CAPITULO 2

655 79 4
                                    


Mew era, de repente, más como un animal, y esa era justo la manera en que Gulf lo quería. La boca de Mew era más dura, hambrienta, su caliente y húmeda lengua, entró profundamente en la boca de Gulf, lamiéndole, reclamándole.

Él gimió. ―Mmmph.

Gulf trajo a Mew más cerca. Sus pantalones estaban sueltos, y como estaba recién salido de la ducha y acababa de vestirse, su corbata estaba floja y su camisa de botones fue fácil de bajar por sus hombros.

Su piel todavía mantenía un rastro de humedad, y mucho calor. Y Gulf sintió el deseo de Mew por él en la forma en que su barbilla se movía hacia un lado, justo de la forma correcta, en la forma que persuadía a Gulf a abrir su boca un poco más, para empujar su lengua contra la de Mew.

Parecía como un juego a veces, pero era muy real. Mew no simplemente ordenaba la sumisión de Gulf, feliz y gustosamente se la daba.

Las caderas de Gulf se empujaron más cerca, su dura y olvidada polla lloraba por atención y roce. Él se empujó contra la pelvis de Mew, sintiendo la polla de Mew pulsando a través de sus estrechos calzoncillos negros.

Y cuando Mew gimió en su boca, Gulf sintió la vibración, y un estremecimiento le atravesó. Sus manos se cerraron estrechamente en la espalda de Mew, sus uñas cavando en la piel mientras Gulf trataba desesperadamente de acercar a Mew todo lo que pudiera. Él necesitaba a este hombre. Él no podía admitírselo en voz alta a Mew, no en la manera que pensaba que realmente importaba, pero le amaba.

Él todavía era demasiado cobarde para admitírselo a sí mismo. Sin embargo, ¿qué mejor manera de mostrar su amor y aprecio que dar todo lo que quería Mew de él?

Y Mew sabía que Gulf disfrutaba esto, también. Por eso se retiró del beso, dejando a Gulf frío, sus labios ardiendo y hormigueando por su beso, su polla desesperada sin esa fricción.

―Quiero que chupes mi polla. —dijo Mew. Sus manos empujaron sus pantalones y sus calzoncillos hacia abajo el resto del camino. —¿Puedes hacer eso por mí?

Él lo preguntó de una manera que sugería que ya sabía la respuesta. Gulf no tuvo que pensar sobre eso. Su cuerpo vibró cuando la polla de Mew saltó libre de su ropa interior, empujando contra su firme y fuerte vientre.

Era gruesa y de color oscuro. Pero fue la perla de presemen formándose en la raja de la corona lo que realmente captó la atención de Gulf, haciendo que su sangre corriera, caliente, por sus venas.

Gulf asintió, incorporándose para sentarse. —Sí, puedo hacer eso.

Él estaba a punto de ponerse sobre sus manos y rodillas cuando Mew le detuvo, presionando su mano en el hombro de Gulf. ―Aquí, túmbate encima de mí, —dijo él tumbándose sobre el colchón, colocándose en el medio de la cama. Luego sonrió, lo que hizo que se viera más atractivo que antes. —Ahora no tienes que preocuparte sobre hacerte daño en la espalda.

Gulf sonrió, inclinándose y besando el muslo de Mew, obviando a propósito la polla y las bolas del hombre.

—Tan considerado.

Mew arqueó su espalda. —Vamos, cariño, tú me estabas pidiendo esto.

Correcto, y Gulf no estaba de ánimo para tomarle el pelo demasiado. Él quería desahogarse. Si no satisfacía la intensa necesidad dentro de él, iba a perder la maldita cabeza.

Y parte de esa urgencia involucraba hacer que su compañero alfa se sintiera bien. ―Dime qué hacer. —Dijo Gulf, sintiéndose de repente tímido. —Quiero que me digas que chupe tu polla.

Y esos ojos de alfa centellearon otra vez. Gulf tembló.

―¿Quieres que tu alfa te de órdenes de nuevo?

2-LA MASCOTA DE LEON-MewGulf(Serie:ALFAS MULTIMILLONARIOS)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt