Capítulo 11

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Habían pasado un par de días desde que Narcissa estuvo hablando horas y horas con Hermione, y todo iba bastante bien, pero solo de momento pues pronto todo cambiaría.

Narcissa se encontraba muy feliz, veía el día a día de su hijo y nuera, notaba que se querían de verdad y eran muy felices, no hablaba con Lucius desde aquel día que habló con el, y en parte lo agradecía, no le apetecía los abusos de su "esposo". Ese día se encontraba en la oficina en la que estaba todas las tardes, veía como los chicos paseaban por el Londres muggle cogidos de la mano. Pero nunca esperó lo que venía a continuación.

-Narcissa yo...- dijo el entrando en la puerta sin llamar, pero se quedo mudo cuando vió lo que salía del caldero. -¿que significa esto Narcissa?- preguntó furioso, aunque sabía perfectamente lo que significaba.

-yo...- dijo ella casi sin habla sin saber exactamente que decir.

-TU NADA- gritó el furioso- sabes lo que puede pasar y aún así lo permitiste, ¿es eso acaso lo que quieres para tu hijo?, ¿que se convierta en un enclenque muggle?, ¿en una persona insignificante?, ¿que cambie lo que verdaderamente es?- preguntó el cada vez mas furioso acercándose a ella, mientras que ella retrocedía, sabía lo que vendría.

-pero... ellos se quieren Lucius- dijo Narcissa asustada, pues ya no podía echarse mas atrás, ya había chocado contra la pared.

-me importa un mismísimo pimiento Narcissa, eso no puede suceder, y me encargaré personalmente que eso no suceda, como me llamo Lucius Malfoy- dijo dándole una cachetada y desapareciendo. En ese momento supo que tendría que contárselo a su hijo, porque sabía como era Lucius, y el seria capaz de matar a la chica para que eso no sucediese.

Mientras que la pareja se encontraba en casa del chico, estaban besándose sentados en el sillón, acababan de venir del trabajo. Y Hermione abrió los ojos para mirarle mientras se besaban, pero algo le sorprendió, el pelo de él estaba cambiando, el al notar que se puso tensa también abrió los ojos, Hermione vio que los ojos del chico también cambiaban de color. Su pelo de color chocolate paso a rubio muy claro y sus ojos también color chocolate cambiaron a azul muy claros casi grises.

-¿Pe-pe-ro que-que ha pasa-do-do?- preguntó ella separándose de el y echándose cada vez mas atrás.

-¿que sucede Hermione?- preguntó el sin darse cuenta de lo que estaba pasando.

-tu pelo... tus ojos...- dijo ella aún asustada. Fue en ese momento que Draco se dio cuenta de lo que pasaba, y se maldijo por a ver usado ese hechizo temporal.

-yo...- dijo Draco sin saber que decir. No sabia si decirle que era un mago, pero no sabía como se lo tomaría ella, pero lo que era seguro era que no quería que se alejase de su vida.

-¿que ha pasado Draco?, quiero que me expliques que demonios esta pasando- dijo ella poco a poco recuperando la voz.

-sentémonos y te explicaré todo- le dijo el señalandole el sillón. Estaba dispuesto a contarle la verdad con tal de no perderla.

-de acuerdo. Pero no se que está pasando Draco.- dijo un poco temerosa, no sabía que hacer, lo amaba pero no comprendía que pasaba.

-Lo se, y eso es lo que te voy a explicar mi amor, pero no te alteres y escucha todo lo que te diga- le dijo.

-vale, di- dijo ella ansiosa por lo que le contaría el chico, aunque aún se encontraba nerviosa.

-Lo principal es que soy... un mago. Antes vivía en el Londres Mágico junto a muchas mas personas como yo, con la habilidad de hacer magia. Estudié en el Colegio De Magia y Hechicería Hogwarts, una especie de... academia donde los magos se titulan para hacer lo que quieran. Vine aquí cuando me peleé con mi padre, porque quería casarme con la hija de una de las familias mas importantes del mundo mágico, pero me negué porque no la amaba, llegué aquí, desorientado, sabia varias cosas gracias a la clase de estudios muggles que se daban en Hogwarts, cambié de aspecto para empezar una nueva vida, como cualquier otra persona.- terminó el.

-Es decir, que muchas de las cosas que me contabas sobre ti eran mentira- le dijo ella, creyendo que también le había mentido a ella cuando le dijo que le amaba

-No te equivoques Hermione, cuando dije que te amaba era verdad, y lo seguiré haciendo siempre- dijo sabiendo sus pensamientos gracias a la oclumancia, se había prohibido usar demasiado la magia, pero ahora era necesario.

-¿y porque no me contaste nada de esto antes Draco?, me siento traicionada- dijo levantándose del sillón, con las lagrimas acumulándose en sus ojos, y sin poder aguantarlo mas rompió a llorar.

-lo siento, pero es como una promesa del mundo mágico, nadie puede enterarse a no ser que lo descubra por si mismo. Si hubiese sido por mi te lo hubiese dicho- dijo el, suplicando que no le dejase y siguiese con el.

-Esto es tan nuevo para mi...- dijo ella dando vueltas y vueltas por el salón.

-Lo se amor, y siento no habértelo dicho antes, pero no podía decírtelo, pero comprendeme, yo...- dijo el suplicante.

-ya está mi amor no pasa nada, lo entiendo, lo importante es que estamos juntos y ya lo se- dijo ella abrazándolo, pues realmente le creía, se le notaba en la cara.

-Lo siento de verdad- dijo el, pero ella le cortó con un beso.

-que no importa, y ahora, enséñame un poco de magia- dijo ella sonriendo levemente, mientras el también sonreía y asentía con la cabeza.





Enamorado de una MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora