CAPITULO 3

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Gulf no tenía cita con el doctor ese día, por lo que él había tenido su recorrido por la casa.

Ambos.

Eso fue increíble. La idea de que él tenía todo el espacio para hacer cualquier cosa que quisiera era vigorizante. Eso no le hacía sentirse tan encerrado, sabiendo que podía nadar en la piscina, o solo vegetar y ver la televisión.

Habría sido mejor pasar tiempo con Mew, pero aun así, Gulf supuso que necesitaba algo de tiempo a solas. Mew, también.

Todavía, echaba de menos al hombre.

Determinado a no malgastar el tiempo pensando en eso, Gulf decidió que iba a hacer cosas de adulto y disfrutar por sí mismo sin su amante alrededor, y sin cualquiera que se preocupara por su embarazo.

Se sentía bien no tener que preocuparse por eso, creer que estaban en esto juntos.

Sam estaba durmiendo en su cama, pero él se levantó cuando Gulf apareció por las escaleras, listo y dispuesto a jugar.

―Lo siento, amigo, no puedo,— dijo Gulf.

Él amaba tener combates de lucha libre con su perro, un pastor alemán, pero desde que estaba embarazado, bueno, eso estaba descartado. ―Vamos, ¿quieres pavo?

Sam lamió sus labios y rápidamente siguió a Gulf a la cocina. Gulf no se suponía que debía caminar demasiado. Él deseaba que fuera diferente la próxima vez que tuviera cita con su doctor y mencionara que su apetito era mejor, pero por ahora, él estaba haciendo un esfuerzo genuino para relajarse y no realizar mucha actividad física.

Excepto por la piscina. La natación era luz verde en la lista del doctor de cosas que Gulf podía hacer, y Gulf amaba aprovecharse de la piscina que estaba en la gran mansión. Había una fuera, también. Gulf no estaba seguro por qué cualquier hombre necesitaba dos piscinas, pero ellas estaban allí. No tendría sentido tener una casa de la piscina sin una piscina de exterior, supuso, pero estaba muy fría en esta época del año para usarla. Eso significaba que podía nadar todo el año en la piscina de la mansión. Tal vez era eso por lo que Mew había instalado una cubierta; así podría nadar cuando hiciera mal tiempo.

Gulf supuso que si él tuviera mucho dinero para quemar, podría simplemente comprar una piscina extra, también. Él no tenía que preocuparse de limpiar desde que Mew tenía todo un equipo para hacer todas las cosas por él. No es que Mew fuera a dejarle, con un bebé en camino y con las órdenes del doctor.

Gulf agarró lo que necesitaba del frigorífico y se hizo un sándwich. Había pavo real en el frigorífico. Cuando Mew se había enterado de lo del bebé había dado todas sus carnes procesadas a Sam, quien verdaderamente le había adorado ese día, y llenó el frigorífico con solo verdadera y orgánica carne. Incluso la ensalada de patata venía de patatas orgánicas.

Gracias a Dios Mew olvidó sobre la mayonesa siendo totalmente mala para todo el mundo. No es como si Gulf le hubiera dejado tirarla. Él había estado teniendo un antojo desesperado de esa cosa.

Gulf lanzó un trozo de pavo a Sam, que estaba sentado allí, rogando como si fuera un perro muerto de hambre.

Gulf rió. Se puso su chaqueta, agarró un libro de Agatha Christie y salió con su perro fuera.

Él comió y leyó al lado de la piscina, esperando media hora, luego hizo algunos estiramientos y brazadas en la piscina.

―Vamos, Sam,— dijo Gulf, abriendo la puerta de la mansión. Si permanecía el tiempo suficiente en la piscina, Mew podría llevarle de vuelta a la casa de la piscina para más sexo. Eso sería alucinante.

Los ladridos de Sam hicieron eco en el recinto de la piscina. No era tan grande como la de fuera, pero era lo suficientemente grande para hacer algunos ejercicios y entretenerse. Sam estaba nervioso. Él rodeó la piscina, pero no intentó entrar o beber de ella. Gulf se olvidó de eso. Si él atrapaba a su perro olfateando e inclinándose sobre el agua, tendría que ir a buscarle un cuenco de agua de la buena.

2-LA MASCOTA DE LEON-MewGulf(Serie:ALFAS MULTIMILLONARIOS)Where stories live. Discover now