Capítulo 27 - Alas de ángel

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Estuvimos montados en su moto unos veinte minutos, y cada vez que nos alejábamos más de la ciudad menos sabía exactamente a dónde nos llevaba. Finalmente, se para en frente de una heladería.

— ¿Te apetece un helado?

— ¿De verdad estás improvisando sobre la marcha por completo?

— Ni siquiera sé dónde estamos, he dejado que mi moto me guiara a cualquier lugar desconocido.

— Ah, genial. Espero que luego sepamos volver. Menos mal que existe el Google Maps porque hace un buen rato que no sé a dónde nos dirigíamos.

— Bueno...— Se quita el casco y mira hacia otro lado.

— ¿Qué pasa? — Le pregunto preocupada, no sé con qué me puede salir ahora.

— Puede que sí que nos perdamos, yo tampoco tengo móvil.

— ¿¡QUÉ!?

— No pasa nada, una aventura no hace mal a nadie.

— NO, CLARO QUE NO. COMO LLEGUE TARDE A CASA, MAÑANA VERÁS EN LAS NOTICIAS QUE UNA CHICA FUE ASESINADA POR SU MADRE Y HERMANO Y SERÁ POR TU CULPA.

— Wow, cada vez tengo más ganas de conocer a tu familia. — No se le quita la sonrisa de la cara. Me quito el casco, pero se me queda enganchado el pelo y me tiene que ayudar.

— Voy bien, gracias. — Le aparto la mano y soy capaz de quitarme el casco. Me mira y se empieza a reír. — ¿Qué pasa?

— Parece que tengas un nido en la cabeza. — Dice sin dejar de reír. Miro por el espejo del retrovisor de la moto y, en efecto, tengo el pelo hecho un desastre. No puedo evitar reír también. Me suelto el pelo mientras Kimura sólo me mira y me hago un moño alto. — Te queda bien el pelo recogido. — Le miro levantando una ceja.

— Gracias por los piropos, pero no vas a conquistarme.

— ¿Yo? ¿Por quién me tomas? Solamente quiero conocer a alguien que me ha llamado la atención. — Levanta las cejas sonriendo inocentemente. Nos dirigimos al puesto de helados y me pido uno de chocolate. — ¿A ti también te gusta el de chocolate? Somos almas gemelas.

— Sí, será eso. Como si hubiera poca gente a la que le guste el helado de chocolate. Entonces también podrías ser el alma gemela de la abuela de mi vecino. — Se ríe. Vemos un banco que da a un lago y decidimos sentarnos. — ¿Seguro que no habías venido aquí nunca? Para ser un sitio aleatorio es bastante bonito.

— Mi moto siempre me guía a lugares geniales. Puede que haya descubierto otro nuevo lugar favorito. — Sonreímos mientras nos tomamos cada uno nuestro helado. — Ahora que no somos rivales. Tengo curiosidad por saber más sobre tu quirk. — Le explico mi quirk en general.

— ¿Y el tuyo? — Le pregunto cuando acabo.

— Bueno. — Mira su mano. — Mi quirk es solidificar el aire y moverlo como los gestos que hago con el cuerpo, básicamente. Lo único que hacerlo me causa migrañas, me tengo que concentrar mucho.

— ¿Y esos rayos que salieron cuando combatías conmigo?

— Una especie de electricidad que también saqué de mi padre, nada en especial. Simplemente produce pequeños calambres al oponente y no puedo controlar cuándo salen.

— No entiendo cómo teniendo un quirk tan bueno no acabaste en la clase de 1A.

— ¿Te soy sincero? — Le miro. Está mirando el cielo, es la primera vez que le veo serio desde el festival deportivo cuando estaba a punto de ganarle.

— Claro.

— No me esforcé en el examen de admisión.

— ¿Y eso?

Haiyoru Bakugo - TEMPORADA 2Where stories live. Discover now