El repentino interes de Berta.

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Después de que Craig y Tweek terminaran de coordinar como trabajar para aquel proyecto salieron de clases directo a comer a la cafetería.
Tweek volvió a sentarse con sus fieles amigos que no lo rechazaban como aquella chica lo había hecho hace poco. Mientras comían entre risas e insultos propios de hombres, Stan le dijo a su amigo Tweek.
- Me alegro que regresaras al clan.
- Verte con Berta ya hostigaba.
Respondió Kyle afirmando que también se alegraba que haya regresado.
- A parte... Nos tenías abandonados a todos. En especial a Craig.
Craig dejó a un lado su bebida para sonreír y decir que era mentira. Que todo el tiempo que lo abandonó él igual sentía que seguían siendo hermanos.
Tweek sonrió ante aquella verdad. Sabia que Craig jamás dejaría de ser su mejor amigo por mas "Bertas" lo rechazaran en el camino. Craig sorpresivamente agarró los hombros de Tweek y le decía mientras trataba de alzar sus ánimos.
- Que no haya sido tu compañera de proyecto no significa que debas rendirte. Ve y pelea por tu chica.
Todos sonrieron menos Tweek, quien indignado decía
- Si, pero de todos eligió a Token. El negro de pene grande.
Rieron en unísono.
- Parece que a Berta le gustan los negros de grandes miembros viriles.
Dijo Kenny mientras señalaba hacia una mesa atrás de Craig y Tweek. Todos regresaron a ver y vieron aquella dolorosa escena. Token llevando, con una enorme sonrisa, la bandeja llena de comida de Berta. Tweek se giró de inmediato para evitar seguir viendo. Pudo haber sido él quien estuviera con ella en ese momento si fuera mas seguro en si mismo.
- Tranquilo, Tweek. Estoy seguro que tu miembro es igual de grande.
Dijo Clyde en medio de una risa.
- Pregúntale a Craig.
Respondió Stan rápidamente que hizo que Craig comenzará a atorarse con su sanduche. Todos lo regresaron a ver y rieron.
Kyle empezó a decir burlescamente.
- ¡Se lo has visto!
Todos en esa mesa reían llamando mucho la atención. Craig estaba tosiendo contra su servilleta mientras Tweek decía enojado y sonrojado al mismo tiempo.
- ¡Paren la broma, imbeciles! Que nadie le ha visto nada a nadie.
- ¡Me vas a mentir que nunca se han visto!
Ambos se quedaron callados por no mas de tres segundos. Craig reaccionó primero.
- Ya para. Que eso jamás ha pasado.
- ¿Ni por error?
Preguntó Stan intrigado.
- Ni por error. Ya porque tu se lo miras a Kyle es diferente. Pero Tweek y yo somos hermanos. Eso jamás ha pasado.
Justo, cuando acababa de decir aquello se acercó una chica de un año inferior. Una rubia de ojos celestes puros que todos conocían por la inevitable reputación que se había ganado con los chicos del colegio. Aquella chica se llamaba Anna. Una chica sin limites. Una chica sin apariencias ni ataduras. Una de las miles chicas que Craig se tiró alguna vez.
Ella llegó a la mesa y dijo mientras ponía sus manos encima de la mesa y miraba a Tweek con toda su intimidad de mujer.
- Hey.
Tweek miró a Craig, quien estaba atrás de él y pensando que aquella chica saludaba a su amigo.
Craig miró indiferentemente a la chica y después a su amigo.
- Te habla a ti, amigo.
Tweek la regresó a ver y le dijo tímidamente.
- Hey.
- Supe que te gusta Berta.
Tweek abrió sus ojos como dos platos.
- ¿De qué te sorprendes? No era un secreto.
Dijo Clyde al ver la reacción de su amigo. Tweek vio a Anna y ella siguió diciendo ahora apoyando sus codos sobre la mesa y acercándose al rostro de Tweek.
- A ella le gustas tu. No Token.
- ¿Cómo lo...?
- Soy prácticamente su mejor amiga.
Dijo mientras se volvía a erguir y miraba pícaramente a Craig.
- Tranquilo. Que te ayudaré en que deje de ser tan tímida.
Dijo antes de irse sin antes lanzarle una mirada y sonrisa coqueta a Craig. Kyle, al ver eso también como el resto de gente en esa mesa, dijo
- Siento que esa chica hará algo malo.
Craig miró a Kyle y le dijo mientras absorbía un poco de bebida de su sorbete.
- Ella está loca. Si Berta le gusta Tweek encontraran la forma por si solos.
Tweek afirmó aquella teoría de Craig sin dejarse de sentir feliz por aquello.
Pasaron varios días de miradas intercambiadas que se hacían a lo lejos Tweek y Berta desde sus respectivos asientos. Hasta que Tweek, siendo motivado por su mejor amigo, fue directo donde ella cuando vio que Token no estaba a su alrededor y le preguntó si quería salir el fin de semana. Ella, para sorpresa de Tweek, lo rechazó haciendo que él fuera a la casa de Craig esa tarde, no solo por el proyecto, sino también para desahogarse de su rechazo.
En el cuarto de Craig. sentados en frente del computador viendo imágenes de su estado asignado, Craig notó la ausencia mental de su amigo, quien miraba la pantalla del computador sin interés alguno.
- Todos hemos sido rechazados alguna vez. Nadie muere de amor.
Dijo Craig sin ni siquiera ver al rostro a su amigo. Tweek lo regresó a ver y notó que incluso se había puesto sus gafas. Se lo veía de más edad con esos lentes de marco negro fino.
Suspiró y pensó que quizá si fuera mas como Craig las chicas caerían a sus pies sin pensarlo dos veces.
- ¿Cómo logras gustarle a las chicas?
Craig, con su mirada aun fija en su pantalla del computador, respondió.
- Yo entrego mis proyectos a tiempo.
Tweek regresó a enfocarse en el proyecto para terminarlo a tiempo. Aquella noche ellos terminaron aquel proyecto y Tweek decidió que como seria sábado el siguiente día, se quedaría a dormir. A las 9pm comieron con la familia de Craig y a las 11pm ya estaban guardando la partida del play station. Tweek ganó y se sentía orgulloso de su perfección con la palanca en el FIFA. Mientras hacia su salto de triunfo Craig se levantó del piso, donde ambos estaban sentados segundos antes, y le dijo indiferentemente.
- Los que tienen suerte en el juego no lo tienen en el amor.
Se giró para ir a su clóset y buscar una camiseta de dormir para su amigo y de pronto se percató del silencio y un comienzo de una nueva partida, pero esta vez solitario.
Craig sabia que la había cagado.
Craig al tener la camiseta en sus manos se la tiró en la cara diciéndole mientras se sentaba a su lado en el piso.
- Disculpa, amigo.
- No. Tranquilo.
Dijo Tweek indiferentemente. Craig se sentía como una mierda de amigo.
- Ella se lo pierde.
- ¿Qué?
Preguntó Tweek dejando el juego en pausa.
- Ella se pierde tener al mejor jugador de FIFA de SouthPark.
Tweek no sentía que eso ayudaba. Craig se quedaba sin frases motivadoras. Y bueno, él no era de esas personas que derrochaban consejos siempre, esas clases de personas eran Kyle o Stan, pero él no era eso. Trató de pensar en algo bueno que decir para elevar los ánimos de su amigo, pero todo estaba vacío en su mente. Lo frustraba.
- Yo se que quizá no sea una joya de hombre. Pero se que tengo algo para ofrecerle.
Craig se sorprendió al escuchar aquello. Dejo de ver el juego pausado y lo regresó a ver a su amigo, quien ya lo estaba mirando con sus piernas cruzadas y con sus manos apoyadas al mando del play.
- Ella no sabe lo mucho que pierde.
Dijo casi en un susurro al ver aquellos ojos que se veían decepcionados de aquel rechazo.
- Y cuando sepa lo que perdió. El rogarte no bastara.
- Quizá si ruega saldría con ella.
- Eso es porque eres una puta.
Le dijo Craig mientras agarraba la camiseta y la puso contra el rostro de Tweek.
- Vamos a dormir un poco. Me duele la cabeza.
- Y eso que usaste lentes.
- Malditas gafas. Me hacen ver viejo.
Tweek opinaba lo mismo. Pero no veía que sean malditas, todo lo contrario, lo hacían ver a su amigo un poco mejor de lo que ya era. Craig se sacó su camiseta al frente de Tweek para poder ponerse otra camisa mas cómoda y Tweek lo quedó viendo.
- Quizá es por mi cuerpo.
Dijo creyendo tener un respuesta a su pregunta. Craig notó que Tweek miraba su torso. Los separaba tan solo una cama de una plaza y él sintió que el aire se calentaba a su alrededor. Se puso su camiseta rápidamente y sacó a Tweek de su hipnosis.
- Estás loco si crees que eso es lo que falla.
- ¿Qué falla entonces?
- No eres lanzado. Eres algo así como que...
- ¿Tímido?
- Quedado... Si, esa es la palabra...
Tweek sonrió sin gracia mientras veía como Craig desenredaba el colchón inflable en el piso y lo empezaba a soplar.
- Quizá es porque no tengo confianza en mi cuerpo.
- Tweek, para por favor. Eres el capitán del equipo de básquetbol. Entrenas tres veces por semana como un sadico. Tienes un cuerpo marcado.
- Entonces no lo luzco con estas ropas.
- Te viste bien
- No tan bien. Al parecer.
- Te va bien esa ropa. Es ropa de Tweek.
- Debería dejar de ser tan Tweek entonces.
- Dejaríamos de ser amigos.
Dijo Craig al levantarse después de ver que jamás terminaría de inflar aquel colchón con su boca.
- Esto esta imposible.
Tweek caminó hacia él, tomó el colchón y puso sus labios en la boquilla y empezó a soplar. Craig miró a su amigo soplar un par de veces. No lo dejó de ver. Miraba sus labios pegados a esa boquilla y la manera en la que sus cachetes comenzaba a tornarse de color rojizo claro.
"Es un imbecil si cree que él es el problema" pensó como un instinto de verlo en esa tarea.
- Creo que tiene fuSga.
- Imposible. Apenas tiene cinco años.
- Te dije que mas barato comprar una funda de dormir.
- Jamás dormirías en el piso. O al menos en mi cuarto no.
Craig agarró aquel colchón y lo puso de nuevo en su clóset. Estaba frustrado.
- Dormiremos juntos.
A ellos no les importaba aquello.
Aquella noche durmieron cómodos. No hubo ni una clase de interrupción en sus sueños. Incluso se podía decir que se sentían más cómodos de lo que antes habían dormido. A la mañana siguiente Craig se despertó sintiendo unas lamidas en su rostro y al ver que era su perro tratando de despertarlo se dio cuenta que odiaba tener a alguien que lo levantara en las mañanas. Peor de esa manera. Al despertar totalmente se dio cuenta que Tweek no estaba en su cama, ni siquiera estaba en su cuarto y supuso que no estaba ahí porque estaba desayunando con su familia. Tweek siempre era así. Craig se levantó de su cama con gran pesadez y lo primero que vio era su asunto despierto y con ganas de miccionar. Craig fue directo a su baño privado, que estaba dentro de su mismo cuarto. Al entrar vio algo que prometieron nunca mas volver a ver. Tweek estaba desnudo secándose su melena rubia con la toalla en frente de él. La mirada de Craig fue directo a la desnudes de Tweek. Tweek estaba secándose el cabello sin mirar quien estaba en frente de él y cuando levantó la mirada gritó al ver que su amigo lo miraba y después pretendía agarrar su cepillo de dientes y salir.
Desde adentro del baño Craig escuchó el grito de Tweek.
- ¡Mierda!
Craig se sentaba en el filo de su cama sin saber que hacer o pensar. Era la segunda vez que miraba a Tweek totalmente desnudo. Aun diciendo que serían más precavidos en eso ya que Tweek se ponía intenso acerca del tema.
Después de tres minutos Tweek salió del baño y encontró a Craig sentado en el filo de su cama sin camisa. Tweek estaba ya vestido, listo para irse, pero antes quería insultar a su amigo.
- Se supone que ibas a tener precaución.
Dijo furioso mientras colocaba sus libros en su maleta.
- Fue un accidente.
- Te rogué que no hubieran más accidentes así.
- Pero yo no lo hice a propósito. Solo buscaba entrar a mi baño y mear.
- Te pedí...
- Yo se que si, pero no vuelvas a alejarte por algo tan insignificante como eso. Solo piensa que eso ya pasara. No tienes porque dejar de hablarme.
Tweek miró a Craig y se sintió extraño. Craig se levantó de su cama y camino hacia donde su amigo. Lo miró fijamente y le dijo decido.
- tu y yo somos como hermanos. Que te haya visto desnudo otra vez no quiere decir que romperá la amistad.
- Soy muy tímido.
- Lo sé. No te alejes por algo así. Somos como familia.
- Nunca he visto a nadie de mi familia desnudo.
- Yo si.
- ¿A quien?
Preguntó extrañado Tweek.
- A mi hermano.
Craig sonrió y Tweek sintió algo en su estómago extraño que no podía descifrar. Se mordió su labio inferior y quiso sacar algo bueno de aquel tema.
- Craig... ¿Cómo estoy?
Craig quedó sorprendido con aquella pregunta. Casi ni lo creía lo que escuchaba. Hasta pensó que había escuchado muy mal.
- Disculpa... ¿Qué?
Tweek miró aquellos ojos azules y con gran timidez volvió a preguntar.
- ¿Cómo estoy?
Craig sentía el aire muy caliente y espeso. Se percató de la cercanía y decidió dar un paso atrás. Tweek no lo notó. Craig sonrió nerviosamente antes de contestar.
- Estás... bien.
Tweek se quedó viendo a Craig y se sintió decepcionado de la respuesta. Craig dio dos pasos más atrás y volvió a decir.
- Realmente te ves bien.
Tweek sintió sus mejillas arder. Craig quería arreglar aquel comentario que al parecer se salía de sus manos.
- Tu cuerpo está bien. Llama mucho la atención...
Tweek tenía sus labios abiertos respirando por su boca. Craig sintió sus manos sudar.
- Tu abdomen y piernas... Son...
Tweek paró de respirar. Craig dejó de hablar de inmediato.
- Yo... Yo...
Quería Tweek decir algo que disminuya sea lo que sea que sentía en ese momento. Su palpitaciones iban incrementando y su piel se calentaba con tan solo pensar que podía estar diciendo su mejor amigo sobre sus piernas.
- ¡Niños, a desayunar!
Craig sintió alivio de escuchar a su madre exigiendo que salga de su habitación. Él salió con Tweek atrás de él y su madre notó que ambos no hablaban como siempre.
- ¿Les pasó algo a ustedes dos?
Tweek fue el primero en refutar aquella sospecha diciendo que se sentían cansados. Pues habían dormido mal y tarde. Con eso la madre de Craig se sintió sastifecha. Después de desayunar Craig agarró su chompa que estaba colgada cerca de la puerta y le pasó la suya a Tweek.
- Yo puedo ir solo. No te preocupes.
- Es peligroso.
- No creo que los ladrones ataquen a las 11 de la mañana.
- Yo no creo que una persona no le ponga seguro al baño cuando se bañan.
Tweek miró enojado a su amigo y sintió que estaba el comentario de mas.
- Si. Igual te veo el lunes en el colegio.
- Ok.
Respondió Craig al ver a su amigo rechazar su compañía. Craig miró a Tweek hasta que ya no pudo más. Tweek pensó que volver a la normalidad era necesario para no volver a caer otra vez en timidez.
"Tweek, tranquilo, solo te vio y nada mas. Lo superaras"
Era lo que se solía decir Tweek de vez en cuando.
Llegó el lunes y Tweek se sentó alado de su mejor amigo Craig, solo que esta vez no se hablaban como antes. Craig tenía planeado ignorar aquel fatídico sábado y seguir con sus vidas como siempre y Tweek quería lo mismo, pero nunca la vida te da lo que quieres.
El timbre de la hora del almuerzo sonó gloriosamente en los oídos de los alumnos de las aulas. Todos salieron como en carrera excepto Tweek y Craig quien se vieron las caras y se sonrieron como la primera vez.
- Quisiera olvidarlo y pensar que aquel sábado no sucedió nunca.
- Lo mismo te quería pedir yo. Total ya me di cuenta que solo es que me viste sin interior. Y no le veo el problema después de todo.
- Gracias a Dios. Pensé que perdería de nuevo a mi amigo por un insignificante accidente.
- tranquilo. Yo tampoco quiero.
Contesto Tweek con una tímida sonrisa. La rutina el resto del día volvió a ser normal. Excepto en el segundo receso en donde salieron a ver a jugar al equipo de bascketball ahí dicha rutina se quebró.
Tweek jugaba como nunca, hacia pases increíbles y brincaba hacia el aro para buscar la admiración de los alumnos. Definitivamente Tweek era otro sujeto en la cancha. Craig estaba admirándolo desde la tribuna. Lo único que hacia era contemplar como movía el balón a su antojo. Era bueno.
- Ha mejorado, ¿cierto?
Le dijo Token quien no había notado que se había sentado alado de él.
- ah. Si. Se ha vuelto bueno.
- ¿Está muy interesado en Berta?
- ¿Qué?
Preguntó extrañado Craig.
- creo que Berta está reconsiderando la propuesta de Tweek de salir. Prácticamente eso me dio a entender cuando me dijo que no podía ver mas de una simple amistad conmigo
Craig miró a lo lejos a Berta, quien estaba sentada mas cerca que él.
"Esa zorra" fue lo único que pensó Craig de ella. Lo había rechazado y ahora quería dTar con él de nuevo. Le parecía un caso de esos de mujeres que necesitan la atención de todos.
- Yo creo que no debería salir con Tweek. Él está saliendo con alguien mas.
- ¿Tweek?
- Si.
De pronto Berta miró hacia donde estaba sentado Craig y le sonrió de lejos. Él solo se dignó a desviar la mirada a Tweek.
- ¿Con quien sale?
- Ni a mi me lo dice. Igual le diré que sospechas que Berta quiere algo con él.
- Si. Dile que la aproveche. Besa riquísimo.
- ¿Cómo puede besar riquísimo si es tímida y parece mojigata?
Token miró a su amigo y le dijo con una sonrisa picara.
- Los tímidos guardan tanta tensión sexual que en el momento que explotan es lo mejor que recibes.
Craig se alarmó por la persona que apareció en su mente cuando escucho aquel comentario.
Tweek.
Craig se fue sin despedirse de aquel partido. No quería ver a nadie. Lo único que quería era entender porque se sentía tan nervioso al saber que le daría la cara a su amigo. O porque se sentía indignado al saber que Berta había cambiado de parecer respecto a Tweek.

BASÁNDONOS EN MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora