Capitulo 26.

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  —Liam, despierta. —Musite, sacudiendo a Liam en un intento de que despertará, luego era yo quién dormia como una roca.— Vamos, amor, despierta.

Las finas y oscuras pestañas de Liam descanzaban sobre sus sonrosadas mejillas con una paz que no habia encontrado la noche anterior en su rostro. Liam parecía haberse quebrado realmente luego de que le contará parte de mi historia, nadie sabia eso excepto mis tíos quienes me acusaron de haber inventado todo. Se sintió realmente bien decirselo, ser sostenido por él.

Liam habia pasado de un amor platonico de escuela a todo mi mundo, porque eso era. Antes de él yo me había resignado a tener la vida de mierda que llevaba, aparentando estar bien para que los demás no se preocuparan. En el fondo de mi mente sabía que cuando llegará el momento de ir a la universidad perdería todas mis amistades, no era como si mis tíos hubieran planeado enviarme a algún lugar luego de la escuela.

—¡Liam! —Lo sacudí más fuerte pero fue en vano.

Estirandome sobre el torso desnudo de Liam tomé su celular de la mesa de noche, el cual habia estado sonando por lo que me parecieron horas. Miré la pantalla intentando decidir si contestar o no, era un número desconocido. Un vistazo a Liam me dijo que esto podía ser importante por lo que me decidí apretando el botón verde del aparato.

—Liam. —La voz gruesa de un hombre saludo desde el otro lado.— Soy Yaser, te llamaba para saber de Zayn.

Mis dedos se cerraron más fuerte entorno al aparato, manteniendolo cerca de mi oreja. Abrí la boca pero nada vino a mi mente, estaba en blanco mientras miraba mis dedos enredarse en las sabanas. Esta no era la forma en que quería hablar por primera vez con mi padre, pero al parecer el destino tenía una idea diferente. O simplemente gustaba de hacerme pasar malos ratos.

—¿Liam? —Parpadeé rápidamente saliendo de mis pensamientos.— ¿Estás allí?

—Liam está durmiendo. —Musite sintiendome un poco más seguro al lograr que las palabras salieran.— Soy Zayn.

La línea quedo en total silencio, tanto que pensé que la llamada se habia cortado. Cómo temía mirar el celular para descubrirlo simplemente me quedé esperando, sin siquiera mover un musculo. Solté un bajo suspiró de alivio cuando escuché un carraspeo desde el otro lado.

—Hola Zayn, ¿Cómo estás? —Su voz se habia vuelto más dulce, como si temiera asustarme.

—E—estoy bien. —Me mordí el labio.— ¿Como está, usted?

—Tutéame, Zayn. —Pidió.— El "usted" me hace sentir viejo.

—Lo siento.

—No lo hagas, está bien que estes nervioso o no sepas como comportarte. —Suspiró.— A decir verdad, yo tampoco sé como hacerlo.

Fruncí el ceño acomodando las sabanas sobre mis piernas, no sabía que decir. Esto era demasiado frustrante, no era como si tuvieramos muchos temas para hablar. La verdad era que no conocía al hombre del otro lado del telefono. Si, era mi padre, pero eso solo de palabra.

—¿Sabes? —Susurré rompiendo el silencio que se habia formado.— Muchas veces soñé con el día en que volvieran a buscarme, ahora que esta sucediendo se siente tan... irreal.

—Es real, Zayn. —Afirmó.— Es muy real y vamos a hacer hasta lo imposible por darte la vida que tendrías que haber tenido, sin malos tratos nunca más.

—Creo que esa oportunidad ya se me escapó. —No quería ser malo pero había muchas cosas enterradas en mi que estaban luchando por salir.— Viví esa vida por once años, la oportunidad pasó. Ahora me toca crear un futuro mejor, pero mi niñez ya está perdida.

—No sabes cuanto me duele escucharte decir eso. —Su voz sonaba algo ahogada.— Más sabiendo que fue nuestra culpa.

—Supongo que todos cometemos errores en algún momento de nuestras vidas, algunos más graves que otros. —No sabía porque lo estaba diciendo, solo sentía la necesidad de darle un poco de consuelo.— Lo importante es intentar arreglarlos, ustedes lo están haciendo.

—Gracias, Zayn. —Susurró.— Sabemos que a esta altura pedirte que nos aceptes como padres es demasiado, pero estaremos felices de que nos concideres aunque sea tus amigos.

Me mordí el labio fuerte, sintiendo el sabor metalico de la sangre inundar mi boca cuando intente ahogar el llanto.

—No lo sé. —Acepte.— Aún hay muchas cosas que no entiendo.

—Lo comprendo, sé que tienes muchas preguntas y las contestaremos todas cuando nos veamos.

—Su voz parecía más firme ahora.— Solo que quiero que tengas siempre presente que te queremos, Zayn, y que jamás quisimos dejarte con Magda y Douglas, jamás.

Para ese momento las lágrimas ya corrian por mis mejillas sin control. Una mano suave acarició mi espalda baja, colandose bajo la tela de la sudadera rozando suavemente mi piel. Liam rodeó mi cintura con su brazo y me jaló hacia él hasta que estuve acomodado entre sus piernas, con cuidado quito el celular de mi mano dejandome un beso en la mejilla en su lugar.

—Hola. —Saludo en el telefono, le envié una mirada agradecida antes de recostarme contra su pecho ignorando a drede lo que Liam decía.

Metiendo mi mano bajo la de Liam, enredé nuestros dedos llamando la atención del castaño, quién cerró su mano sobre la mía cubriendola por completo. Concentrandome en ello, me di cuenta que Liam llevaba un fino anillo, parecido a una alianza, en su dedos anular. Lo repasé con el dedo girandolo para ver una pequeña marca en la pulida superficie.

—Es un anillo de castidad. —Miré hacia atrás con una ceja alzada, sorprendido no solo porque hubiera terminado la llamada sino por lo que dijo.— No me mires así, parece como si te hubiera dicho que soy un alien.

—Lo siento pero pensé...

—Pensaste que me habia acostado con la mitad del instituto. —Sonrió.

—Uh, tal vez. —Corrí la mirada sintiendo mi rostro arder pero el sonido de su risa logró que volviera a mirarlo.

—Supongo que esa es la imagen que he dado. —Se encoje de hombros.— Pero, ¿Te confieso algo?

—Asentí sonriendo cuando él se acerco más.— Tú eres el único que me ha hecho romper mi castidad.

Solté una risita tonta cuando su aliento golpeo mi oído y cuello, él sonrió alejando y besando mis labios suavemente. Haciendome hacia atrás solte una pequeña queja, sintiendo dolor donde me habia mordido.

—Te lastimaste, bebé. —Susurró pasando su dedo pulgar por mi labio para ver la herida.

—Presione demasiado, no me di cuenta.

—Debes dejar de morderte los labios cuando estas nervioso, aunque es un gesto sexy. —Me guiño un ojo.— Terminaras lastimandote, como ahora.

Hice un puchero y él rió, avanzando y rozando suavemente nuestros labios.— ¿Que te dijo? — Susurré rompiendo el momento.

—Quieren verte. —Suspiró.— Mañana iremos al hospital, me dijeron que tus tíos no nos molestaran por ahora.

—¿Por ahora?

—Ellos tambien quieren tu custodia. —Me estrecho más contra su pecho.— Debes ser fuerte, ángel, esto no será fácil.

Besos de Miel |Ziam|Where stories live. Discover now