005-°MIGUEL O'HARA°

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Mentira

Desde lo sucedido con Miles, empezaron las peleas, Miguel tenía un poco de rencor por el chico al corromper si sistema, en cambio tu solo apoyaste al muchacho.

Llegó el momento en el que todos los días peleaban por el mismo tema, siempre era lo mismo.

Todo se estaba desmoronando poco a poco, gota por gota, y era tortuoso.

...

Saliste de la habitación para solo encontrarte con Miguel durmiendo en el sofá, no había llegado la noche anterior y podía verse el cansancio en su cuerpo.

Le ignoraste para pasar a la cocina, empezaste a preparar el café antes de darte cuenta, por el reflejo del refrigerador, qué Miguel se habia despertado y estaba sentado en el sofá.
Pusiste a calentar un poco de agua.

Tu ya estabas cambiada para ir a trabajar, en cambio, el seguía con su traje.

—¿A qué hora llegaste? —Preguntaste con seriedad dejando la taza en la barra.

—Dos.. Tres de la mañana, tal vez, ya no recuerdo —Asentiste antes de empezar a preparar otro café.

Se levantó y se volvió a sentar, ests vez en el comedor, dejaste la taza frente a el y pronto vertiste agua caliente.

—Lamento llegar tarde— Negaste sentándote frente a el.

—Lo se — En ese momento nadie supo que decir, el silencio poco a poco empezaba a secar sus gargantas.

Pensaste en prender el televisor, pero solo te amargaria el día con noticias monótonas.

—Peter llamó — Dijiste captando la atención del hombre al frente— Dijo que el muchacho está en el universo de Gwen.

—Mientras no lo destruya— Susurró, apretaste la mandíbula tomando con un poco más de fuerza la taza.

—El chico no tiene la culpa— Notaste que su semblante se tensó.

—El canon tampoco— Suspiraste, no querías pelear, no tan temprano.

—Si... Bueno, ya no importa— Te levantaste, dejaste la taza en la mesa.

—¿Ya no importa? — Sus palabras tenían algo diferente, la forma en la que lo decía había cambiado.

—Si, yo nunca entendí el canon, o la menos la razón por la que lo defendías tanto— Te encogiste de hombros buscando tu bolso.

—El canon protege la realidad, pero nunca lo entenderías— Jalaste de la correa del bolso con fuerza tratando de no darle un golpe.

—Si, porque solo soy una tonta villana, ¿no? ¿Acaso no hay nada malo en el canon? ¿Solo se trata de ver morir a tus seres queridos una y otra vez? — Miguel se levantó.

Te colocaste tus lentes con fuerza caminando a la puerta.

—El canon también nos obliga a hacer cosas que no queremos— Tomaste la perilla de la puerta.

—¿Si? ¿Como qué? — Te detuviste para escuchar su respuesta.

—Como estar con una persona por la que no sientes nada — Cerraste la puerta tras abrirla solo unos centímetros.

— Que específico sonó — Dejaste le puerta para verle, sus colmillo se mostraban apenas dando a entender que estaba molesto.

Esperaste un contraataque de él, pero no lo hubo.

—¿Miguel? — Tiraste el bolso al suelo—  ¿Por qué sonó tan específico? — Miguel miró hacia la ventana tratando de clamar su respiración.

—El canon...—

—Al diablo el canon— Te acercaste— ¿Por qué sonó así?—

Tras unos segundos en silencio, abriendo la boca y cerrandola de inmediato decidió hablar.

—Tu y yo— Susurró— Empecé esto por que era el canon— Una cachetada golpeó si mejilla.

—No es gracioso O'Hara— Lo señalaste, pero el no dijo nada sobre el golpe.

—Escuchame, por favor —Trato de tomar con suavidad tu brazo pero me diste un manotazo— _______.

— Confíe en ti—  Le señalaste con odio, Miguel volvió a intentar tranquilizarte pero volviste a señalarlo— ¡Confíe en ti!.—

—Solo escucha, al principio solo eran ordenes....—

—¿Ordenes? ¿Del estúpido canon? — Diste algunos pasos hacia atrás— ¿Todo este tiempo fingiste sentir algo por mi?

Al tener el silencio como respuesta suspiraste colocando una mano en tu cabello, Miguel dio un paso al frente pero le detuviste con la mano.

Pasate a su lado tomando la primera chaqueta de la habitación, con rapidez saliste del departamento azotando la puerta a tu salida.

Todo había sido una mentira, una completa mentira.

No hubo resistencia de Miguel al verte salir de ese edificio con la chaqueta, abrazando tus brazos caminaste hacia tu viejo departamento.

Cerraste todas las ventanas, sabiendo que Miguel podría verte como spiderman.

Sin más abriste una copa de bodka y colocaste un lista de reproducción de música, las letras te hacían sentir mucho más de lo que ya sentías.

Dejaste caer tu cuerpo en el suelo tomando grandes tragos de bodka.

Con la música triste d fondo, tu corazón roto y la botella de alcohol en la mano solo pudiste ahogar tus penas. Penas qué terminaron con ideas.

Ya no te quedaba nada, o al menos nada de Miguel. Solo podías pensar en la idea de tenerte a ti misma y buscar consuelo en la música.

No necesitabas de Miguel, pero de seguro te dolería seguir con el corazón roto.

ONE SHOTS-ˢᵖⁱᵈᵉʳᵛᵉʳˢᵉOn viuen les histories. Descobreix ara