just the way you are ━ oliver wood

05. Llegada de Sirius Black

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En la noche, ambos jóvenes terminaron demasiado cansados, pero tuvieron que caminar hacia el castillo porque debían ir a sus dormitorios. Por suerte, habían hecho un pequeño picnic en un descanso que habían tomado, así que estaban demasiado llenos.

Inmersos en un agradable silencio, Oliver se dirigió a la chica con una sonrisa amable. —Mañana jugamos contra Hufflepuff, ¿recuerdas? Espero contar contigo. Tu presencia me ayudaría mucho.

Con el nombre de Sirius Black en su mente, Emma había olvidado por completo el partido, ¡pero sin duda iría! Ella jamás se perdía un entrenamiento o partido de su amigo.

—¡Por Merlín! Se me olvidó por completo —. Admitió apenada. —Pero como de costumbre, ahí estaré. —Sonrió mientras lo miraba. —Sé que estás deseando verme en las gradas, pero disimula —. Bromeó con un leve rodar de ojos, mientras compartían una mirada cómplice.

Riéndose, el chico levantó sus manos. —Está bien. Me atrapaste. Admito que tú presencia siempre me da suerte.

Ambos tenían una amplia sonrisa en sus rostros mientras caminaban. Los dos inmersos en sus pensamientos, aunque el chico solo pensaba en como la pelirroja se había vuelto tan importante para él.

Oliver no exageraba al decir que la presencia de Emma era esencial para él, ya que la chica le transmitía una sensación de seguridad inigualable. Al comenzar cada partido, lo primero que Oliver hacía era buscar la mirada de la chica, porque en sus ojos encontraba el respaldo y el aliento necesario para liderar a su equipo hacia la victoria.

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Desde lejos, Emma divisó a su hermano conversando tranquilamente con sus mejores amigo, así que, impulsada por las ganas de saludarlos, se aproximó al trío, quienes aún no notaban su presencia.

—La tienda de dulces es fantástica, pero no es nada comparada con la tienda de bromas de Zonko —. Opinó Ron, con entusiasmo. —Pero no pudimos ir a la Casa de los Gritos. Saben que es la más embrujada.

—Sí, lo sabemos —. Respondió Harry concentrado mientras subía las escaleras.

—Siempre he querido saber cómo se ve ese casa por dentro —. Comentó Emma, uniéndose a la conversación.

Harry y Ron se sobresaltaron al no haber notado la presencia de la pelirroja.

—¡Emma! —Exclamó Ron, con alivio. —No nos asustes así porque...

Antes de poder continuar, Ron se tropezó con la espalda de un estudiante de primero, quien se había quedado quieto, al igual que los demás estudiantes.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no avanzan? —Preguntó Ron, con el ceño fruncido. —Quizá Neville volvió a olvidar la contraseña, como siempre le pasa —. Supuso fastidiado.

—¡Claro que no! Aquí estoy —. Se defendió aquel chico tímido.

El cuarteto se giró al escuchar a Neville, cuya expresión se volvió nerviosa al sentirse nombrado.

Con duda, Harry habló. —¿Entonces qué pasa?

Antes de que pudieran formular hipótesis, comenzaron a escuchar una voz autoritaria entre todos los murmullos.