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Era el primer día de su nuevo trabajo, Peter Parker estaba nervioso. ¿Quién no lo estaría? Después de todo, mantener ese empleo era la clave de poder subsistir.

Fue gracias a la recomendación de un querido mentor de la universidad, Otto Octavius, que pudo lograr entrar a una empresa como Alchemax. Por su puesto, su doctorado en genética no era de menos. Pero pues... los empujoncitos siempre ayudaban.

Era horrible crecer y darte cuenta de que, aunque tuvieras todas las cualificaciones para algo, no sería lo suficiente si no tenías ayuda extra.

Al entrar en el edificio que se convertiría en algo así como su segundo hogar, pudo sentir mil y un olores, además del ambiente de un impoluto blanco y frío climatizado. Bastante moderno. No se podía esperar nada menos de una compañía que generaba millones al año. Ya podía sentir como su nerviosismo aumentaba y sus manos se ponían heladas. No tardarían en ponerse sudorosas.

Pronto se reunió con los otros empleados nuevos y el doctor Bruce Banner, subdirector del área de genética. Conoció a sus compañeros, una alfa igual que él y dos betas bastantes simpáticos y mucho más jóvenes que él. Así que lo nombraron el líder del equipo de novatos.

Cuando Banner los llevó al departamento en donde estarían en entrenamiento, los rostros de los empleados se fijaron en ellos. Una infinidad de aromas le rodearon. Su olfato era sensible, peor siendo alfa dominante, sin embargo, para evitar incomodar con sus potentes feromonas Peter tomaba un supresor que suavizaba su olor. Prefería pasar desapercibido.

Claro que él podía distinguir a otros dominantes. Por ejemplo, ese alto pelinegro que estaba comiendo algo y la morena a su lado, uno alfa y otro omega. Ambos con feromonas fuertes. Pero no al punto de ser sofocantes. Notó como el pelinegro se quedó estático, olfateando. Y Peter pudo percibir un olor de canela y eucalipto mezclado con un olor profundo amaderado de roble, y al final un toque acre, como un alfa inestable. Se veía inquieto.

¿Estaría bien? ¿Quizá su aroma estaba siendo el problema? ¿El supresor no había funcionado? El castaño solo pudo negar levemente. No era como si él fuera el único con feromonas dominantes ahí. El problema podía ser por cualquier otro.

Así que decidió seguir enfocado en las indicaciones que estaba dando el encargado. Oyendo como estaría en el grupo de un tal Miguel O'Hara y de Jessica Drew. Pasadas las formalidades Bruce le presentó a la morena como Jessica.

―Bienvenido a la familia, Peter ―saludó la mujer con una sonrisa amigable―. Te presentaría a Miguel, pero como verás no está, aunque no tardara en regresar.

El mayor solo asintió sonriente y soltando un―: Gracias. Espero ponerme al día.

Honestamente no se consideraba alguien tímido, pero no había tantas cosas que decir. Bueno, en realidad sí, pero primero quería tantear el terreno y también tenía miedo de arruinar todo en su primer día. Así que antes que sus manos se convirtieran en cascadas, preguntó a Jessica por el baño a lo cual, con una risa, la morena le indicó.

Porque para pasar vergüenza Peter Parker era maestro.

Suspirando, entró al baño. Sin embargo, se sorprendió al sentir feromonas agrias en el lugar. Inseguro de qué significado tendrían, pero ya a medio camino, no tuvo otra elección que terminar de llegar a los lavamanos.

―Oh, lo lamento ―dijo al ver al hombre alto que había visto al inicio―, no sabía que estaba ocupado.

Si un alfa se retiraba después de haber entrado sin permiso a territorio ajeno podía alterar más al contrario, y este podría tomarlo como un desafío.

A tráves del instinto → o'hara x parkerWhere stories live. Discover now