Capítulo XIII. Rubor

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Lord Panich llega por la mañana.

El relincho de un caballo despierta a Nunew de su inquieto sueño. Sus ojos se abren sobresaltados. Está envuelto en mantas hasta el cuello. Es un poco asfixiante.

El sol ya ha salido por el horizonte e ilumina tenuemente la habitación, pero su visión está borrosa. Se talla ambos ojos para despejarse del sueño restante.

Nunew aparta las mantas de su cuerpo. Su rostro se siente un poco caliente. Ha estado sudando. El fuego de la chimenea se ha apagado pero la habitación aún esta cálida.

El relincho continúa fuera.

Hay un par de golpes suaves en la puerta al cabo de un momento. Hanna entra antes de que él pueda decir algo. La mujer le sonríe, trae una jarra con agua y unas toallas que deja sobre la mesa.

—Buenos días, joven Chawarin —saluda con jovialidad, como si lo conociera de toda una vida—. Despiertas temprano, me apenaba un poco tener que hacerlo yo.

Hanna apaga las velas sobre la repisa y abre las cortinas de nuevo. Nunew la mira revolotear alrededor de la habitación mientras habla.

— ¿Te sientes un poco mejor? He preparado estofado de conejo con verduras para el desayuno.

Nunew hace una pequeña mueca. La mención de la comida todavía no es bienvenida. Todavía no ha dicho nada sobre su renuencia a ingerir carne. Es grosero y desagradecido. Nunew no puede ser tales cosas. No en la cabaña del Alfa.

—Estoy mejor, gracias.

—Es bueno escuchar eso. ¿Te apetece salir de la habitación hoy?

La pregunta lo toma un poco desprevenido. Es la primera vez que ella sugiere la opción.

No ha salido de la habitación desde que despertó, principalmente porque ha estado enfermo. Incluso esa mañana aún hay un adormecimiento que persiste en su cuerpo, lo hace sentir un poco lento, torpe y fuera de balance.

Salir de la cama no parece una buena idea. No cree tener la energía para ello. Solo quiere dormir un poco más, pero le avergüenza admitirlo. No quiere parecer un vago. Ha dormido demasiado en este punto y sus ojos aún están hinchados por ello.

Está a punto de declinar la oferta con la excusa que no tiene hambre, pero Hanna vuelve a hablar antes de que él pueda decir algo.

—Lord Panich espera que te unas a él en el comedor solo si te sientes lo suficientemente bien para ello —dice con una suave sonrisa.

Nunew abre los ojos con desconcierto. Ciertamente no esperaba la noticia. Está casi seguro que Hanna puede leer su expresión porque agrega: — Llegó hace un momento, desea ver tu mejoría, pero vendrá a tu habitación en caso de que no puedas salir aún de la cama.

El hecho de que tenga la libertad de rechazar la invitación es totalmente inesperado, sin embargo, Nunew no puede encontrar la manera de negarse. Sería totalmente grosero e irrespetuoso de su parte. Además, la sola idea de Lord Panich mirándolo postrado en la cama es mortificante. Ya es suficiente vergüenza que el Alfa sepa de su estado enfermizo.

—¿Puedo asearme antes?

Nunew se apresura tanto como puede. Lava su rostro, sus dientes y trata de hacer algo con su cabello desordenado. Se rinde demasiado pronto. De cualquier forma, es un desastre.

La ropa le queda grande pero no hay mucho que pueda hacer al respecto. Dobla las mangas de su camisa, las perneras de su pantalón y se coloca calcetines limpios.

Él aparece en el comedor media hora más tarde con los nervios hechos un lío. Avanza despacio, aferrado al brazo de Hanna, con la mirada puesta en la alfombra.

Lobo de Invierno |Zeenunew Where stories live. Discover now