Diario de un Escritor Enamorado //Ranpoe//

23/06/23

Hoy volví a verlo

Antes que nada, buenos días.

No ha pasado nada demasiado especial en estos días, además de que Karl se me perdió por un momento y luego descubrí que estaba en mi cabeza y yo perdiendo mi tiempo buscándolo.

Ah, y también vino mi prima a visitar. Sí, mi prima la rara. La que apenas tiene 12 y ha vivido más que yo, que el próximo año cumplo 16.

Es demasiado rara. Mientras trataba de escribir mi fanfic en Writepatt no paraba de hablarme de que ella estaba peleando con su novio, y que se iba a cortar para que él se sintiera culpable, y que una niña de su colegio la amenazó por mensaje y le dijo que si no teminaba con su novio la iba a matar, y que tenía depresión, y yo no sé que cosas...

Bueno, niña tonta, antes que nada tú no deberías tener esa clase de relación con tu novio, eso es para gente más grandecita y madura. De hecho, ¡ni siquiera deberías tener novio, ni redes sociales además quizás de Pinterest para ver imágenes!

En segundo lugar, no, tú no tienes depresión. No sabes lo que es la depresión. Y no estoy diciendo que la depresión no exista, porque POR SUPUESTO que existe, soy MUY consciente de eso.

El internet de ha encargado de viralizarlo y hacerlo una moda de tal forma que cualquier cosa que te haga sentir triste, piensas que es depresión, ¡y no funciona así!

Pero bueno, no hablaré (escribiré?) más de eso. Mi prima me saca de quicio. Niña tonta.

Quería hablar del chico de los ojos chiquitos.

Salí a inspirarme un poco porque me quedé atorado en el fanfic que estoy escribiendo sobre Sherlock Holmes, así que quise dar una vuelta. A veces sirve.

El caso es que ese chico estaba caminando junto al otro chico que vi cuando di un paseo, ese que se estaba ahogando en el río y al cual el chico pelirrojo salvó la vida... O quizás arruinó su muerte. Nadie lo sabe.

El caso es que me dio curiosidad y los seguí a una distancia... Aceptable, por así decirlo.

Gracias a eso descubrí un par de cosas. El chico de los ojos pequeños se llama Ranpo. Es un nombre muy bonito. ¡Pero eso no es el punto! ¡El punto es que recuerdo ese nombre, no se de donde, pero lo recuerdo!

Lo acabo de conocer, no es que me guste ni nada.

Digo...

Me llama mi mamá. Ya vuelvo.