CAPÍTULO 32

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El solo contacto de su mano con mi brazo hizo arder mi piel. Me giré a mirarle, esperando algo parecido al extraño comportamiento de ayer, pero su mirada era distinta, era como siempre había sido: tierna, inspiradora, brillante...

-¿Podemos hablar un minuto?- pidió y su voz de terciopelo acarició mis oídos. Asentí y me soltó.

-Creo que...- comenzó y al instante bajó la mirada- que te debo una disculpa- musitó, pero yo me quedé en silencio, porque en realidad no sabía que decir. Entonces él levantó su mirada y capturó mi rostro, como no dije nada, continúo hablando-. Por lo de ayer, la... extraña discusión que tuvimos, yo... eh... debí agradecerte, aunque no le veo nada de malo darle una simple flor a una amiga, pero tienes razón.

-¿En qué tengo razón?- pregunté, hablando por primera vez desde que inició el día.

-En que a quien le debo de dar ese tipo de cosas es a Olivia, ella es mi novia- esbozó una tenue sonrisita-, ¿no?

Me quise morder la lengua, retractarme de las palabras que había dicho anoche, pero ya no podía, además era verdad, yo tenía razón y me dolía tenerla.

-Claro, sí- sonreí también. Aunque fingidamente.

-Entonces...- vaciló- ¿estamos bien? Digo, somos amigos, ¿verdad?

Amigos. La palabra rebotó en mi mente como pelota de pingpong, me dolió.

-Claro, amigos- esbocé una tenue, apenas visible sonrisa.

-Genial- su sonrisa se volvió amplia.

-¡________, Eunwoo! ¿Por qué se quedaron ahí?- Liv salió de nuevo a la vista y nos tomó de la mano a cada uno, llevándonos con ella- _________, vi unos vestidos preciosos, te encantarán- me dijo, animada. Le sonreí, fingiendo entusiasmo.

Nos llevó hasta el fondo de la tienda, en donde ella ya había hecho selección de tres vestidos: uno verde, uno morado y el último en tono tinto.

-Ve y escoge alguno que te guste _________, anda- me instó y me señaló un apartado con varios vestidos. Me gire a ellos y comencé a pasar la mano sobre cada uno, distraídamente. Rosa, rojo, negro, amarillo... los colores pasaban por mi mente, pero nada más, porque en realidad no le estaba prestando atención alguna al diseño de la tela.

Amigos. Aquella conclusión de él me decía que ese era nuestro destino, nada más. Si yo tenía sueños, esperanzas o cualquier tipo de especulación acerca de una posible relación futura, tenía que echarlas a la basura. Nada iba a pasar, nunca, sencillamente porque él era el novio de mi mejor amiga.

-Creo que el azul se te vería estupendo- dijo Eunwoo a mi lado, haciéndome volver a la realidad, pero aún manteniéndome perdida en las capas de terciopelo de su voz.

-¿Cómo?- pregunté, atolondrada.

-El azul- señaló un maniquí portando un precioso vestido largo, en tono azul con diseños en dorado. Me acerqué a el, sumamente atraída y Eunwoo me siguió.

-Muy extravagante, ¿no crees?- dije, admirando la cantidad de tul que tenía en la falda.

-No tanto. Perfecto, diría yo- me dijo-. Se te vería estupendo, como la blusa que tenías el día que salimos con mi amigo, ¿recuerdas? Además, es mi color favorito- añadió.

¿Qué si lo recordaba? Lo que me sorprendió era que él lo hiciera.

El vestido era realmente precioso, así que me lo probé, justo como Liv lo hacía con los que había elegido. Mientras Eunwoo esperaba sentado afuera.

-Se te ve hermoso- dijo Eunwoo cuando Liv le preguntó como se veía, entre tanto que yo me esforzaba por meterme en el vestido, torpemente.

Me pregunté qué color era ahora el que Liv vestía ya que se había probado primero el vestido en tono tinto. Corrí la cortina y salí del vestidor cuando por fin logré acomodarme el elegante atavío. Eunwoo y Liv me miraron, asombrados.

-¿Me veo tan mal?- pregunté, un poco cohibida ante ambas miradas de alucinación.

‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA Where stories live. Discover now