CAPITULO 7

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Mew sintió el gato dentro de él paseando y gruñendo para salir, pero él lo mantuvo a raya. Parte de él quería dejarlo suelto, pero a pesar de que compartía a su compañero con su lado animal, no quería compartirlo físicamente. Gulf era para él y para nadie más, y la manera en la que Gulf estaba de rodillas contra el cabecero, de esa manera, mirando por encima del hombro, dándole a Mew esa mirada de ven-aquí, que era más allá de sexy.

Mew gimió, apretándose contra la espalda de Gulf, su polla empujando contra el culo de su compañero mientras besaba la nuca de Gulf.

Gulf tenía dos pequeños lunares ahí detrás, y eran sus dos cosas más favoritas del mundo para Mew.

Eso, y empujar su polla contra el culo de Gulf, jugar con ellos, haciendo a Gulf estremecerse, y escuchar los pequeños gemidos que su compañero dejaba salir. La cabeza de la polla de Mew se hinchó y palpitó con cada embestida, y cuando Gulf empujó su culo contra él hizo que estuviera malditamente cerca de volverse salvaje.

―Mew, por favor,— Gulf rogó.

Y, por supuesto, Mew le dio a su compañero lo que necesitaba. Él era un alfa con un compañero embarazado. Estaba casi programado para velar por las necesidades de Gulf y hacerlo con entusiasmo.

El hecho de que Gulf quisiera sexo justo ahora era el bonus.

―Joder,— Mew maldijo, alcanzando el lubricante.

―¿Qué?— Gulf miró sobre su hombro.

Mew sacudió su cabeza. —Tenía planeado que me rogaras por ello. Ni siquiera puedo convocar la fuerza de voluntad para eso.

Gulf rió, pero luego suspiró cuando Mew presionó dos dedos resbaladizos contra su agujero.

Él no solo suspiró. Él cerró los ojos y dejó su cabeza caer hacia atrás, una señal clásica de placer. Él era tan hermoso. Su garganta era hermosa y llamaba a Mew a besarla y lamerla y chupar en ella.

―Te quiero dentro de mí,— Gulf gimió, empujando su culo hacia los dedos de Mew. –Dios, lo necesito.

―Puedo sentir que lo haces,— dijo Mew. ,—Tú estás apretándome los dedos.

Gulf se rió. —Síp. Y quiero apretarme alrededor de algo más, sin embargo.

Santo Dios.

Las palabras de Gulf, la mirada en sus ojos, y la manera en la que sonreía a Mew sobre sus hombros, no inspiraban exactamente mucho de auto-control por parte de Mew. No cuando él sentía este descontrol, cuando sentía esta profunda necesidad de su compañero. Él iba a perder el control si no era cuidadoso.

Pero, Dios, los ruidos que Gulf hacía estaban malditamente cerca de ser pornográficos. Gulf empujaba sus caderas hacia atrás, y luego hacía círculos con ellas.

―¿Estás seguro de que necesitas mi polla?— Mew preguntó, divertido. —Parece que lo estás haciendo bastante bien sin ella.

Él puso un pequeño falso tono herido en su voz, pero solo porque sentía juguetón, y se figuraba que Gulf se podía sentir de la misma manera. Él estaba en lo correcto, aunque la respuesta de Gulf era más desesperada que juguetona.

—La necesito.― él dijo.

Bueno, ¿quién era Mew para discutir con su amante? ―Solo relájate,— dijo Mew, sacando sus dedos y agarrando el bote de lubricante, abriéndolo. Él exprimió algo más en su mano y untó el grueso eje de su polla con él. ―Elévate un poco. Yo te colocaré luego.

Gulf hizo lo que le dijo. Mew se colocó de modo que la espalda de Gulf estaba firmemente presionada contra el extenso pecho de Mew, y eso era lo que ambos necesitaban. El total contacto de piel contra piel. Dios. Eso era justo lo que Mew había necesitado. Él suspiró, sujetando la cadera de Gulf con una mano y su polla con la otra, guiando la gruesa, hinchada cabeza hacia el estrecho agujero de Gulf.

2-LA MASCOTA DE LEON-MewGulf(Serie:ALFAS MULTIMILLONARIOS)Where stories live. Discover now