Capítulo 29

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Los chicos y chicas que estaban allí se sobresaltaron con el estallido, yo misma me sobresalté, no sabía cómo lo había hecho, varios profesores se presentaron pidiendo que quien lo hubiera hecho se delatara o que quien lo supiera que lo dijera.

Todos se miraban entre sí, nadie se había percatado que era yo la causante de tal estropicio, la Sra. Flanagan apareció, lo que yo no sabía y me enteré en ese momento era que ella era una lectora de mentes, fue acercándose uno por uno, estaba un par de segundos mirándole a los ojos y pasaba al siguiente, me tocó mi turno ya iba a confesar cuando me miró, estuvo más segundos mirándome que con otros, al final debió darse por vencida y pasó al siguiente.

Yo estaba desconcertada, no sabía cómo no había visto que yo era culpable, aproveché que no me habían pillado para pasar desapercibida. Mientras nos dejaban pasar a los que se suponía que no éramos culpables me di cuenta que al final de este pasillo estaba Iris, miraba muy atenta a la Sra. Flanagan, tanto que ni siquiera se percató de mi presencia.

La ignoré y me fui hacia el comedor, necesitaba comer algo, me sentía cansada y falta de energía.

***

Al llegar a casa por la tarde, mi madre me estaba esperando vestida con ropa de entreno.

- Sube y cámbiate.

Subí rápidamente y me puse la ropa que mi madre me había comprado para entrenar. Al bajar la vi a través de las ventanas del salón, estaba en el jardín esperándome con una especie de espada, nunca había cogido un arma y eso me ponía un poco nerviosa.

- ¿Vamos a usar eso? –le indiqué señalando la espada.

- Si, ya es hora de que empieces a manejar armas.

- Tengo un cuchillo –mi madre sonrió ante mi ocurrencia.

- Ya lo sé, está bien tener un cuchillo cuando la pelea es más cuerpo a cuerpo, en cambio para un enfrentamiento más grande has de saber defenderte con una de estas.

- Una espada.

- No, esto no es una espada, es una cimitarra sable.

- Nunca había oído ese nombre.

- Es un arma árabe, me gusta usar la cimitarra porque es muy ligera para manejarla, hace cortes profundos y rápidos. Esta es de plata de hadas.

- Cómo mi cuchillo, el que me regaló Brandon.

- Buen cuchillo, eso es un tesoro. Pocas armas hay que sean de plata de hada, son más letales que cualquier otra arma.

La verdad es que el sable ese era precioso, su hoja larga y curvada le daba un aire majestuoso, el mango de madera oscura destacaba con el brillo de su hoja, al igual que mi cuchillo esta también llevaba grabados unos símbolos raros.

- Lleva unos grabados como mi cuchillo –mi madre la miró y luego me miró a mí.

- Si, todas las armas que son de plata de hada llevan algún tipo de hechizo, por ejemplo, tu cuchillo que te dijo Brandon cuando te la regaló.

- Que siempre sería letal con mis enemigos.

- Bien, esta espada nunca falla, siempre acierta en el objetivo.

- Es preciosa ¿De dónde la has sacado?

- Me la regaló tu abuelo, hoy te la doy a ti, es tuya, cógela –me la lanzó y la cogí al vuelo, ella cogió otra espada muy parecida que tenía apartada a un lado- Muy bien, primero, la posición del cuerpo y los pies es muy importante, has de tener un equilibrio, un pie delante y otro más atrás en una posición de 45º, así muy bien, espalda recta y las rodillas un poco flexionadas.

Origen "Magia y Sangre"Where stories live. Discover now