estuve pensando... —comenzó a decir la hija de Maléfica. —Que cuando los villanos tomen Auradon, saquen a todos de sus reinos, encarcelen a los líderes y destruyan todo lo qué es bueno y hermoso... —aquellas palabras dejaron mucho de que pensar en Liam, Evie, Emma, Carlos y Jay, quienes dudaban de lo que realmente querían. Su vida en Auradon era bastante buena si eran sinceros sin necesidad del mal en ella. Jay disfrutaba de jugar Tourney, Emma disfrutaba pasar tiempo con sus primas, Carlos había conseguido lo que le había hecho falta toda la vida, un amigo, un perro, Chico. Y bueno, Liam y Evie se habían enamorado de la misma persona, pero si la pelimorada era sincera, ella también lo había hecho. —Que Ben siga enamorado de mí sería un tanto... cruel. —finalizó antes de de dedicar miradas tristes a los presentes, para ir al cuarto de las chicas y preparar el hechizo.