Capitulo 16.

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¿Azul claro o celeste oscuro? La pregunta del millón, ¿De que color es el cielo? Si ya sé que en verdad es incoloro, pero me refiero al color que se refleja. La mayoría de las personas suele vincular el celeste con el cielo, yo en cambio creo que es más oscuro, más azul. Tal vez el hecho de que siempre lo vi oscuro, como si reflejara mi estado de animo, sea el porqué lo veo más opaco que los demás. O simplemente, es según el día la intensidad del mismo.

¿El porqué de esta pregunta? Ni idea.

Ya habian pasado tres días desde mi visita al hospital, tres días desde que mi vida habia dado un vuelco. ¿Y yo que me dedicaba a hacer? Salía temprando en la mañana y me arrojaba bajo el primer árbol que veía, mirando el cielo como si fuera la primera vez que lo veía e intentando alejar todo pensamiento que tuviera vinculación con lo sucedidó ese día.

Como si eso funcionara de todos modos.

Me moví incomodo, la raíz sobresaliente del árbol sobre mi cabeza comenzaba a clavarse en mi espalda. Con un suspiro de frustración me impulse hasta quedar sentado con la espalda en el tronco del árbol y mis piernas cruzadas a la altura de los tobillos. Eran cerca de las 7am pero las calles aún parecian desiertas, tal vez era el único tonto al que se ocurría arrojarse en un parque a ahogarse en sus problemas, pero no me importaba, era lindo tener un poco de tranquilidad de vez en cuando. Cerré los ojos y respire hondo, sonriendo al no sentir dolor en mis costillas, supuse que los analgesicos estaban haciendo bien su trabajo. Cuando volví a abrirlos me encontré directamente con una piruleta en forma de corazón frente a mi nariz.

— ¿Que...?

— No es la mejor representación de mi corazón, pero funciona por ahora. —Liam estaba a mi lado, sonriendo mientras sostenia la piruleta frente a mi.— Dime, pequeño ángel, ¿Quieres mi corazón?

— Uh, hola.

Oh, mierda. Definitivamente debian darme un premio por el tonto más grande del año. El chico me ofrecio su corazón y lo único que se me ocurrió decirle es "hola", definitivamente algo no funcionaba muy bien dentro de mi cabeza. Liam me observo por unos segundos, en los que sentí que mi rostro ardía, antes de soltar una pequeña risita y acercarse para darme un suave beso en los labios.

— Hola, Zayn. —Susurró cerca de mis labios, sus ojos miel me observaron directamente. — Mis modales son un asco

Mire la la piruleta en forma de corazón en su mano y luego nuevamente a su rostro. Se mordió el labio, acercandose a mi hasta que su frente toco la mía.

— ¿Que dices, Zayn? ¿Aceptas mi corazón?

— ¿Que te ofrezco yo a cambio? —Sonrió.

— Un beso.

— ¿Un beso? —Murmure con el ceño fruncido.— Creo que esos los tomas sin permiso.

Eso lo hizo reir brevemente, iluminando su rostro.

— No quiero un beso común. —Negó.

— No sé dar otros. —Me encogí de hombros.— Es más, tú fuiste la primer persona real a la que le di uno.

— ¿Persona real? —Elevo una ceja, mis mejillas comenzaron a calentarse nuevamente, ¿Cuán patetico era admitir que habia despertado besando mi almohada un par de veces?— ¿Que quieres decir con eso?

— Nada. —Negué, mirando hacia otro lado.— Uh, ¿que tipo de beso quieres?

— Un beso de miel.

Me volteé a mirarlo confundido, no sabia mucho de besos pero jamás habia escuchado ese.

— ¿De miel? —Asintió.— No lo conozco.

— ¿Quieres que te enseñe? —Lo observe un momento antes de asentir lentamente, él sonrió acercandose aún más.— ¿Que gusto tiene la miel, Zayn?

— ¿Dulce?

— Si, Zayn, es dulce. —Su mano estaba en mi cadera, acercandome a su cuerpo.— ¿Sabes como hacer que un beso sea dulce?

— No.

— Debes poner todos tus sentimientos en él. —Sus labios acarciaron los míos.— Cierra los ojos y piensa en mi. —Hice lo que me pidió, concentrandome solo en él.— Piensa en lo que sientes por mi.

— No sé lo que siento por ti. —Susurré.— Estoy confundido.

— Yo creo que si sabes. —Afirmo dejando un suave beso en la comisura de mis labios.— Concentrate en eso.

Antes de que pudiera contestar tomo mis labios en un suave beso, acariciandome con los suyos. Mis manos volaron a su nuca mientras se presionaba más cerca. Me concentre en él, en su cuerpo cálido contra mi, su aroma, su sabor. Sus frases consoladoras, sus sonrisas, su simple voz, hasta las cosas más simples volvieron a mi mente y todo eso hizo que temblara en sus brazos mientras seguiamos con el beso. Tal vez Liam tenía razón y yo si sabia lo que sentía por él, pero tal vez el miedo al rechazo era lo que me impedia aceptarlo.

Él beso se rompió por falta de aire pero él se quedo cerca, con su frente apoyada en la mía.

— ¿Que sientes por mi, pequeño ángel?

— Te amo. —Murmuré algo mareado por el beso pero muy consciente de mis palabras.

Él me acerco sentandome en su regazo con sus brazos envueltos en mi cintura, levanto la piruleta y me la dió.

— Creo que esto es tuyo. —Reí antes de tomar el dulce y girarlo entre mis dedos.

— Lo siento, Liam, pero tu corazón es mi dulce favorito y voy a tener que comermelo. —Eso le saco una risa, haciendo vibrar su pecho bajo mi oreja ya que tenía la cabeza apoyada allí.

— No te preocupes. —Metió la mano dentro del bolsillo de su sudadera, sacando una bolsa de los mismos dulces.— Tengo un montón más. —Lo mire entre confundido y asombrado, él sonrió.— Vi como los miraste en el supermercado, luego de que te fuiste las compré para ti pero no habia tenido oportunidad de dartelas.

— ¿Por qué?

— Porque eres mi ángel. —Se encogió de hombros como si con eso explicará la existencia del mundo, lo mire extrañado.

— ¿Por qué me dices Ángel, Liam? —Él miró hacia mi, cómo si estuviera pensando que decirme.

— Cuando era pequeño, Alice, la mujer que me crió, me dijo que todos tenemos un ángel. Una persona perfecta para nosotros y el día que la encontremos, la amaremos más que nada.

— ¿Cómo las almas gemelas?

— Mhm, se podría explicar de esa manera. —Asintió.— Por eso te digo así, porque eres mi ángel, mi alma gemela.

— ¿Cómo estás tan seguro? —Musité.

— Porque jamás me habia sentido así por alguien. —Acarició mi mejilla.— Porque te amé desde él día que chocaste conmigo en el pasillo y te sostuve en mis brazos. —Bajo la cabeza y me beso suavemente.— Porque te amo más que nada en el mundo, Zayn.

Besos de Miel |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora