La policía rodeaba el lugar, luchando con las personas afuera desesperadas por entrar. Familiares, amigos o conocidos de los personas dentro del centro comercial.

Jungkook estacionó en la entrada, frenando de un solo golpe. Él y Max bajaron del coche.

Los policías le abrieron paso. Sabían que él era el dueño, pero también sabían que quisiesen o no, si el alfa quería pasar, lo haría, aunque tuviera que pasar por encima de ellos.

Corrieron hasta el coffee Shop donde sabían que Taehyung y Jimin se encontraban. Habia mucha sangre, y muertos en el suelo.

Los vieron a lo lejos. Tae estaba en el suelo con sus rodillas hasta el pecho, y la cabeza levemente bajada. Jimin estaba a su lado con su mano en la espalda de Taehyung. Intentando calmarlo ya que el castaño nunca había vivido algo así.

— Taehyung.— Llamó Jungkook antes de llegar a él. Max tomó un rumbo diferente. Taehyung levantó la cabeza.— ¿Estás bien?— Se colocó en cuclillas y sostuvo sus mejillas. Parecía preocupado. — ¿Estas herido?— Pasó su mano por varias partes de cuerpo intentando asegurarse del bienestar del omega. El castaño asintió.

El azabache notó una mancha roja en su pierna.— ¿Eso es sangre? — Preguntó en tono preocupado.

— Sí, pero no es mía. Habían muchas personas heridas y...

— Está bien, esta bien, ya paso.— Miró a Jimin.— Jimin ¿Estás bien?

— Sí sí, estamos bien, ninguna bala nos alcanzó.

— Eso es bueno.

Max llegó.— Las antenas estaban bloqueadas.

— Eso significa que...

— Todo fue totalmente premeditado y planeado con antelación. Por eso las llamadas no entraban ni salían, la señal fue bloqueada expresamente para evitar el contacto de los de afuera con las personas de adentro.

Jungkook miró a Taehyung, no debía escuchar dicha conversación, ni sospechar que probablemente el ataque iba dirigido a él.

— Hablamos en la mansión. Vámonos todos.— Miró a Jimin.— Vienes con nosotros.— Jimin asintió.

— Pero... los policías dijeron que debíamos quedarnos aquí para la inves...

— Nos vamos Taehyung, no te preocupes por más.

— Ok.— Se puso de pie.

Llegaron a la mansión.

— ¿Harat? ¿Se encuentra bien?— Se acercó un preocupado Mattia al ver la sangre en la pierna de Tae.

— Llévalo a su habitación, para que se dé un baño.— Le indicó.

— Entendido.— Se lo llevó y Tae se dejó llevar.

— Ven conmigo.— El azabache miró a Jimin.

Llegaron a su despacho y tomaron asiento.

— ¿Que paso?

— Solo quería que se despejara un poco,
y saliera de estas mil paredes. Conocerlo más, hablar con él. Pero de repente cuando estábamos ahí, vi...— Lo miró.— Vi unos hombres apuntarnos. Me dio tiempo a reaccionar, y luego todo se volvió un caos. Mis hombres, tus hombres, y esos... enfrentándose. Es todo mi culpa.— Bajó la mirada.

— No lo es Jimin. Tú no sabías que eso pasaría.

— Si lo es, Jungkook, porque... porque el atentando iba dirigido a mi.

La expresión del azabache se endureció.— ¿A ti?— En los años que Jimin llevaba involucrado con la mafia, nunca había sufrido ningún atentado.— ¿Cómo puedes asegurar eso?

Cautivo | Kookv (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora