Capítulo XI. Letargo

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El nombre de la mujer es Hanna. Es una beta. Está ahí tan pronto como Nunew abre los ojos con lucidez por primera vez en dos días.

El primer vistazo es borroso. Sus párpados pesan. La inconsciencia todavía se aferra a su cuerpo. Lo llama de vuelta.

Nunew lo intenta de nuevo. Parpadea un par de veces. Le toma un poco de tiempo. Las líneas cobran sentido sobre su cabeza. Las vigas del techo se mueven en ondas.

Nunew gira la cabeza. Lo hace despacio. Descubre que su cuello está rígido y adolorido. Algo lo incómoda. Se ciñe a su piel y raspa.

Hay una ventana a su derecha. Los rayos del sol se cuelan entre las cortinas, iluminan tenuemente la habitación junto a un par de velas sobre el tocador.

—¿Joven Chawarin? —la voz de una mujer llega de alguna parte. Es tentativa. Se escucha un susurro y el chirrido de una silla.

Nunew tiene que tomarse un momento para orientarse. Le duele la cabeza, le duele el cuerpo y le duele la piel. Si es que hay alguna forma de llamarle a la sensibilidad que lo molesta. Hasta el más ligero roce de las mantas quema y le irrita.

La mujer aparece en su campo de visión a la orilla de su cama. Se inclina sobre él con una vela en la mano. La luz oscurece su rostro.

—¿Me escuchas?

Nunew intenta responder. Solo un quejido abandona sus labios. Su boca está seca y su garganta se siente inflamada. El esfuerzo provoca una tos pequeña. Comprime su pecho. Se ahoga un poco.

Hanna le ayuda a despojarse de las mantas y sentarse en la orilla de la cama mientras le da pequeños golpes en la espalda. El movimiento le marea.

Hanna le pasa un vaso con agua.

—Beba en pequeños sorbos. Probablemente se deshidrató por la fiebre.

Nunew toma el vaso. Tiene que usar las dos manos. Hay un temblor que le entorpece beber adecuadamente. La beta tiene que ayudarle a sostenerlo.

El agua está tibia y tragar duele. Nunew vuelve a toser y niega. Hanna retira el vaso, lo coloca sobre la mesita de noche y estira una mano para tocar su frente. Suelta un suspiro.

—Necesitas un paño húmedo todavía.

Hanna se aleja de él y va a abrir las cortinas. La luz entra en torrente y Nunew se queja mientras cierra sus ojos sensibles.

La Beta se presenta a sí misma como Hanna mientras comienza a ventilar la habitación al abrir la ventana. Una ráfaga de aire frío se cuela dentro.

Nunew se estremece. La camisola que trae puesta es delgada y está un poco húmeda.

La Beta sigue hablando pero su voz es como un zumbido un poco distante. Nunew no entiende la mitad de lo que dice pero no puede obligarse a prestar atención alguna. Solo capta algunas palabras, el nombre de Lord Panich entre ellas.

Él parpadea con una confusión un poco somnolienta y tarda un momento en darse cuenta que ha estado viendo fijamente a la nada.

Nunew frunce el ceño. Se talla los ojos. Le arden un poco y se da cuenta que están hinchados por dormir tanto. Probablemente toda su cara también lo esté. Él palpa con cuidado. Sus dedos encuentran un borde duro en su cuello. Lo toca, se siente duro pero maltrecho bajo su tacto.

—Es el collar —Hanna le dice al verlo acariciar el material—. Necesito cambiarlo, lavar la zona y poner un poco de ungüento para las laceraciones, pero será mejor que tome un baño primero para nivelar su temperatura.

Nunew la mira sin comprender. El baño suena bien. Se siente sucio, pegajoso y reseco en algunas partes, como una costra que le incomoda. Sobre todo, entre las piernas. Sigue mojado.

Lobo de Invierno |Zeenunew Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin